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Estrenan en Chile documental sobre niños chilenos exiliados en Alemania

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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“9/11 Santiago – Huida de Pinochet“, del cineasta alemán Thomas Grimm, se exhibirá este miércoles en la Cineteca Nacional a las 20:00 horas, con presencia del director. El filme incluye un libro con los testimonios de los participantes. ¿Quién soy? ¿Dónde pertenezco? ¿Cómo se deben transmitir los recuerdos, qué historias de los padres relativas al terror y la huida deberían ser transmitidas? ¿Qué se debe preservar, y qué se debe superar? ¿Qué motivos son los que los mueven a permanecer en Alemania o a regresar a Chile? Son algunas de las cuestiones que aborda el filme a través de sus protagonistas. El evento además fue saludado por Carmen Muñoz, presidenta de la ONG Hijas e Hijos del Exilio Chile. “Felicito otro esfuerzo más, por hacer memoria y ayudar a visibilizar aquella niñez que fuimos, en el exilio de nuestros padres y madres. Una voz que creemos desde nuestra organización ha sido subterránea o poco conocida, con cierta intencionalidad perversa de sectores de derecha, que el exilio fue dorado”, señala. “El exilio es una violación a los derechos humanos y debe ser reconocido como tal”.


Un documental sobre la vida de los niños que nacieron o se criaron en suelo alemán durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), debido al exilio de sus padres tras el derrocamiento del gobierno constitucional del Presidente Salvador Allende, será exhibido este miércoles en la Cineteca Nacional (Centro Cultural La Moneda, metro La Moneda) de Santiago.

Se trata de “9/11 Santiago – Huida de Pinochet“, del cineasta alemán Thomas Grimm, que además participará en un conversatorio sobre el film, en un evento que es organizado por el Instituto Goethe. Será exhibida a las 20:00 horas, con inscripción previa. La cinta además incluye un libro.

La cinta además contará con exhibiciones en Concepción el 21 de septiembre, a las 18:00 horas, en los Artistas del Acero (Calle Bernardo O’Higgins 1255), y en Valparaíso el sábado 23 a las 17:00 horas, en la Cineteca de la PUCV (Brasil 2830).

“Estamos muy felices por la exhibición y queremos ver cómo el filme es recibido en Chile”, comentó el realizador a El Mostrador.

En Alemania el estreno fue en Berlín el pasado 11 de septiembre, ante 170 invitados, y además fue emitido por el canal público ARD.

“Hoy llegaron los libros que acompañan el libro de imprenta, así que podremos entregar a nuestros protagonistas ejemplares recién salidos del horno con sus historias”, celebró Grimm.

El cineasta alemán Thomas Grimm.

Preguntas sobre la identidad

La película narra los destinos de la segunda generación del exilio chileno. Sus padres o madres habían estado presos en el Estadio Nacional, en el campo de concentración de Pisagua, habían sido alcaldes o periodistas, y debieron abandonar el país, ya sea en avión o huyendo clandestinamente a través de Los Andes.

En el caso de Álvaro Camú, su padre, el abogado socialista Arnoldo Camú, asesor de Allende, fue asesinado el 24 de septiembre por funcionarios de la Armada de Chile.

“Como niño del exilio, obligado por la dictadura a desarraigarse a temprana edad de país y cultura, y como todo niño y niña que atraviesa por una experiencia traumática de exilio forzoso, crecí en dos mundos: el del entorno familiar, siempre apegado a sus raíces, esperanzado por retornar a sus orígenes, y el del país de acogida, solidario y generoso, aprendiendo su idioma y costumbres, entre empanadas y pebre, y salchichas y mostaza”, cuenta Álvaro.

Como él, muchos llegaron siendo niños a Alemania Federal, la República Democrática Alemana (RDA) y Berlín Occidental. De esta forma surgen diferentes perspectivas de la vida en la emigración.

Se trata de preguntas sobre la identidad: ¿Quién soy? ¿Dónde pertenezco? ¿Cómo se deben transmitir los recuerdos, qué historias de los padres relativas al terror y la huida deberían ser transmitidas? ¿Qué se debe preservar, y qué se debe superar? ¿Qué motivos son los que los mueven a permanecer en Alemania o a regresar a Chile? A través de sus protagonistas, la película también elabora los hechos del 11 de septiembre de 1973 en Santiago de Chile.

Grimm es un cineasta alemán. Desde hace tres décadas se ha dedicado a realizar películas biográficas e históricas, y que documentan la realidad bajo la premisa de “memoria como responsabilidad”. Ha producido más de cien películas para canales de TV alemanes, como ARD, Arte, MDR, RBB y ZDF.

Contribuir a la memoria

Verena Lehmkuhl, directora del Goethe-Institut Chile, explica que para el instituto cultural alemán, “es muy importante contribuir a la memoria”.

“El Goethe-Institut Chile ofreció a la gente un espacio para la libertad de expresión y la creación cultural abierta en tiempos de dictadura. Así trabajamos también hoy. Los valores democráticos y la diversidad son la base de nuestra cooperación chilena-alemana y, por tanto, el corazón de nuestro trabajo”, señala.

“Las relaciones chilenas-alemanas son de gran importancia para nosotros, también porque muchas personas se exiliaron en Alemania en los años setenta y ochenta”.

“Me complace que Thomas Grimm, director de la película ‘9/11 Santiago – Huida de Pinochet’, y el productor Jim Wehse sean nuestros invitados y arrojen luz sobre una parte muy especial de esta historia. Se trata de la segunda generación de exiliados, de los niños y niñas, de la cuestión de la identidad y de cómo la experiencia del exilio configura la sociedad hasta nuestros días”.

Andrea Muñoz, una de las protagonistas del documental, durante su adolescencia en la ex RDA.

Testimonios

Andrea Muñoz es una de las protagonistas del documental. Ella vivió el exilio en la ciudad de Jena, en la ex República Democrática Alemana (RDA).

“Tuve la oportunidad de presentar mi experiencia como hija del exilio de la RDA, desde la mirada de nuestra niñez y adolescencia, incluyendo el retorno a Chile. Y en ese compartir de vivencias resurgen grandes cuestionamientos y emociones, que muchos de nosotros hemos sentido, referidas a nuestra identidad, a nuestra necesidad interna de sentirnos parte, de ser aceptados, de pertenecer”, comenta a este medio.

“Con mis vivencias, espero transmitir esa parte de nuestra historia, de hijos e hijas del exilio, pocas veces contada y, sin embargo, tan valiosa y que actualmente se mantiene vigente en las experiencias de muchos que hoy son niños y adolescentes hijos de…”, agrega.

Camilo Pereda.

Otro de los participantes es Camilo Pereda.

“Hablar sobre la experiencia del exilio siempre es una puerta que se abre hacia dimensiones nuevas. El exilio no es un paréntesis, es algo que te condiciona para toda la vida, sobre todo si lo viviste siendo niño. Para muchos de nosotros, los hijos del exilio, se dio la paradoja -que en realidad no es tal-, de haber comenzado nuestro propio exilio recién al momento del retorno a Chile. Un país soñado, dibujado, hablado, cantado durante toda la infancia, pero desconocido en sus realidades cotidianas”, dice.

“Para los que nos criamos en la RDA, se agrega además la extraña situación de que no podemos volver a visitar ese país que nos acogió y que nos entregó salud, educación, cultura, deporte, porque ese país dejó de existir como tal. Podríamos decir también que ese país sigue viviendo en nosotros, así como en la mente y el espíritu de muchos alemanes orientales. Quizás los últimos ciudadanos de la RDA sean los chilenos que crecieron en ese país”.

Álvaro Camú. Crédito: U. de Chile.

En el caso de Camú, “pude hacer de estos dos mundos, una vez retornado a Chile, mi profesión, mi trabajo y mi pasión. Como profesor de alemán primero y luego como director académico del Goethe-Institut, donde trabajo hace ya más de 30 años, donde encontré un maravilloso espacio para desarrollar y transmitir idioma y cultura entre estos dos mundos, un lugar de gran sensibilidad y respeto por la democracia y los derechos humanos, la libertad de pensamiento y de creación”.

“Agradecido de lo que la cultura alemana de la República Democrática Alemana (RDA) y su pueblo solidario me entregó, y a mi familia; de los lazos de amistad y cariño que se forjaron con los años, y de la posibilidad de seguir alimentando y cuidando tamaña relación, a través del trabajo diario y la vida personal”, remata.

La socióloga Leonor Quinteros vivió el exilio en Bélgica y Alemania. Su padre fue preso político en el campo de concentración de Pisagua.

Exilio, una violación de DDHH

El evento además fue saludado por Carmen Muñoz, presidenta de la ONG Hijas e Hijos del Exilio Chile.

“Felicito otro esfuerzo más, por hacer memoria y ayudar a visibilizar aquella niñez que fuimos, en el exilio de nuestros padres y madres.  Una voz que creemos desde nuestra organización ha sido subterránea o poco conocida, con cierta intencionalidad perversa de sectores de derecha, que el exilio fue dorado”, señala.

“Fuimos niñeces rescilientes frente a tanta adversidad, traumas y situaciones complejas que tuvimos que vivir y aprender a gestionar a muy temprana edad, por causa de la represión política de estado provocada por la dictadura cívico-militar.  Gracias a esa fortaleza, pudimos ser parte e integrarnos a países que nos acogieron, que nos brindaron seguridad, refugio, salud, educación, amistades entrañables e irrepetibles hasta hoy”, expresó.

Leonardo Leromendo (izq.) vivió el exilio en las dos Alemanias.

“El ejercicio de recordar y hacer memoria de acontecimientos tan especiales de la niñez y a veces dolorosos, es un acto sanador y que genera comunidad.  La vivencia del exilio en la niñez, suele repetirse, sin importar el país donde se haya vivido. La no familia extendida, los no cumpleaños, la navidad limitada, la mamá, el papá ausente, el living vacío, la no decoración del espacio, la ausencia, la maleta con ropa guardada, ser apátrida. A todos nos pasó en diferentes dimensiones vivir las consecuencias del exilio en la niñez”, comentó.

“La sensación de no lugar, de no ser de allá, ni de acá. Y después vino el retorno, eso que no sabíamos cómo iba a ser. Coincidimos en que el retorno de nuestros padres, madres, fue nuestro propio exilio, ya que fuimos traídos a un país que no era el que nos contaban, llegamos a vivir a un país totalmente transformado, neoliberal. Donde nos costó mucho, y a veces hasta hoy encajar”.

“El exilio es una violación a los derechos humanos y debe ser reconocido como tal”, concluyó.

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