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Aru Pate Hotus: la transexual pascuense que lucha contra el patriarcado isleño para velar por el patrimonio musical de Rapa Nui

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Filmada íntegramente en idioma rapa nui, es un viaje espiritual y físico de la última heredera de la cultura ancestral de tradición oral que queda en la Isla de Pascua, la cantautora María Elena Hotus, y su hija Aru.


Los cantos ancestrales rapa nui y la transexualidad en la cultura polinésica son dos temas presentes en el documental «Riu, lo que cuentan los cantos», del director Pablo Berthelon (Santiago, 1974), que será parte del 14. festival In-Edit Chile, a celebrarse del 18 al 23 de abril.

El título de la cinta sobre Isla de Pascua hace alusión a la palabra «riu», que en lengua rapanui significa «canción». La obra es un viaje espiritual y físico de la última heredera de la cultura ancestral de tradición oral que queda en la Isla de Pascua: la cantautora María Elena Hotus.

Esta mujer se desempeña a los 70 años de edad como compositora, intérprete, y maestra de diferentes técnicas vocales, cuya sucesora es una de sus hijas, Aru Pate Hotus.

Ella es una transexual isleña que deberá luchar contra el arraigado y prejuicioso patriarcado pascuense, mientras entona cantos con letras sobre sus orígenes y costumbres que mantienen la historia de Rapanui.

Otros personajes de la cinta son el presidente del Consejo de Ancianos, Alberto Hotus, y otra cantora, Catalina Hotus.

La cantora María Elena Hotus

Un tema natural

El tema de la transexualidad aflora naturalmente en la cinta, en medio de una cultura como la rapa nui que es bastante machista, aunque puede convivir con otros géneros, según el cineasta.

De hecho, Berthelon menciona que allí, cuando no nacían hijos hombres en una familia, el más pequeño era criado como mujer para que cuidara a la madre cuando estuviera sola. «En la película terminamos haciendo una analogía con esa tradición antigua», dice.

Para él, entre los rapa nui «la homosexualidad es vista con más naturalidad que en nuestra cultura, aunque puede causar ciertos inconvenientes». Por ejemplo, en el hecho que Aru sea la receptora de la cultura rapa nui causa resistencia entre algunos.

Sin embargo, en la cinta «tampoco tratamos el tema (de la transexualidad) desde el principio. Es un tema que está implícito. Tu lo ves, pero no lo hablamos».

En su opinión, Aru -más allá de que algunos la vean como «bicho raro»- está completamente integrada a la comunidad, aunque haya gente que la rechaza. De hecho fue la primera isleña que se casó con -y con un mapuche- a través del acuerdo de unión civil (ACU).

El director Pablo Berthelon

Un mundo propio

Con la cinta, Berthelon quiso «filmar algo mágico, un mundo muy propio de las dos, en espacios muy cotidianos, muy personales», comenta el director en relación a una cinta que califica de «intimista». Para ello debió sortear varios obstáculos, como la tradicional desconfianza local frente a los foráneos tras años de explotación, incluida la esclavitud.

«Uno podría calificar (la película) de patrimonial, pero a la vez hay una historia personal ahí que es particular y uno no imaginaría», refrenda Marisol García, una de las fundadoras del festival.

Allí la cinta es parte de la competencia nacional del festival, compuesta por cuatro documentales: «Cuando respiro en tu boca», que es sobre la creación del disco «Peces» de Lucybell, dirigido por Carlos Moena; «Cuatro» del director Diego Santana; Fuerza mayor:IOVI, las imagines de la electrónica, del director Tomás Achurra; y «Riu, lo que cuentan los cantos».

«Hay un relato también de lucha personal en un ambiente con códigos y prácticas como son los de Rapa Nui, que le dan un vigor humano a la historia. Es una cultura donde siempre ha habido muchas acusaciones de machismo».

Este film «nos presenta a una anciana pascuense de 70 años que se desempeña como compositora, intérprete, y maestra de diferentes técnicas vocales, y ha tomado la decisión de dejar su legado antes de morir, y nombra como sucesora a su hija, una transexual isleña que deberá luchar contra el arraigado y prejuicioso machismo pascuense. Con ellas tomamos a un viaje espiritual por su cultura y su oficio que se ha transmitido por tradición oral y es la última que queda en la Isla de Pascua», comenta Javiera Undurraga, director de In-Edit.

Sin embargo, la película no es sólo sobre una madre y su hija, sino un repaso de la historia de la isla, a través de las conversaciones de ambas. ¿Cómo surgieron los ritos rapa nui? ¿Cómo fue el periodo de esclavitud? ¿Cuál es la historia de los reyes? Todas estas cuestiones se tocan en la cinta.

Cantos ancestrales

Los cantos rapanui tienen varios siglos de edad y su conservación depende de los distintos cantores que hay en la isla. Muchos de ellos pertenecen a algunos de la decena de clanes familiares de la isla, que son muy celosos con su patrimonio.

En el caso de María Elena Hotus, ella ya ha grabado dos discos con su saber musical, además del registro escrito de los cantos. La obra ha sido impulsado por la música Sofía Abarca, que ha grabado a varios cultores de la isla en su sello discográfico local. Abarca además es autora de «Riu, el canto primal de Rapa Nui» (LOM Ediciones, 2015), que Berthelon considera «hermano» de su film.

Fue Abarca quien le habló por primera vez al director de la existencia de las Hotus. Berthelon estaba en aquel momento (era el año 2012) en la isla filmando un operativo de salud anual de la Fuerza Aérea y enganchó casi de inmediato con esta historia.

La cinta está íntegramente filmada en idioma nativo, todo un desafío. Recién a la hora de traducirla, Berthelon pudo saber qué material tenía y montarla. «Ahí fui comprendiendo y armando todo el puzzle».

«Muchas veces no sabía lo que estaba pasando, lo que estaban diciendo. Tenía ciertas nociones, pero era un tema de confianza, sobre todo. Yo me entregué a ellas, y ella se entregaron a mí. En ese sentido es una obra colectiva, de mi equipo y ellas».

Aparte de la colaboración de Abarca, el cineasta contó en terreno con la colaboración de su mujer, la productora  y directora de arte Viviana Corvalán, la asistente de dirección y guionista Lissette Orozco (la directora de «El pacto de Adriana»), el fotógrafo Germán Liñero, además de Pablo Trujillo y Rodrigo Zerené en cámara y sonido.

A capella

«Cuando la conocí, me encantó su historia, y vi la película cuando la vi con su hija, Aru», recuerda. «Ella es una transexual pascuense y quien además es su aprendiz, por así decirlo, y quien se va a quedar con todo su conocimiento ancestral. No sólo es una relación madre e hija, sino de maestra con su pupila, por así decirlo», entre dos mujeres que si bien no viven en la misma casa, residen a diez metros la una de la otra.

Aunque en la isla hay varios cantores, para el director nadie es tan dedicado como Hotus a la conservación, la puesta en valor y la transmisión. Ella misma aprendió de «Papa Kiko», el maestro fallecido en 2012. Antes de morir, ella le prometió que entregaría su legado a las generaciones posteriores. «Por eso, ella lo ve como su misión en la vida», explica.

«Muchos cantos tienen quinientos años de antigüedad, que van contando la historia de la isla a través de las canciones. Ellos transmitieron toda la cultura, todo su legado por la tradición oral. Pero cada clan tiene sus canciones, entonces ella no puede grabar cualquier canción, sólo las de su clan».

Los cantos hablan no sólo de la historia de la isla, sino también de la cotidianeidad, la vida en la isla, de pequeñas historias ocurridas allí. No sólo tocan las grandes epopeyas, sino también relatos de amor, celos y luchas entre los clanes. «Es ir recorriendo sobre cómo se vivía en la isla en los distintos momentos», explica el cineasta.

Todos los cantos son a capella y no tienen nada que ver con aquellos con ukelele que se asocian usualmente a Rapa Nui, y que en realidad son una importación de Tahiti. Los cantos originarios -que pueden ser de diversas estructurales musicales, en su ritmo y rima- sólo son acompañados por percusión con piedra o maderas, y su función puede ser de cortejo, para festejos o funerales, por ejemplo.

«Es una historia tan poco conocida por la mayoría y, poder contar con un documental así, nos llena de orgullo», concluye la directora del festival. «Nos sentimos contentos de poder darle cierta visibilidad y espacio a esta artista tan fantástica».

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