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La sociedad pos-COVID que nos espera Opinión

La sociedad pos-COVID que nos espera

Damián Trivelli Zondek
Por : Damián Trivelli Zondek Académico y coordinador del estudio UDP “Análisis de las declaraciones de políticos en noticieros centrales”.
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La adaptación obligada a tecnologías –teletrabajo, enseñanza online o e-commerce–, la aceleración de las empresas hacia la robotización y el “proletariado digital” producto del aumento del desempleo, nos pone frente a la quinta decisión, sobre cómo manejamos la transición acelerada del nuevo mercado laboral. El abanico de soluciones adoptadas en esta materia –ingreso básico universal, seguros de desempleo, conectividad como servicio básico, etc.– determinará si los países podrán establecer sociedades cohesionadas o si se profundizarán la desigualdad y la desconfianza.


El COVID-19 marcará una generación completa, determinando el tipo de instituciones que impulsaremos en las próximas décadas. Sin embargo, ¿emergerán de este momento histórico nuevos modelos de desarrollo o se intesificarán las actuales tendencias? Esto dependerá de cinco decisiones fundamentales.

La primera es sobre si se fortalecerá el multilateralismo o primarán visiones aislacionistas. Hacia dónde se inclinará el mundo dependerá de que los países desarrollados asuman un rol en favor de la cooperación internacional, colaborando activamente con las naciones más pobres que aún no han enfrentado el peak sanitario.

Lo anterior se vincula con la segunda decisión, sobre qué tipos de liderazgos políticos emergerán. Un contexto de crisis económica profunda y global, será idóneo para la instalación de liderazgos nacionalistas, autoritarios y/o populistas que abogarán por enfoques aislacionanistas. Frente a esto, los defensores de la alicaída democracia liberal, con posiciones moderadas, tendrán la difícil tarea de construir discursos convocantes y electoralmente ganadores en la época de mayor vulnerabilidad.

A su vez, la importancia del sector público y la aplicación de medidas como la cuarentena, posicionan al Estado y los gobiernos como actores centrales en la gestión de la crisis. Esto, no solo potencia liderazgos políticos impetuosos, sino que instala la tercera decisión, respecto si optaremos por estados grandes y fuertes con iniciativa en múltiples ámbitos de la sociedad y la economía. O por un modelo mixto donde juega un rol importante la capacidad de los privados para entregar prestaciones sociales.

La cuarta decisión es sobre cómo reactivar las economías. Se optará por desregular los mercados, por ejemplo, flexibilizando las evaluaciones ambientales. O tendremos economías intervenidas por el Estado, donde la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático seguirán presentes.

Por último, la adaptación obligada a tecnologías –teletrabajo, enseñanza online o e-commerce), la aceleración de las empresas hacia la robotización y la expensación del “proletariado digital” producto del aumento del desempleo, nos pone frente a la quinta decisión, sobre cómo manejamos la transición acelerada del nuevo mercado laboral.  El abanico de soluciones adoptadas en esta materia –ingreso básico universal, seguros de desempleos, conectividad como servicio básico, etc.– determinará si los países podrán establecer sociedades cohesionadas o si se profundizarán la desigualdad y la desconfianza.

En conclusión, la forma en que se aborde la crisis sanitaria, económica y social desde los organismos internacionales, el rol de las naciones desarrolladas y la eficacia de los distintos tipos de gobierno y liderazgos políticos, definirán si avanzamos hacia un sistema más integrador y colaborativo o si se privilegiarán visiones aislacionistas y competitivas. Por el momento, los dos caminos siguen abiertos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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