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Avanzando hacia el trabajo cultural decente CULTURA|OPINIÓN

Avanzando hacia el trabajo cultural decente

Julieta Brodsky
Por : Julieta Brodsky exministra de las Culturas, el Arte y el Patrimonio. Antropóloga social de la Universidad de Granada (España) y diplomada en Promoción y Gestión de Derechos Culturales de la Universidad de Buenos Aires
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Para nuestro Gobierno, avanzar en mejores condiciones laborales para quienes trabajan en el sector cultural es una de nuestras prioridades y, por lo mismo, esta semana presentamos una de las políticas públicas más relevantes de nuestra gestión: la Agenda de Trabajo Cultural Decente para Chile.


Hace 10 años participé en el estudio “El papel de las políticas públicas en las condiciones laborales de los músicos en Chile”, y fui interiorizándome de las condiciones del trabajo en cultura. Desde ese momento, entendí que la lucha de años que daban los sindicatos y gremios del sector, tenía más sentido del que cualquiera podría haber imaginado.

Años después, en 2014 y en el marco de Proyecto Trama, publicamos “El Escenario del Trabajador Cultural en Chile” y pudimos comprobar que incluso hablar de trabajador en el área cultural era un acto reivindicativo y casi disruptivo. Esto, pese a que Víctor Jara ya en 1973 decía: “Yo soy trabajador de la música, no soy artista. El pueblo y el tiempo dirán si soy artista. Yo en este momento soy un trabajador”.

Hoy, bajo el Gobierno del Presidente Gabriel Boric y como Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, hemos avanzado en un mayor conocimiento de las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras culturales, gracias al nuevo Registro de Agentes Culturales que, con un universo de casi 72 mil personas, nos permite dimensionar al sector e identificar su distribución y áreas de desempeño.

En base a esta nueva herramienta, podemos decir que un 70,9% de los trabajadores culturales es independiente y sólo un 15,6% declara desempeñarse en un espacio dependiente. Dentro de este grupo dependiente, un 37,4% mantiene contratos temporales, y un 57,4% labora en proyectos específicos. Pero hay algo más preocupante aún, y es que un 32,2% de estos trabajadores no tienen contrato, y un 17,3% emite boleta de honorarios.

Así, vemos que las condiciones de informalidad, inestabilidad e inseguridad se mantienen. Además, para nadie es novedad que la pandemia profundizó la precariedad del sector, y hoy nos hace tomar conciencia aún más de la necesidad de proteger y regular este campo laboral.

Para nuestro Gobierno, avanzar en mejores condiciones laborales para quienes trabajan en el sector cultural es una de nuestras prioridades y, por lo mismo, esta semana presentamos una de las políticas públicas más relevantes de nuestra gestión: la Agenda de Trabajo Cultural Decente para Chile.

Esta iniciativa diseña e implementa medidas y acciones que impulsan los derechos laborales para el sector cultural, algo inédito para el país. Y es que las y los trabajadores de las culturas desempeñan un papel clave que permite que las distintas disciplinas impacten en la evolución de las sociedades, con desarrollo y sostenibilidad.

Hoy, buscamos el reconocimiento y dignidad para quienes se dedican a la cultura, porque queremos que tengan derechos que respalden su desarrollo y potencial, y puedan vivir de lo que han decidido hacer. Tal como dijo el Presidente Boric en estos días: “Para este Gobierno la cultura no es el vagón de cola de las políticas públicas, es el espíritu de un pueblo”.

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