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Inflación: de fantasma a enemigo peligroso Opinión

Inflación: de fantasma a enemigo peligroso

Patricio Ramírez
Por : Patricio Ramírez Coordinador Observatorio Económico y Social de la Universidad de La Frontera
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Prácticamente la mitad de la inflación se debe al aumento en la demanda interna impulsada por el boom del consumo derivado a su vez por el exceso de liquidez otorgado por los retiros previsionales y ayudas estatales. A lo cual, si se agrega el efecto de tipo de cambio, que también es de origen local según el banco central (mayor incertidumbre), llegamos a que cerca del 70% -75% de la inflación en Chile está explicada por factores internos. Mas allá de las especulaciones, opiniones y creencias de cada uno, lo cierto que estos son datos objetivos del instituto emisor sobre la base de modelos macroeconómicos, que echan por tierra los dichos de algunos que culpaban a factores externos como el gran responsable del aumento de precios en Chile.


El índice de precios al consumidor (IPC), indicador elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) que mide la variación general de los precios en nuestro país, la inflación, sorprendió al mercado en el primer mes de 2022 al registrar una variación mensual de 1,2% con lo que la inflación a 12 meses se situó en 7,7% la más alta en 14 años (desde fines de 2008).  El IPC mide la variación de precios de una canasta de bienes y servicios agrupados en 12 divisiones; 11 de las cuales anotaron alzas en enero, destacando las de: “transporte” y “alimentos y bebidas no alcohólicas” que marcaron incrementos mensuales de 2,8% y 1,6% respectivamente.

La inflación es un termómetro del “costo de la vida” ya que mide mes a mes la variación general de los precios de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares del país. Por tanto, cuando sube significa que se hace más caro adquirir los productos de esa canasta. En otras palabras, implica un deterioro del poder adquisitivo de las personas, ya que con una cierta cantidad de dinero nominal (sueldo en pesos, por ejemplo) se podrá comprar cada vez menos productos y servicios en términos reales. En la práctica el dinero vale menos, se reduce el ingreso real de las personas y hogares. Esto afecta naturalmente con mayor fuerza a los de menores ingresos que destinan un mayor porcentaje de su sueldo a bienes y servicios, por lo que su poder de compra se ve más afectado; por esto la inflación es también conocida como un “impuesto de los pobres”.

Entre los efectos de esta abrupta alza de inflación está el alza de la unidad de fomento (UF) que verá incrementado su valor en cerca de $375 entre el 9 de febrero y el 9 de marzo próximos, esto dado que la UF se mueve sobre la base de la inflación.  Esto a su vez generará el alza de precios indexados a la UF tales como dividendos hipotecarios, planes de salud de isapres, seguros, arriendos, etc.

Otro efecto que trae el alza de la inflación es el alza de las tasas de interés de créditos, lo que encarece el costo de financiamiento. Esto, porque para intentar reducir la inflación, el banco central debe subir la tasa de política monetaria, una tasa de referencia del sistema financiero, y eso se traspasa a mayores tasas de créditos hipotecarios, de consumo y comerciales de bancos e instituciones financieras.

Mucho se ha discutido acerca de las causas que han llevado a una escalada de precios a niveles que no se veían hace un buen tiempo, al respecto, el banco central de Chile en su informe de política monetaria del mes de diciembre 2021 realizó un apartado especial acerca del tema, donde señala que parte del incremento observado de la inflación puede atribuirse a elementos locales, como el crecimiento de la demanda, y qué parte se debe a factores externos, como el mayor precio del petróleo. Agrega, sin embargo, que el aumento de la demanda interna explica la mitad de la mayor inflación en el tercer y cuarto trimestre del 2021 respecto a los mismos trimestres del año anterior. La depreciación del peso chileno, cuyo propio movimiento también se ha debido a factores locales, explicaría cerca de 20% del incremento de la inflación.  “…El aumento de la inflación observado en los últimos meses ha sido significativo. Si bien parte de las mayores presiones de precios tienen un componente externo, la evidencia presentada en este recuadro sugiere que en el caso de Chile el grueso del efecto radica en factores locales, principalmente por el muy significativo incremento del gasto derivado de las políticas de estímulo al consumo privado, que ubican a Chile como uno de los países con mayor crecimiento en 2021…”

En definitiva, se concluye que prácticamente la mitad de la inflación se debe al aumento en la demanda interna impulsada por el boom del consumo derivado a su vez por el exceso de liquidez otorgado por los retiros previsionales y ayudas estatales. A lo cual, si se agrega el efecto de tipo de cambio, que también es de origen local según el banco central (mayor incertidumbre), llegamos a que cerca del 70% -75% de la inflación en Chile está explicada por factores internos. Mas allá de las especulaciones, opiniones y creencias de cada uno, lo cierto que estos son datos objetivos del instituto emisor sobre la base de modelos macroeconómicos, que echan por tierra los dichos de algunos que culpaban a factores externos como el gran responsable del aumento de precios en Chile. Más bien queda de manifiesto el efecto negativo de los retiros de AFP sobre la inflación, que contribuyeron a generar exceso de liquidez que luego se traspasó a mayores precios, lo que había sido ya advertido por varios economistas. Sin duda los retiros beneficiaron a muchas personas y familias que lo necesitaban, pero al ser universal, fueron realizados por más personas que lo necesario, lo que resultó en un exceso de liquidez.

La inflación en Chile pasó de ser un fantasma a un enemigo real y peligroso que menoscaba el poder de compra de los hogares y familias, en especial de los más vulnerables. De ahí la importancia de tener un banco central autónomo que se preocupe de velar por el poder adquisitivo de la moneda, alejando lo más posible el fantasma de la inflación y sus consecuencias. Pero también, de disponer de políticas públicas responsables que no contribuyan a generar alzas de precios, ya que en economía como en la vida al final hay que pagar la cuenta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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