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La realidad de las niñas y niños científicos en Chile CULTURA|CIENCIA

La realidad de las niñas y niños científicos en Chile

Actualmente el programa Explora del Ministerio de Ciencia realiza diversas actividades en varios colegios de Chile. Además, en cuarto medio el programa reconoce la trayectoria de algunos niños a través de Cupo Explora UNESCO, que ofrece cerca de 600 cupos a distintas carreras en 18 universidades del país. «Te enseña a pensar, resolver problemas, plantear incógnitas, a comprometerse, además de habilidades blandas. El trabajo que realicé a través de los años en Explora me dio muchas herramientas que me han servido tanto en el ámbito académico como en la vida cotidiana», cuenta Thomas Fernández, uno de sus beneficiarios, que hoy cursa primer año de Medicina en la Universidad Católica. Este mes, una científica de 15 años fue elegida la primera “Niña del Año” por revista Time.


Gitanjali Rao ha inventando distintas tecnologías, incluyendo un instrumento que puede identificar contenido de plomo en agua potable y una app que utiliza la inteligencia artificial para detectar ejemplos de ciberacoso. Por eso, a los 15 años, fue elegida la primera “Niña del Año” por revista Time.

¿Podría repetirse este hecho en Chile? ¿Cómo es la formación científica de la infancia en Chile?

Actualmente el programa Explora del Ministerio de Ciencia realiza diversas actividades en varios colegios de Chile. Además, en cuarto medio el programa reconoce la trayectoria de algunos niños a través de Cupo Explora UNESCO, que ofrece cerca de 600 cupos a distintas carreras en 18 universidades del país.

«Estimular la educación de ciencia en niños y niñas no es clave sino que urgente para poder fomentar el desarrollo de competencias científicas que entendemos como competencias para la vida, para facilitar la comprensión del entorno, fomentar la generación de preguntas y cómo poder resolverlas de la mano del docente, asesores científicos y las familias. No solo es importante estimular la educación de ciencias, sino comenzar lo antes posible, desde la primera infancia y con una trayectoria sostenida durante toda la trayectoria escolar», señala la directora del programa, Marcela Colombres.

Medusa invasora

Uno de los beneficiarios del programa ha sido Thomas Fernández, que actualmente cursa Medicina en la Universidad Católica.

Cuando estaba en octavo básico, una profesora de ciencias de su colegio Academia en Iquique, Gladys Rojas, lo invitó a realizar una investigación bibliográfica de Saturno para presentar en el congreso regional de Explora en la región de Tarapacá. Así supo qué era y que hacía Explora.

Para primero medio, el joven se había cambiado de colegio porque con su familia se mudó a Futrono. Ello no fue impedimento para que participara nuevamente  en segundo y tercero medio con otras investigaciones en Explora, esta vez en el colegio San Conrado de mano de las docentes Carolina Poveda y Elvira Monsalve.

«En segundo medio realizamos una investigación sobre una especie de medusa invasora en Chile, donde analizamos las diferencias morfológicas de estas dependiendo del lugar donde se establecían y buscamos variables explicatorias para estas diferencias. En tercero medio trabajé en el diseño de un paradero inteligente autosustentable el cual tenía como fin disminuir la sensación de vulnerabilidad de los usuarios escolares de transporte público a través de diferentes features», cuenta.

«Debo reconocer que para participar siempre fue crucial el apoyo de un profesor, gracias a ellos me enteré de Explora y participé», destaca.

Experiencia docente

Roxana Nahuelcura es profesora de Biología en el Liceo de niñas Nº1 Javiera Carrera, de Santiago, y posee una larga trayectoria en este tema.

«Una de las características de la ciencia es la curiosidad, y estimularla en edad escolar permite el desarrollo de otras habilidades como la observación, experimentación y la difusión de resultados que no solo permiten a los estudiantes hacer ciencia sino además resolver cualquier problema de la vida cotidiana», explica.

Ella cree que la actividad científica en la escuela debe comenzar en los primeros niveles, acercando a las y los estudiantes a actividades indagatorias que no siempre significa que sean experimentales.

«Favorece también generar redes de apoyo con instituciones dedicadas a la investigación científica como universidades, empresas privadas, fundaciones, que orienten el generar actividades o estrategias que promuevan el pensamiento científico», agrega. «En este punto también es importante el realizar planificaciones curriculares intencionadas hacia el desarrollo de actividades y habilidades científicas».

Durante su labor docente, Nahuelcura ha asesorado 43 proyectos científicos desde el 2009 a la fecha, algo que empezó al principio con el objetivo de participar en las ferias científicas, pero hoy surge como una metodología al interior de la sala de clases, ya que no solo permite a las estudiantes acercarse a la experimentación y actividad científica, sino además ayuda a desarrollar habilidades de comunicación, empatía y cuidado de su entorno.

También destaca las capacitaciones gratuitas a otros docentes sobre la metodología indagatoria en el aula y en el contexto actual de confinamiento como realizarla online mediante el programa Mentes Transformadoras del Instituto de Neurociencias Biomédicas de la Universidad de Chile.

Lo que enseña Explora

Fernández resalta que Explora «te enseña cosas que no se enseñan en los colegios».

«Te enseña a pensar, resolver problemas, plantear incógnitas, a comprometerse, además de habilidades blandas. El trabajo que realicé a través de los años en explora me dio muchas herramientas que me han servido tanto en el ámbito académico como en la vida cotidiana».

Agrega que, como en todas partes, hay altos y bajos, y su experiencia Explora no fue la excepción, «pero son esta mezcla de situaciones y escenarios los que te permiten crecer y mejorar. Si volviera al colegio, no dudaría en volver a participar en Explora».

«Darles la oportunidad a los estudiantes desde niños es algo muy valioso. Yo creo que existe un gran número de estudiantes que les llama la atención la ciencia y tienen talento, sin embargo muchos de ellos lo ven como algo muy lejano y terminan perdiendo ese interés. Hacer ciencia en los colegios permite acercar todo este mundo académico a muchos niños y estudiantes. Les brinda herramientas que la escuela no enseña. Les da una visión más global de las cosas. Actividades como Explora son una puerta para que esos niños puedan descubrir y explotar sus talentos en el área que les guste», remata.

De hecho, esta experiencia le sirvió luego en la universidad.

«Estoy en primer año de medicina en la UC, es una carrera que mezcla fuertemente el ámbito científico y de la evidencia con la humanidad y el arte. Mi experiencia en Explora y otras instancias como esta, me brindaron la rigurosidad que requiere la ciencia, pero también la flexibilidad que requiere la comunicación y relación con las personas. No basta sólo con hacer ciencia, sino, tenemos que ser capaces de transmitir y compartir este conocimiento, pues creo que todo lo que nos permite conocer la ciencia es para la humanidad. Esto cobra mayor relevancia cuando hablamos de interacción con pacientes», subraya.

25 años de trayectoria

Colombres detalla que Explora, que este año cumple 25 años, tiene como sello la interfaz entre el mundo de la educación y la investigación.

Existen distintos instrumentos que el programa implementa a través de sus 18 equipos regionales: desde primeras edades como el Programa PIPE (Programa de Indagación para Primeras Edades), Campamento Explora Va! para docentes, Investigación e Innovación Escolar, todos enfocados a desarrollar las competencias científicas, como curiosidad, colaboración y pensamiento crítico.

Durante el 2020, a pesar de los desafíos de la pandemia y gracias al esfuerzo de los equipos regionales, Explora ha estado apoyando la investigación e innovación escolar en cerca de 370 establecimientos educacionales a lo largo de todo el país, desarrollando investigaciones escolares donde niños y niñas son protagonistas de la experiencia, y son los que formulan las preguntas.

«A partir de este año ampliamos la cobertura desde primero básico hasta cuarto medio y sumamos más categorías, a las que ya estaban, pudiendo ahora investigar en ciencias naturales, ciencias sociales, artes y humanidades, también tecnología e innovación, ya que independiente del área en que quieran trabajar, lo importante es abordar el desarrollo de la investigación como pilar fundamental.

Proyectos en curso

Este año, obviamente la pandemia ha influido en los temas que niños y niñas han decidido investigar.

Ejemplos de estas investigaciones son un grupo de estudiantes en Antofagasta que lideran un estudio llamado “Postpandemia: Secuelas y Desafíos en los Estudiantes Adolescentes”, o también un proyecto en la región del Maule en que otro grupo de estudiantes decidieron investigar sobre el material particulado durante la pandemia.

Otro caso interesante en la región del Biobío, es un grupo de investigación que está estudiando los cambios en el ciclo de sueño y alimentación en adolescentes y adultos a partir del confinamiento por Covid-19.

«Todas estas preguntas de investigación son mediadas por los docentes y asesores científicos para que a través del método científico y el desarrollo de competencias científicas puedan buscar las respuestas», destaca Colombres.

Evaluación y desafíos

La directora de Explora admite que uno de los desafíos pendientes es el tema de la evaluación, ya que hasta ahora cada equipo regional maneja sus propios instrumentos para aplicar e indicadores respectivos.

Sin embargo, «a partir de este año hemos trabajado en teorías de cambio y ciertos indicadores transversales a nivel nacional donde ya hemos generado los instrumentos de evaluación para poder comenzar a aplicar. Esto marca un punto de inflexión importante, siempre con el fin de poder ir mejorando la implementación y detectar necesidades».

Otro de los desafíos es la conectividad diversa en los distintos territorios y cómo proteger los derechos digitales de los beneficiarios, cómo sumar a las familias como mediadores de las experiencias, y también cómo empezar a abordar el tema de la brecha de género en educación de ciencias, que comienza cerca de los 6 años. «Por eso la educación de ciencias debe ser para todos y todas, comenzando desde lo antes posible», concluye.

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