Publicidad
La oportunidad constituyente Opinión

La oportunidad constituyente

Con la votación del plebiscito también se proyecta y releva la importancia de la diversidad y el encuentro con el otro en lo que será la convención constitucional que surgirá a partir de esos comicios. Será la gran oportunidad para que quienes pensamos muy distinto podamos sentarnos a la mesa. Ser parte de esa invitación democrática. A diferencia de lo que ocurrió históricamente en nuestro país, cuando a la mesa se sentaban unos pocos, o de lo ocurrido en dictadura, cuando los cambios se hicieron entre cuatro paredes, esta vez el convite es para todos y todas.


Estamos a muy pocos días del plebiscito constituyente del 25 de octubre y por primera vez nuestro país tiene la oportunidad de avanzar hacia una nueva Constitución redactada con el protagonismo de la ciudadanía, mediante la elección de convencionales que representen la diversidad del pueblo de Chile.

Ya es tiempo de superar los efectos del Golpe de Estado al Presidente Salvador Allende, que rompió con nuestra tradición democrática. Los resabios de la dictadura militar, que suprimió el Congreso y prohibió los partidos políticos; que impuso una agenda de transformaciones económicas, reduciendo el rol del Estado solo a un papel subsidiario, entregando un dominio al sector empresarial sin contrapesos, y que para perpetuar el modelo político y económico, escribió entre cuatro paredes la Constitución de 1980, que intentó validar mediante la parodia plebiscitaria de 1980, deben terminar.

Somos muchos los que hace años e incluso décadas hemos venido planteando la necesidad de un nuevo pacto social, que se refleje en una Constitución nacida en democracia. Lamentablemente, siempre hubo sectores conservadores que se negaron a perder sus privilegios consagrados en el actual orden constitucional. Hasta que la movilización social lo hizo evidente e insostenible, incluso para el actual gobierno de derecha, lo que generó el acuerdo político del 14 de noviembre de 2019, que abrió paso al plebiscito constituyente.

La actual Carta Magna no solo tiene un vicio de origen, sino que también presenta falencias, siendo la principal, las dificultades y trabas que pone al ejercicio del poder soberano por parte de las mayorías que se expresan en las elecciones.

Con una nueva Constitución se nos abre justamente la posibilidad de organizar nuestra sociedad de manera distinta, dándonos una Carta Magna que refleje un nuevo pacto social que, de una vez por todas, convoque a las mayorías y refleje sus anhelos y un nuevo proyecto de sociedad para el siglo XXI.

Con la votación del plebiscito también se proyecta y releva la importancia de la diversidad y el encuentro con el otro en lo que será la convención constitucional que surgirá a partir de esos comicios. Será la gran oportunidad para que quienes pensamos muy distinto podamos sentarnos a la mesa. Ser parte de esa invitación democrática. A diferencia de lo que ocurrió históricamente en nuestro país, cuando a la mesa se sentaban unos pocos, o de lo ocurrido en dictadura, cuando los cambios se hicieron entre cuatro paredes, esta vez el convite es para todos y todas.

Los invito para que el domingo 25 vayan a votar con tranquilidad y esperanza. Con el Apruebo y la Convención Constitucional, otro Chile puede comenzar a abrirse paso.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias