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Historiador Julio Pinto: “Republicanos y PDG están buscando fórmulas de radicalización mayor” PAÍS

Historiador Julio Pinto: “Republicanos y PDG están buscando fórmulas de radicalización mayor”

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Para el Premio Nacional de Historia, el futuro del proceso constituyente tendrá un impacto directo sobre cualquier gobierno. “La derecha está sacando cuentas muy alegres de la situación de arrinconamiento y de crisis que está afectando al gobierno, porque implica que ellos van a volver al gobierno en la próxima elección, pero si no se resuelve de una manera mínimamente aceptable esta disyuntiva constitucional, ese próximo gobierno que venga, y todos los que vengan,  después van a tener que pasar por las mismas incertidumbres y sobresaltos”. Lo problemático, según Pinto es que formaciones como el PDG y Republicanos “no están buscando precisamente fórmulas de advenimiento, sino fórmulas de radicalización aún mayor. Eso a mí me hace no estar demasiado optimista. Ojalá que termine imponiéndose la cordura”.


El Premio Nacional de Historia, Julio Pinto, se muestra cauteloso frente al resultado de este domingo, y enmarca el proceso constituyente en un histórico conflicto de intereses de larga data que actualmente intenta resolverse políticamente.

Pinto advierte que en caso de imponerse el Partido de la Gente y Republicanos en la elección de constituyentes de este domingo, se dará la paradoja de que el proceso estará determinado por sectores que son contrarios al mismo.

Asimismo, destaca que las constituciones de origen ciudadano son un fenómeno nuevo en la historia del país, ya que las anteriores (1833, 1925 y 1980) en la práctica fueron confeccionadas entre cuatro paredes.

Para este domingo, Pinto estima que la presencia de sectores que están en contra de la creación de una nueva Constitución va a ser muy fuerte, “y eso no augura una buena perspectiva para la generación de una fórmula de entendimiento que permita superar la crisis política actual de manera pacífica y duradera”.

Formaciones como el PDG y Republicanos “no están buscando precisamente fórmulas de advenimiento, sino fórmulas de radicalización aún mayor. Eso a mí me hace no estar demasiado optimista. Ojalá que termine imponiéndose la cordura, pero pero tal como se perciben las cosas hoy por hoy, no estoy tan seguro de que eso vaya a ocurrir”.

Diferencias con 2022

Pinto destaca primero las diferencias con el proceso anterior de la Convención, y apunta a una serie de restricciones que se han instalado al proceso, “los llamados bordes”.

“Se han agregado con comités que en el fondo no son elegidos por la ciudadanía, sino que son nombrados por el Congreso, y por lo tanto el ámbito de la participación ciudadana se restringió por tanto respecto de lo que fue el ejercicio anterior”, dice en referencia al “origen del cuerpo deliberante en este caso de lo que se está eligiendo”.

“Ahora está bastante más acotado y normado que el anterior. Eso, podríamos decir que de alguna forma podría disminuir la legitimidad ciudadana de este nuevo proceso en comparación con el inmediatamente anterior. Estoy hablando de cómo se forma el cuerpo constituyente del contenido, no de los resultados, sino que de la conformación del cuerpo”, aclara.

Dominio conservador

Las encuestas dan una ventaja a la derecha en los comicios de este domingo.

“Como se ven las cosas, es altamente probable que la derecha tenga un grado de presencia mucho mayor en este nuevo proceso constituyente en el anterior”, y eso tiene sus implicancias en el resultado de la propuesta, reflexiona.

Para el historiador, por lo mismo la propuesta que emane del actual cuerpo constituyente “va a tener un carácter sumamente distinto a lo que se plebiscitó en septiembre del año pasado. Si, digamos, la propuesta anterior estaba teñida por la izquierda, esta nueva propuesta podría estar teñida por la derecha”, afirma.

“Hay que reconocer que (el triunfo del Rechazo en) el plebiscito del 4 de septiembre le dio un triunfo político bastante rotundo a la derecha, y le permitió recuperar una iniciativa política que había perdido a partir del estallido social. Si esas proyecciones se mantienen, o sea, si el resultado de la elección del domingo de alguna manera repite las cifras que se vieron en septiembre del año pasado, vamos a terminar con la Constitución que podría ser muy parecida a la Constitución del 80”, dice.

¿Nuevo triunfo del Rechazo?

Ahora habrá que ver cómo se desarrolla el proceso constituyente en lo que resta del año, cuyo resultado será plebiscitado el domingo 17 de diciembre en un nuevo referéndum de salida con participación obligatoria.

Para Pinto, un nuevo triunfo del Rechazo a fin de año “dejaría el país en una situación de incertidumbre institucional muy, muy peligrosa”.

“Eso podría generar un grado de incertidumbre y de inestabilidad política bastante fuerte”, afirma.

Sin embargo, descarta que esa posibilidad abra la posibilidad a autoritarismos de derecha, como señalan algunos analistas.

“No sé si si la situación esté como para para experiencias autoritarias como lo fue la dictadura. Creo que no,  porque tendría que haber un posicionamiento de las Fuerzas Armadas que por el momento al menos yo no percibo, que tenga mucha voluntad de intervenir”, afirma.

“Pero sí podría darse una prolongación de este fenómeno de inestabilidad política y de polarización política que nos ha estado complicando la vida en los últimos 10, 15 años, porque uno de los factores que condujo al estallido social del 2019 fue la creciente deslegitimación del orden político que encarna la Constitución del 80”.

El peso de la inseguridad

El historiador además toma en cuenta el contexto de la elección, marcada por la agenda de la inseguridad, donde muchos electores acuden a las urnas más preocupados por los avatares de la vida cotidiana que el proceso constituyente.

En ese sentido, para mucha gente “lo que le está pasando en el momento, la situación económica, la falta de trabajo, la crisis de la seguridad, pesan mucho más que un ejercicio constituyente”, explica.

“Mucha gente no capta bien qué es lo que significa. Lo ven como algo muy abstracto, muy alejado de su realidad cotidiana”, analiza.

“Pienso que un defecto que ha tenido todo este proceso constituyente, de principio a fin, incluyendo el ejercicio anterior, ha sido la incapacidad de difundir y de comunicar bien a nivel masivo en la sociedad qué es lo que significa una Constitución y por qué es importante”, remarca.

“Hay mucha gente que por un lado está cansada, porque no entiende bien  adónde nos ha llevado este periodo de casi tres años de deliberación constitucional, y tampoco por qué es importante tomar una posición más activa,  más participativa en estos procesos. La Constitución es un instrumento que define el orden político institucional y que permite que las diferencias y los problemas y las crisis, que se producen inevitablemente en cualquier país, se resuelvan en un marco de relativa normalidad y de manera relativamente pacífica”.

Fracaso del proceso constituyente

Agrega que cuando esto no funciona, el problema es que las diferencias se empiezan a dirimir por otras vías, con resultados “que nadie puede prever, pero que pueden ser muy peligrosos”.

“En este momento, a nivel general de la sociedad, como que no se percibe muy bien cuál es el sentido de esto. Seguramente mucha gente va a votar en función de problemas y de preocupaciones más inmediatas, pero es lamentable que así sea, porque efectivamente el carácter de una Constitución o en el peor de los casos, la ausencia de una nueva Constitución, va a generar, como lo dije antes, una situación de inestabilidad de mediano a largo plazo que es muy peligrosa”.

Para el historiador, un fracaso del proceso constituyente actual “va a afectar mucho al gobierno actual, pero también puede afectar al gobierno que venga. La derecha está sacando cuentas muy alegres de la situación de arrinconamiento y de crisis que está afectando al gobierno, porque implica que ellos van a volver al gobierno en la próxima elección, pero si no se resuelve de una manera mínimamente aceptable esta disyuntiva constitucional, ese próximo gobierno que venga, y todos los que vengan,  después van a tener que pasar por las mismas incertidumbres y sobresaltos”.

En ese sentido, apunta a que “si no somos capaces ahora de resolver, por lo menos esta disyuntiva constitucional, lo más probable es que esas diferencias y esas grietas se prolonguen y hasta se profundicen, con implicancias muy preocupantes respecto del futuro”.

“Toda sociedad pasa por conflictos, altibajos, no existe la sociedad absolutamente armónica. Esa es la situación ilusoria, utópica. Toda agrupación humana está conformada por personas distintas y por sectores con distintos intereses, algo que muchas veces necesariamente da lugar a conflicto. Ahora, ahí la la clave está en saber encauzar esos conflictos y resolverlos por la vía pacífica, porque si no se logra eso, lo que sigue es la resolución por vía violenta, y ahí gana, no el más justo ni el más sabio ni el más democrático, sino el más fuerte  y generalmente a costa de la derrota y el aplastamiento. Eso ya lo vivimos en Chile a partir del año 73”.

Para Pinto, el proceso se relaciona con que, como país, “de alguna forma seguimos divididos y empantanados”.

“Esto es una es una réplica del terremoto del 73 y del tipo de ordenamiento político social que se instaló durante la dictadura, que tiene que ver justamente con una fractura de la sociedad en bloques no sólo distintos, sino que opuestos, y si eso no se resuelve, si no llegamos a un marco mínimo de entendimiento, la posibilidad de que eso vuelva a ocurrir, no necesariamente con las mismas características, es alta”, advierte.

“La violencia del estallido social tiene que ver con la profundidad de de la rabia y de las insatisfacciones acumuladas en un sector de la sociedad y que no encontró otra vía para canalizarse que la violencia. Eso nos ha dado una señal de lo que ocurre cuando en la sociedad no son capaces de resolver sus diferencias por la vía pacífica. Y por lo tanto si esto se prolonga indefinidamente claro, el panorama que se proyecta no es alentador”, concluye.

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