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Dolor por el fallecimiento del escritor Jorge Guzmán Chávez CULTURA Crédito: Paulo Slachevsky

Dolor por el fallecimiento del escritor Jorge Guzmán Chávez

Ganó el Premio Municipal de Literatura, el del Consejo del Libro, el Municipal de Novela y el Jaén de Literatura (España), entre otros. Sus funerales serán este miércoles, a las 14:00 hrs. en el Cementerio Parque del Recuerdo de Vespucio.


El escritor, académico y crítico literario, Jorge Guzmán Chávez falleció este martes a los 93 años, según informó la editorial LOM. Sus funerales serán este miércoles, a las 14:00 hrs. en el Cementerio Parque del Recuerdo de Vespucio.

Estudió en el Instituto Nacional, luego en la Universidad de Chile Pedagogía en castellano, 1958, y se doctoró en Filología Románica en la Universidad de Iowa, Estados Unidos con una beca Fulbright (1959-61). Fue profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile (1962-1969), y director del Departamento de Estudios Humanísticos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, 1990-1994. Desde 2008 a la fecha integró el Comité editorial de LOM ediciones.

Además fue docente de Bloomington University, The University of Chicago at Chicago Circle, 1978, 1979, 1980; The University of Iowa, 1960-61, 1986; The University of Michigan at Ann Arbor, 1993, en Estados Unidos.

Trayectoria

Como académico publicó varios trabajos significativos para la crítica literaria y cultural chilena y latinoamericana. Entre ellos se pueden mencionar: Una constante didáctico-moral del Libro del Buen Amor (1963); Diferencias latinoamericanas: Mistral, Carpentier, García Márquez, Puig (1984); Contra el secreto profesional: lectura mestiza de César Vallejo (1991) reescrito como Tahuashando: lectura mestiza de César Vallejo (2000).

Se inició públicamente como narrador con la aparición de la novela Job-Boj, publicada en Seix Barral en Barcelona en 1967 (reeditada por LOM 2017), la cual ocupó el segundo lugar en el concurso de novela convocado por dicha editorial, cuyo primer lugar lo obtuvo Carlos Fuentes.

Posteriormente “El capanga”, cuento que apareció en la publicación El cuento chileno actual: 1950-1967, editado por Alfonso Calderón en 1969.

Entre la publicación de su primera novela en 1967 y la segunda en 1993 medió un largo período de tiempo. El autor ha señalado que la experiencia del golpe militar de 1973 tuvo mucho que ver con esta suspensión de su actividad literaria, según el sitio Memoria Chilena.

“Yo trataba de escribir, pero no podía. Se me arruinó el órgano escribitivo. Todo eso fue muy trágico para mí y el cambio de dirección que sufrió el país todavía no termina de gustarme”, dijo en una entrevista cn el diario Las Últimas Noticias en 1998.

Años 90

Desde los años noventa, su obra novelística se focalizó en períodos y personajes históricos a partir del desarrollo de una dimensión íntima de la historia de Chile que se dinamiza en diferentes puntos de vista.

“Ay mamá Inés” (Ed. Andrés Bello 1993), fue galardonada por el Premio Municipal de Literatura, el Premio Manuel Montt, el Premio de la Academia de la Lengua y el Premio Nacional del Consejo del Libro y la Lectura.

En 1998 aparecieron sus relatos breves bajo el título La felicidad (LOM), mientras que su siguiente novela, “La ley del gallinero” (Ed. Sudamericana, 1999; reeditada por LOM, 2008) que aborda la revolución conservadora del siglo XIX, obtenía el Premio Municipal de Novela en ese mismo año.

En la novela “Cuando florece la higuera” (Ed, Debate 2003; LOM, 2010), Premio Jaen de Novela y Premio Altazor, se retoman los problemas históricos, pero ahora vistos desde una perspectiva actual. La novela “Con ojos de niño” (LOM, 2008), es un relato de iniciación que transcurre en una zona rural del país, Premio de la Crítica Literaria, 2009, otorgado por la UDP, categoría “Narrativa”, mejor publicación anual realizada por un escritor chileno.

En el 2010, por LOM, aparece su última novela de carácter histórico, “Deus Machi”, y en el 2014 un conjunto de cuento bajo el título “Cuerpos” (LOM, 2014). Prácticamente todas las novelas de Jorge Guzmán han tenido más de una edición y varias han sido traducidas.

“Podemos decir que, a partir de un territorio particular de profesor, de académico y de crítico, Guzmán integró la enseñanza de la literatura con la producción creadora de personajes y espacios y a través de esa integración, varias generaciones de estudiantes pudieron fortalecer su capacidad de pensamiento crítico, gozar y sentir en una sociedad que ha devenido cada vez más fragmentada y vacía”, indicaron desde la editorial.

“Varios de esas generaciones son y han sido destacados intelectuales y creadores, que constituyen parte significativa del capital cultural que Chile hoy posee, y esto hace parte del enorme aporte que Guzmán ha dejado a la enseñanza de la literatura y la cultura. Jorge Guzmán fue un narrador de estilo inconfundible y estricta rigurosidad con el lenguaje. Sus textos se caracterizan por el desarrollo de tramas amplias, prolijidad en la psicología de los personajes, extensos mundos con variados niveles temporales, todos centrados en Latinoamérica”.

“Hemos sido colonia”

En una entrevista que le hiciera Antonia Viu en marzo 2005, señalaba a propósito de la “novela histórica”, y de “La ley del gallinero” en particular:

“Escribir sobre el pasado era una forma de decir lo que pienso. La ley del gallinero, en suma, dice lo que yo creo que es verdad, que aquí no ha pasado la historia, que hemos sido colonia y seguimos siendo colonia de un modo en el que las clases dirigentes se asocian con el colonizador a veces violentamente, como en el caso de Balmaceda, y en el caso de Salvador Allende de manera atroz.

“Si la historia nos influye de alguna manera es mediante la conciencia que la gente adquiere de sí misma, eso sin duda. No en vano los que intentan manipular la información tratan de desinformar, y de que nadie adquiera conciencia de las cosas que están pasando, ni de su pasado ni de su presente ni de nada”.

La editorial agregó que con su partida “se va parte de una generación de intelectuales que marcaron de manera significativa la cultura chilena de la mitad del siglo XX e inicios del XXI. Parte también un compañero y amigo entrañable, quien permanecerá con y entre nosotros a través de sus obras y los recuerdos de las innumerables sesiones de trabajo y camaradería compartidos”.

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