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Juan Carlos Ferrada y la legitimidad del TC: «Es un órgano que no tiene ningún tipo de control»

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El Tribunal Constitucional está en crisis. Sus controvertidas resoluciones hacen que este órgano sea constantemente cuestionado y su legitimidad puesta en tela de juicio. Por esto, la Universidad de Valparaíso y el Senado, con el apoyo de El Mostrador, realizarán cuatro seminarios con el objetivo de someter a escrutinio público su falta de control, el intervencionismo que hace del ciclo político y la instrumentalización del recurso de inaplicabilidad para paralizar juicios, a fin de que se expongan propuestas que permitan su mejoramiento. En conversación con El Mostrador, el académico de Derecho de la Universidad de Valparaíso, Juan Carlos Ferrada, e impulsor de estos seminarios, sentenció que el cuestionamiento al TC se debe a sus propias actuaciones.


La Universidad de Valparaíso en alianza con el Senado de Chile, con el apoyo de El Mostrador, realizará cuatro seminarios para debatir sobre la urgente reforma que necesita el Tribunal Constitucional, organismo constantemente cuestionado por sus resoluciones que, muchas veces, entran en conflicto con lo deliberado en el Parlamento, por su instrumentalización política por la vía del recurso de inaplicabilidad y, también, por el nombramiento de sus jueces.

El académico de Derecho de la Universidad de Valparaíso, Juan Carlos Ferrada, en entrevista con Federico Joannon , director ejecutivo de El Mostrador, sostuvo «que desde la universidad lo que se debe es entrar a este debate público, sobre los problemas del TC y las necesidades de reforma, desde la perspectiva académica, para ver cuáles son los problemas del funcionamiento del tribunal y qué propuestas del mundo académico podemos hacerle al mundo político para modificar y mejorar el TC «.

«Son 4 seminarios en los que vamos a analizar distintas temáticas del Tribunal Constitucional, desde el funcionamiento del recurso de inaplicabilidad, el control preventivo, el nombramiento de los ministros y los problemas con la Corte Suprema, etc.», agregó.

En las instancias se convocará a líderes políticos para discutir, en un «debate abierto», las propuestas concretas de reforma al TC.

Los debates de llevarán a cabo en la Universidad de Valparaíso. El primero tendrá lugar el 4 de septiembre y en él se hablará sobre el control preventivo del Tribunal Constitucional.

El segundo se realizará el 26 de septiembre y el tercero será el 17 de octubre y abordará el control represivo del organismo, además de discutir conceptos como la inaplicabilidad, la inconstitucionalidad y la justicia ordinaria.

El último seminario se efectuará el 7 de noviembre, y allí se hablará sobre el nombramientos de ministros del TC, entre otros temas.

La «explosión» del recurso de inaplicabilidad

«Hemos visto que el Tribunal Constitucional está muy cuestionado producto de sus propias resoluciones y sus actuaciones en general», indicó Ferrada.

«Hoy día, la estadística indica que tenemos más de mil recursos de inaplicabilidad por año. Se partió con 50 y hoy estamos en más de mil», subrayó.

Según Ferrada, aquello ocurre porque «el recurso de inaplicabilidad se ha concentrado en ciertas materias», lo que ha provocado una «explosión» del mismo.

«Se ha concentrado mucho en materia de aplicación de la famosa Ley Emilia, se ha concentrado mucho en el tema de armas, Ley de Armas, que tienen una regla parecida de no encarcelación. Pero también se ha concentrado en materia laboral en el último tiempo y ahora está llegando en temas de Derechos Humanos», explicó.

El académico puntualizó que la inaplicabilidad también «es un instrumento que permite paralizar los juicios, entonces el abogado puede legítimamente pretender, como parte de su estrategia, paralizar el juicio o alargarlo a la espera de tener una mejor construcción de su propio argumento a la defensa de un caso concreto».

El TC protagonizando la política

Con respecto al nombramiento de los jueces al interior del organismo, Ferrada sostuvo que «no están llegando a ser jueces constitucionales las personas que tienen las mayores capacidades para eso y esto ha ocurrido porque el TC, cuando asume un rol tan protagónico en la política, como ha ocurrido con el caso chileno, entonces, los partidos políticos quieren poner a sus propias personas».

«Los países donde los tribunales constitucionales han sido exitosos, como en Alemania, el órgano se cuida mucho de intervenir muy episódicamente en el ciclo político. El respeto por la ley es muy grande, entonces, el TC no puede entrar a discutir cada decisión legislativa porque no es el legislador», precisó.

«Los alemanes tienen un concepto muy claro de que el TC tiene que ajustarse a un principio de deferencia y ese principio lo obliga a decir que yo no puedo cuestionar permanentemente al legislador. Solo se puede cuando no tenga ninguna duda de que la norma es inconstitucional», detalló.

En este sentido, el docente señaló que «en Chile, el TC ha estado permanentemente interviniendo en el ciclo político y sustituyendo a los órganos políticos legitimados por los ciudadanos en las opciones que toma».

Una institución con nula fiscalización

Al ser consultado sobre la existencia de un órgano que fiscalice la función del Tribunal Constitucional, Ferrada respondió que la institución «no tiene ningún control».

«No hay ningún órgano capaz de directamente fiscalizar al TC. En otros países funciona, no es necesaria esa fiscalización, pero probablemente en países como el nuestro, este requiere algo», agregó.

Con respecto a la relación del TC con la Corte Suprema, el académico sostuvo que esta última, a través de distintas vías, «le ha quitado el impacto, el efecto a la sentencia del TC».

«Eso es una cuestión que no está en el sistema diseñado, pero en que de alguna manera la Corte Suprema empieza a jugar un rol de contrapoder, frente a este poder que no tiene control», aseveró.

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