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50 x 50, el proyecto de divulgación y educación en torno a obras literarias sobre el Golpe CULTURA

50 x 50, el proyecto de divulgación y educación en torno a obras literarias sobre el Golpe

Ricardo Rojas Behm
Por : Ricardo Rojas Behm Escritor y crítico, ha publicado “Análisis preliminar”, “Huevo de medusa”, “Color sanguíneo”, además de estar publicado en diversas antologías en Chile y el extranjero.
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En una cuenta de Instagram reseñan todos los días sobre libros de poesía, narrativa, textos dramáticos y ensayos. “Parte de las lecciones que se puede extraer visitando la literatura como un sitio de memoria es que el golpe de Estado y la dictadura nos pasó a todos en diversos niveles e intensidades y, al mismo tiempo, es algo que nunca ha dejado de ocurrir. Bastaría pensar en el SENAME o en nuestro sistema previsional o de salud”, comenta Sergio Pérez Ojeda, uno de sus creadores.


Es un inmejorable título para entender que, si bien la historia la escriben los pueblos, no es menos cierto que las evidencias que acompañan el golpe de Estado siguen siendo primordiales, para aclarar tan cruentos hechos.

Sin embargo, el que la literatura tome la voz del hablante le otorga otro valor, ya que no se ancla solo a lo testimonial o contestatario, ya que abre un flanco donde los simbolismos y las metáforas son primordiales para reinterpretar esa historia, contada desde la perspectiva de diversos autores y títulos que se han ido publicando en estos 50 años.

Precisamente de eso se trata el proyecto 50 x 50, impulsado por un equipo de jóvenes intelectuales, de los cuales conversé con Sergio Pérez Ojeda, magister en literatura, para desentrañar el alma de este proyecto donde la literatura se transforma en un sitio de memoria.

-¿A quiénes y por qué les interesó embarcarse en este proyecto, a sabiendas de que habría muchos, redundando o sacando partido de un hecho conmemorativo tan significativo?

-La idea nace al empezar a sentir una suerte de imposible: conversaciones entre sordos, nichos que se reproducen, negocios en torno a la memoria, negacionismo, retorno del fascismo, etc. En este escenario, creemos que, digámoslo así, la literatura tiene la palabra o, para ser menos pretencioso, podemos aportar a desanudar conversaciones con obras que traen perspectivas y experiencias iluminadoras.

Empecé a conversar uno por uno con amigos lectores. De esa forma se fueron sumando: Matías Giadach, Julián Gutiérrez, Gonzalo Geraldo y, luego, Camilo Fernández, Lorena Rojo que trabajarán con dos obras cada uno. Al mismo tiempo, invitamos a Priscila Quintanilla. Una seca de las redes sociales. Nuestra community manager.

-¿De qué manera se sienten parte de un hecho histórico ocurrido, largamente antes que ustedes nacieran?

-Parte de las lecciones que se puede extraer visitando la literatura como un sitio de memoria es que el golpe de estado y la dictadura nos pasó a todos en diversos niveles e intensidades y, al mismo tiempo, es algo que nunca ha dejado de ocurrir. Bastaría pensar en el SENAME o en nuestro sistema previsional o de salud.

-¿Cuál es el criterio para seleccionar autores y obras?

-Hay varias capas. Todas tienen que ver con que todos somos lectores y, fundamentalmente, lectores de literatura. Es nuestra especialidad. Entonces, lo primeo fue acudir a nuestros propios referentes. Luego, nos limitamos a géneros literarios. Finalmente, incluimos un criterio de género y ampliamos la búsqueda a obras claves del periodo.

-¿Bastaba con que fuese escrito en el periodo de estos 50 años, o debía referirse al golpe específicamente?

-Entiendo. Sí, debía ser literatura y tener en su nudo central una voz sobre la dictadura y/o el golpe de estado. O sea, la referencia debía ser directa, aunque recibiera un tratamiento artístico o poético que implica una lectura más exigente.

-¿Por qué abordarlo desde lo literario, y no testimonial o hacer un contrapunto entre ambos?

-Gracias por la pregunta. Lo hemos conversado bastante entre nosotros. Tiene que ver con hablar de lo que más sabemos, en el sentido de hacernos cargo. Pensamos. Bueno. El trabajo con testimonio, obras de investigación o históricas es mejor que lo hagan especialistas o lectores avezados en la materia. Nosotros nos enfocamos en lo creativo y lo ficcional. Pastelero a tus pasteles, como se diría.

-¿Hasta qué punto se puede sopesar o entender un acontecimiento de esa envergadura, a través de la literatura?

-La bajada del proyecto “Formas de entrar y salir del horror”, ofrece una mirada al respecto. Por una parte, el arte de la palabra es nuestro vehículo por excelencia para recordar y para imaginar. Creemos que permite revitalizar la memoria y, al mismo tiempo, conectar con la esperanza. También, cabe señalar que un hilo común en autores y autoras es buscar formas iluminadoras de escribir en torno al horror.

-¿Muchas veces, cuando se hace un compilado como este, automáticamente, se cae en lo sectario, de qué manera evitan ese ejercicio inconsciente?

-Si me permites la expresión, diría que se trata de un disclaimer; en sentido de aclarar que la primera capa es nuestro propio historial de lecturas. El trabajo sistemático se ha estado realizando desde la academia con diferentes fórmulas o resultados, por ejemplo, Naín Nómez, Grínor Rojo o Magda Sepúlveda tienen trabajos muy recomendables al respecto. Entonces, nuestra propuesta es más bien una apuesta y, al mismo tiempo, una búsqueda.

-Si de sesgo se trata, en la mayoría de este tipo de muestras no existe paridad de género, ¿De qué manera equipara esa parcial perspectiva?

-Ninguno de nosotros es especialista en perspectiva de género. Partimos de esa base. Sin embargo, algunas de nuestras referencias de base son Elvira Hernández, Nona Fernández, María José Ferrada. Entonces, entre las reuniones para preparar el proyecto Gonzalo Geraldo propuso incluir el criterio de género en nuestra selección, lo que nos permitió ampliar y enriquecer nuestra búsqueda; como se diría, ponernos gafas violetas.

-¿Existen otros proyectos futuros, o sólo se avocaron a un hecho conmemorativo tan trascendente?

-Nuestro foco hoy día es hacer el mejor trabajo posible desde nuestra cuenta en Instagram. Generar la mayor cantidad posible de interacciones y entregar un contenido de calidad donde la reseña de las obras es un centro que se va enriqueciendo con reels, videos, en vivos, etc. Ahora bien, vale la pena aclarar que nuestra vocación es de divulgación y educación; por lo tanto, tenemos en mente desarrollar, al menos dos etapas más, que podrían involucrar talleres, material educativo o un podcast. Estamos pensando en la mejor opción.

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