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Sistema de salud: volviendo al pasado Opinión

Sistema de salud: volviendo al pasado

Emilio Santelices C.
Por : Emilio Santelices C. Médico cirujano con especialidad de Anestesiología Cardiovascular y Trasplante de la Universidad Católica de Chile, y doctorado en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile. Ex ministro de Salud.
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Lo que propone la CC, de trasladar a Chile de manera dramática a un modelo único estatal, no solo pone el acento en los instrumentos y no en los objetivos sino que también pone en riesgo la tradición sanitaria por la que Chile ha avanzado desde el siglo pasado, permitiéndonos estar entre los países con mejores indicadores sanitarios. A su vez, mirando en el pasado busca instalar nuevamente una discusión superada, que obligará a crear una nueva institucionalidad que sustente el sistema, y que reemplace a Fonasa como ente asegurador público, el que durante su historia ha velado por resguardar los intereses de las personas y ser garante del cumplimiento de garantías de atención, como en el caso de las GES.


La Convención Constitucional (CC) propone al país, en materia de salud, reabrir una discusión que en el mundo se ha dado por varias décadas entre un sistema fundado en la doctrina “Beveridge” que propicia un sistema único estatal centralizado, con financiamiento vía impuestos generales, similar al sistema inglés, en reemplazo del sistema actual, que se fundamenta en el modelo “Bismarck”, sustentado por el financiamiento mediante el aseguramiento al que concurren tanto el Estado como los trabajadores, entre cuyos  exponentes encontramos a Francia, Alemania, Bélgica, Japón, entre otros.

Por otra parte, la OMS propicia que los países avancen hacia una cobertura universal de salud, donde las personas puedan acceder a una atención de salud oportuna y de calidad de acuerdo a sus necesidades y contribuir de acuerdo a sus capacidades, ya sea mediante impuestos generales, contribución individual o un modelo mixto, como el que tenemos en la actualidad en Chile. Poner el énfasis en los objetivos, pone de relieve que lo que se debe buscar es entregar respuesta a las personas, para hacer frente a sus necesidades de salud, por sobre la imposición de un modelo u otro, más aún cuando ninguno de ellos ha mostrado establecer mejores indicadores de salud, por sobre el otro, cuando comparamos a los diferentes países del orbe.

Lo que propone la CC, de trasladar a Chile de manera dramática a un modelo único estatal, no solo pone el acento en los instrumentos y no en los objetivos sino que también pone en riesgo la tradición sanitaria por la que Chile ha avanzado desde el siglo pasado, permitiéndonos estar entre los países con mejores indicadores sanitarios. A su vez, mirando en el pasado busca instalar nuevamente una discusión superada, que obligará a crear una nueva institucionalidad que sustente el sistema, y que reemplace a Fonasa como ente asegurador público, el que durante su historia ha velado por resguardar los intereses de las personas y ser garante del cumplimiento de garantías de atención, como en el caso de las GES.

Los desafíos en salud que debemos enfrentar en el siglo XXI están determinados por el cambio del perfil demográfico, con un envejecimiento acelerado de la población; cambio en el perfil epidemiológico, con el incremento de la prevalencia de enfermedades crónicas y con los incrementos de costos en salud muy por sobre el aumento del producto. Los caminos para enfrentarlos se han orientado a nivel mundial en fortalecer los programas de salud en el ámbito de la prevención, transitando de una medicina curativa a una medicina preventiva y personalizada, establecer nuevos modelos de financiamiento, bajo principios de la solidaridad, uso eficiente de los recursos con riesgo compartido entre prestadores y aseguradores, colaboración público-privada bajo reglas de transparencia y rendición de cuentas inobjetables e incorporación de la salud digital como una nueva forma de entregar y democratizar la salud.

Todo lo anterior es posible perfeccionando las instituciones vigentes, sin la necesidad de exponer a los chilenos a un experimento social y sanitario como el que propone la CC, que solo postergará el sueño de la cobertura universal de salud y ahondará los problemas que afectan en especial a los más vulnerables.        

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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