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Obra “Esto (no) es un testamento”: el inicio de una nueva época para el Ictus A 60 años de existencia

Obra “Esto (no) es un testamento”: el inicio de una nueva época para el Ictus

El montaje que relata la trayectoria del grupo a través de las biografías de sus integrantes busca retratar la historia de la emblemática compañía y, al mismo tiempo, la de todo un país. La producción dirigida por Ítalo Gallardo y Pilar Ronderos es capaz de recrear diferentes escenarios mediante una serie de documentos cuidadosamente recopilados. 


Sólo once personas fueron a ver “Tres noches de un sábado” después del Golpe de Estado. La obra protagonizada por Nissim Sharim y Delfina Guzmán, regresaba a sólo diez días del derrocamiento de Salvador Allende con funciones programadas a las tres de la tarde debido al toque de queda. En ese entonces, ya habían pasado 18 años desde que el Ictus se había conformado como grupo disidente del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica.

Para Paula Sharim esta nueva producción marca un momento fundamental en la historia del Teatro Ictus. Dentro de la misma línea comenta que, tal vez, da paso al término e inicio  de otras cosas. “Tal como los dramaturgos escribieron, a veces las cosas terminan para siempre y otras, para empezar de nuevo y transformarse en algo más”, dijo.

Tras un año de trabajo junto a la compañía de teatro documental “La Laura Palmer”, la actriz que debutó en 1988, indica que la internacionalización de “Esto (no) es un testamento” es definitivamente un proyecto a futuro. “Debemos retomar lo que en algún momento el Ictus fue, ir por el mundo mostrando lo que nosotros hacemos. Lo que somos capaces de transmitir y cómo lo hacemos sin importar el factor generacional. No es menor que aquí hayan tres o más generaciones involucradas y eso es mucho de lo que podemos contar de nuestra historia”, manifestó.

Asimismo, es tajante al hablar sobre la importancia de atesorar el trabajo que hace menos de un mes está disponible a los ojos del público. “Es mucha vida para sólo hacer 15 o 16 funciones. Parte de esto tiene que ver con eso, con que se dé harto y ojalá recorrer Chile. Quienes participamos de “Esto (no) es un testamento” hemos entregado y hemos destinado mucho tiempo. Los chicos a estudiar al Ictus y nosotros, viviendo lo que nos ha tocado”, relató.

Una nueva forma de trabajo

El montaje nace en el contexto del proyecto “Ictus 60 años más” que está directamente relacionado al aniversario de la compañía fundada en 1955, una de las más antiguas en Chile. Esta iniciativa pretende abarcar diversas aristas, entre las que se incluyen la reinvención y el replanteamiento de lo que ha sido el trabajo teatral del elenco a través de los años.

Ítalo Gallardo, uno de los directores, indica que la participación de “La Laura Palmer” en la apuesta surge desde el GAM, sin embargo, “cuando nos invitaron, nos pareció un desafío súper interesante y algo súper grande”, señaló.

En relación al proceso de recopilación de documentos y del planteamiento de la historia, Pilar Ronderos e Ítalo Gallardo coindicen en querer evitar la realización de un homenaje o una revisión histórica del Ictus, pues tal material se puede encontrar en libros y que dicha investigación, ya existe.

Pilar cuenta que el teatro documental juega a explicar o a narrar una historia a través de documentos entendiendo éstos como un testigo concreto del tiempo. “Primero llegan las historias, después las fotografías, los recortes o las notas de prensa. En una primera instancia nos reunimos a investigar y a conversar básicamente”.

Son 90 obras que se estrenaron con el transcurrir de los años, por lo que la gran cantidad de información, no facilitó el proceso de selección para definir el hilo de la producción. Frente a esto, Ítalo Gallardo relata que en el proceso se dieron cuenta que el elenco conformado por Paula Sharim, María Elena Duvauchelle y José Secall no estuvo presente en cada una de las etapas.

“Para focalizarnos un poco dijimos “ya, la obra se va a tratar de sus biografías y cómo mediante éstas ustedes, se van relacionando y armando su historia en relación al teatro Ictus”. En eso, ellos nos fueron contando etapas de sus vidas, las fuimos viendo por época y seleccionamos las que nos llamaron la atención”, acotó Gallardo.

Finalmente, explican que tiene que ver con una negociación de voluntades y con el entendimiento de que la historia que se está narrando está ahí para generar una reflexión. Si existe conmoción es porque hay algo del espectador en el momento, no se reduce a la pena de escuchar al otro, sino que más bien se relaciona con el proceso de identificación de lo que uno ve.

Por otro lado, Paula interpreta este nuevo método de trabajo como una etapa mágica. “Creo que cuando se junta la creatividad de los directores, con la capacidad de recoger y abrir el mundo más privado de las emociones del actor, queda en evidencia una virtud que  no aparece muy seguido y que yo he visto pocas veces, aun así trabajando en creación colectiva”.

También señala la importancia de confiar y ser capaz de decir “hagámoslo como ustedes dicen”. A esto añade, que la parte más difícil a nivel personal fue abstenerse de sus opiniones, pues cuando al llevar tiempo el teatro quieres guiar la obra hacia el lado que más conoces. “Lo interesante de esta experiencia fue conocer un lado con el que no estábamos familiarizados. Entonces, quizás por eso resulta atractivo, porque es una mezcla de cosas donde una ve el involucramiento de todas las partes involucradas”, concluyó.

La participación de Nissim

Ítalo comenta que la aparición intermitente de Nissim Sharim, actor de 84 años y padre de Paula, nació como una complicación que es parte del proceso, sin considerarlo como un problema sino que más bien como material para la creación, como un recurso para hacer la obra más rica en contenido. “Era súper importante que él estuviera pero había que hacerse cargo de que no podría venir a todos los ensayos y de esa dificultad nació esta idea como entretenida de llamarlo por Skype y la Nicole es como un poco la excusa para mostrar eso”, explicó.

La participación de Nissim a través de cortos videos otorgan quizás la cantidad necesaria de risas a la producción, sin embargo, Paula indica que esa nunca fue la intención: “Resultó el primer día que al Ítalo se le ocurrió mandar un video con una foto de mi papá que decía: “holi”. Hicimos ensayos abiertos de esta obra y se nos presentó la necesidad de tener a mi papá en el escenario y justamente, esos días no pudo estar. Entonces intentamos las dos cosas y ambas eran súper eficaces. Sin embargo, todo parte de la necesidad profunda del testimonio de la persona que ha estado la mayor cantidad de tiempo y que también ha tenido el peso de la historia del teatro en sus hombros”.

Asimismo, sintetiza el mensaje que “Esto (no) es un testamento” espera dejar en sus espectadores. “Lo que queremos decir, a partir del cariño y el respeto hacia nosotros mismos y hacia esta nueva aventura con estos dos nuevos directores y el equipo de “La Laura Palmer” tiene que ver con pensar en que el pasado, el presente y el futuro son distintos pero igual de importantes. Y quizás lo más importante de este montaje sea que uno es capaz de tomar su propia historia y proyectarla hacia el futuro,  sufrir un poco lo que significa remover parte de la historia y alegrarse por poder contarla, proyectarla y ocuparla también en beneficio de nosotros”, finalizó.

“Esto (no) es un testamento” tendrá funciones hasta el 29 de julio en Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) y durante todo agosto en el Teatro Ictus.

 

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