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Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Rafael Dudamel tendrá que adaptarse y conocer en profundidad la idiosincrasia de un club que permanentemente está reclamando logros y exigencias. En la U los segundos lugares pasan la cuenta. No hay tiempo para excusas de adaptación o conocimiento. Uno supone que todas esas semblanzas el venezolano las tendrá claras, dado que, cuando retorne el fútbol, los azules deberán intentar volver a los triunfos, considerando que en las últimas tres fechas no han sabido de victorias. El calendario dice que Dudamel debutará de local ante S. Wanderers, deberá ir a jugar a La Calera, luego con Everton y después el clásico universitario.


Azul Azul quería a Martín Lasarte, tras despedir a Hernán Caputto. Lasarte ya sabe lo que es la U por dentro y eso era un gran punto a su favor. Pero el uruguayo –que era la opción uno, que generaba el mayor gusto del principal accionista y además de un número importante de directores– se bajó.

Y tras esa inesperada negativa –adujo temas personales– el trabajo frenético de pensar, analizar y buscar al sucesor de Caputto, empezó a mostrar la disparidad de gustos y criterios de la mesa azul. Uno que gustaba era José Luis Sierra, pero algunas publicaciones en redes sociales sobre su “pasado” dirigiendo a Colo Colo, hicieron que le bajaran el pulgar. Sierra tenía varios puntos a favor: sabe de memoria cómo es el medio y su idiosincrasia, en su cuerpo técnico hay integrantes que trabajaron por años en la U y en su palmarés tiene títulos en Chile y el extranjero.

¿Cómo aparece el nombre de Rafael Dudamel? Un sector importante e influyente en las decisiones de Azul Azul comenzó a gestar la alternativa de colocar al técnico venezolano como primera opción. Motivos: lo ven como un adiestrador que “con poco hizo mucho”. Que no tiene “discurso” para la prensa e hinchas y podría tener injerencia en el desarrollo de los valores jóvenes del club.

[cita tipo=»destaque»]Un fixture muy poco amigable para un técnico que deberá responder a la expectativa y que, también, tendrá encima las miradas para ver si logra darle un funcionamiento más o menos aceptable a un plantel que se viene complicando hace rato en la cancha y que, cuando faltan dos o tres jugadores, pareciera no tener soluciones de nivel. Por ello, Dudamel deberá aclarar sus dudas y él despejar las que existen frente a su posición.[/cita]

Su recorrido al mando de clubes no es tan extenso, a diferencia de selecciones venezolanas. Estudiantes de Mérida, Deportivo Lara y Atlético Mineiro, donde fracasó y fue despedido después de casi un mes de haber asumido. “Incompetencia deportiva” fue el concepto que utilizó la dirigencia del Miniero para cesar a Dudamel. Dirigió 10 partidos con el salado de 4 victorias, 3 empates y 3 derrotas. Las eliminaciones de la Sudamericana ante Unión de Santa Fe. Pero lo que terminó por sacarlo de su puesto fue la caída ante un rival de la cuarta categoría del fútbol brasileño en la copa de ese país.

Sin embargo, a nivel de selecciones menores, el trabajo que hizo Dudamel junto a una generación de muy buenos jugadores, elevaron su nombre en Sudamérica. El subcampeonato del Mundo en el 2017 con la selección Sub-20, mostró a un técnico que tenía mucha influencia y carácter para llevar a un país tan poco tradicional en las altas esferas del fútbol mundial a un sitial de reconocimiento.

Ahora, si uno se basa y toma como antecedentes las estadísticas del venezolano, hay para mirar detenidamente. En los tres equipos que adiestró su porcentaje de rendimiento es de 43,9 %. En las selecciones venezolanas (Sub-17, Sub-20 y Adulta) tiene un registro de 42,8%.

¿Cómo juega Dudamel? Preferentemente, en la última etapa de la selección vino tinto y especialmente en la Copa América de Brasil, utilizó dos módulos de juego preferentes: 4-2-3-1 y 4-1-4-1, siendo siempre Salomón Rondón su hombre de área. Homologando a lo que tiene la U en su plantel actual, ese será sin discusión Joaquín Larrivey. Es cierto que Dudamel cree en los jugadores jóvenes y sus condiciones, de hecho su arquero titular fue Wuilker Fariñez, quien ya con 19 años protegía la valla caribeña. Dudamel sabe que debe ser un técnico flexible, más allá de las convicciones en el juego que pueda tener.

Porque tendrá que adaptarse y conocer en profundidad la idiosincrasia de un club que permanentemente está reclamando logros y exigencias. En la U los segundos lugares pasan la cuenta. No hay tiempo para excusas de adaptación o conocimiento. Uno supone que todas esas semblanzas el venezolano las tendrá claras, dado que, cuando retorne el fútbol, los azules deberán intentar volver a los triunfos, considerando que en las últimas tres fechas no han sabido de victorias. El calendario dice que Dudamel debutará de local ante S. Wanderers, deberá ir a jugar a La Calera, luego con Everton y después el clásico universitario.

Un fixture muy poco amigable para un técnico que deberá responder a la expectativa y que, también, tendrá encima las miradas para ver si logra darle un funcionamiento más o menos aceptable a un plantel que se viene complicando hace rato en la cancha y que, cuando faltan dos o tres jugadores, pareciera no tener soluciones de nivel. Por ello, Dudamel deberá aclarar sus dudas y él despejar las que existen frente a su posición.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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