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«Tres siglos venciendo fronteras. El devenir institucional de la Universidad de Chile», de Luis Riveros Libros de actualidad en la crítica de Gonzalo Rojas Sánchez

«Tres siglos venciendo fronteras. El devenir institucional de la Universidad de Chile», de Luis Riveros

El lector tendrá que asomarse también un poco a la historia de la universidad en Chile, pero de nuevo descubrirá que las percepciones del profesor Riveros carecen de una perspectiva generosa, sólo miran desde lo estatal. Está bien tener un punto de vista para enfocar, pero cuando la vista no recae en el panorama completo, el punto de partida se invalida.


¿Con qué se va encontrar el lector al asomarse a este nuevo libro del ex rector Riveros?

Con casi todo, con casi de todo.

Encontrará algo de historia jurídica de la corporación, pero mucho menos de lo que se nos prometía en la presentación. En ese sentido, los muy útiles anexos integrados al texto en sus páginas finales sirven de poco, porque el autor hace sólo una somera exégesis de algunos de ellos. Ciertamente, no escribió la Historia del Derecho interno de la Universidad de Chile.

Se topará el lector también con algo de historia institucional, por momentos genérica, vaga, y en otros, mucho más detallada, minuciosa. No hay mayor simetría entre los diversos periodos y rectorías: qué poco de Bello, qué poco de Letelier, qué poco de Hernández.

En esta dimensión, resulta muy llamativo que aparezca velada o abiertamente la convicción del profesor Riveros sobre la supuesta “destrucción” reciente de la Universidad de Chile, mientras que en el capítulo final, sobre los retos presentes, hace un enorme esfuerzo por colocarla en un nivel de máxima excelencia, seleccionando rankings y gráficos a la medida de su propósito. El lector se queda con una secuencia misteriosa: después de la destrucción habría venido la resurrección, hoy estaríamos en presencia de la excelencia, pero, curiosamente, la Universidad de Chile estaría una vez más frente al peligro de la destrucción…

El lector tendrá que asomarse también un poco a la historia de la universidad en Chile, pero de nuevo descubrirá que las percepciones del profesor Riveros carecen de una perspectiva generosa, sólo miran desde lo estatal. Está bien tener un punto de vista para enfocar, pero cuando la vista no recae en el panorama completo, el punto de partida se invalida. Apena comprobar la escasa sensibilidad del autor para entender el valor de la diversidad de los aportes formativos en el sistema universitario chileno, partiendo por la consideración menor que manifiesta por todas las universidades regionales o funcionales (Tecnológica, Metropolitana) que hace ya más de 35 años iniciaron su andadura al margen de la Universidad de Chile, y siguiendo por la mirada algo despectiva hacia las universidades católicas y las nuevas universidades de propiedad privada y orientación pública. Mucho sentido de lo estatal, escaso sentido del bien común.

Pero, atención lectores, lo más delicado está en las numerosas páginas que el profesor Riveros dedica a contextualizar la vida universitaria nacional, es decir, sus aportaciones a la historia general de Chile. Hay ahí tantos errores de información básica -tantas fechas y datos mal recordados, no comprobados- y tantas apreciaciones categóricas sin fuentes de respaldo, que el papel se llena con los signos de interrogación y de exclamación que estampa el crítico.

Frente a un libro así, escrito algo a la carrera -como para la radio- se pregunta el lector si los casi 165 años de vida institucional de la Universidad de Chile -que Riveros llama “tres siglos”- no merecían un mejor trato, una historia más cuidada.

Sin duda alguna.

Gonzalo Rojas Sánchez

Profesor universitario

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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