El director y realizador principal del documental «Qatar: el mundial a sus pies» fue el periodista español -integrante del medio nacido en Youtube «La Media Inglesa»- Juan Corellano, quien conversó con El Mostrador sobre el material audiovisual y la imagen que Qatar le intentó ocultar al mundo. «El sport washing conlleva una labor, en el caso de Qatar, clave a nivel de seguridad nacional. Es decir, cuanto más conocido eres a nivel internacional, más difícil es que te pase, como a tu país vecino Kuwait que te invadan de un día para otro», indicó. También habló de la realización del documental financiado con el dinero de los miembros que están suscritos a su canal. Es decir, tuvieron limitaciones en presupuesto -que quizá otras grandes franquicias podrían no haber tenido- pero contaron con independencia total para mostrar todo.
Un día antes del inicio, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino explotó contra los críticos del mundial de Qatar 2022, emplazando a Europa a «pedir disculpas durante los próximos 3 mil años antes de dar lecciones de moral», por mencionar un ejemplo. Lo cierto es que la realización de la cita mundialista en dicho país no ha estado exenta de polémicas desde el año 2010 -cuando fueron elegidos como sede- las que van desde la prohibició de la cerveza a otras más duras, como la muerte de trabajadores en la construcción de los distintos estadios y que a la fecha no se sabe con certeza la cifra exacta.
Algunos documentalistas han intentado ahondar en esto último y en la realización de Qatar como sede. Uno de los que ha causado mayor revuelo es el documental «Qatar: el mundial a sus pies», realizado por el medio de comunicación nacido de YouTube y especializado en fútbol británico, «La Media Inglesa», debido a que se realizó íntegramente con el dinero de los miembros que están suscritos a su canal. Es decir, tuvieron limitaciones en presupuesto -que quizá otras grandes franquicias podrían no haber tenido- pero contaron con independencia total para mostrar todo.
Y cuando decimos todo, es todo. El documental contó con 3 capítulos y cada uno se dedicó exclusivamente a una temática: el primero el contexto en el que Qatar fue elegida como sede y los hechos de corrupción en la FIFA; el segundo -y el más duro- mostró cuatro casos de habitantes de Nepal -habituales manos de obra de los qataríes- que sufrieron denigrantes condiciones laborales durante la construcción de los estadios, incluso con muertes; y el tercero la nueva FIFA de Infantino y el plan político-militar de Qatar para asegurar su seguridad mundial.
El director y realizador principal del documental fue el periodista español -integrante de LMI- Juan Corellano, quien conversó con El Mostrador sobre el material audiovisual y la imagen que Qatar le intentó ocultar al mundo.
¿Qué fue lo qué más te impactó al realizar este documental?
– Lo que más me impactó es el relato personal de las personas implicadas en la construcción, no del Mundial, sino del país de Qatar. Porque hay que tener en cuenta que no hay que reducirlo todo a la construcción de estadios, es no reflejar la realidad. Es un país que ha cambiado y se ha transformado al completo, construyendo incluso ciudades enteras desde los cimientos. Y ahí ha participado, en un país tan pequeño como es Qatar, en el que apenas hay 300.000 nacionales qataríes, millones de trabajadores que provienen de otros países como India, Nepal, Bangladesh, Pakistán, Kenia, países tristemente menos favorecidos. Y los relatos personales que recabamos hablando con personas que habían contraído una enfermedad grave a causa de estar allí trabajando o bien habían perdido directamente a un ser querido, me impactaron mucho y no tanto, porque los testimonios son duros, que lo son, como hemos visto, un chico reconociendo que se ataba una bolsa de plástico entre las piernas para orinarse encima y no mojarse la ropa porque sus trabajadores no le permitían, son relatos muy duros. O los relatos que te dicen, por ejemplo, como una viuda no se ha atrevido todavía a decirle a sus hijos que su padre se ha muerto y que se murió en las obras de un estadio del Mundial y no se atreve. Y cuando fuimos nosotros periodistas a hacer la entrevista a la mujer, a la viuda, el niño faltó al colegio porque como todavía piensa que su padre está vivo, pensaba que nosotros éramos amigos de su padre, del extranjero, que veníamos a regalarle una bicicleta.
Esos testimonios, además de ser duros, lo que más me impacto fue luego hablando con ellos, como te das cuenta de que se resignan y aceptan mucho más que nosotros en occidente la situación que les toca, porque les preguntas si no se enfadan, si no se entristecen, lo que sea, con Qatar o con FIFA o con el Mundial porque han perdido a su marido o a su padre; y te dicen no, es que me entristece, pero que me iba a servir ahora quejarme. Es lo que tenemos que hacer y necesitamos dinero para para vivir y para poner un plato de comida encima de la mesa.-
Si bien el plan inicial era viajar a Qatar -lo que al final no pudieron hacer por problemas ajenos al presupuesto- el documental se vio favorecido por esta situación, porque a Corellano le habían advertido que en caso de viajar, le iban a mostrar «te van a llevar a campos de trabajadores y a establecimientos y obras que no tienen nada que ver con la realidad, que están muy cuidados, que están muy limpios, que siempre vas a tener a un supervisor que está mirando todo lo que dicen los trabajadores y te vas a ver una imagen un poco irreal».
Esta situación que mencionas es la que están viviendo ya periodistas que han llegado a Qatar para cubrir el mundial y a quienes les han pedido que guarden las cámaras.
– Lo que te revela de fondo es que hay una gran obsesión, porque algo le habrán dicho sus jefes qataríes para que estén tan obsesionados y cometan ese error, hay una gran obsesión en Qatar y un gran miedo por ver lo que se puede decir de ellos una vez que los periodistas se hayan ido de allí. Hay una gran obsesión por controlar cuál es la información que sale del país.
Qatar tiene una obsesión de que pase lo que pase, su mundial tiene que ser el mejor de la historia.
– Normalmente se habla mucho de sport washing. Es un fenómeno por el cual regímenes, países de toda clase y condición utilizan el deporte como una forma de lavar su imagen e incrementar su reputación. Esto ha sucedido en la actualidad con muchos países del Golfo, como Arabia Saudí, como el propio Qatar, como Emiratos Árabes, como Rusia. Todos recordamos el Mundial del 78 en Argentina con una dictadura terrible o todos recordamos los Juegos Olímpicos de la Alemania nazi. Entonces es un fenómeno que se habla como algo muy nuevo, pero realmente es bastante viejo. Tan viejo como la historia del propio deporte.
Ahora bien, el sport washing tiene dos efectos. Por un lado es que la gente te perciba como un régimen o como un país mucho más abierto y mucho más bonito de lo que realmente eres, lavar tu imagen. Pero también el sport washing conlleva una labor, en el caso de Qatar, clave a nivel de seguridad nacional. Es decir, cuanto más conocido eres a nivel internacional, más difícil es que te pase, como a tu país vecino Kuwait que te invadan de un día para otro, porque eres un país muy pequeño, con una fuerza armamentística muy pequeña. Para Qatar que se ha percibido el Mundial como un éxito es importante. Pero el simple hecho de haberlo conseguido y que el Mundial se celebre allí y toda la red de contactos a nivel geopolítico que han trazado para ello, y también con otras inversiones estratégicas como la del Paris Saint Germain, es clave para su seguridad nacional. Qatar, en vez de invertir en cazas y en material militar, que es muy caro y que no le va a servir de nada, lo que hacen es invertir en relaciones públicas para, por ejemplo, a través de una inversión clave como la del Paris Saint Germain o una serie de inversiones clave en Francia, tienen un gran aliado en el país francés y cuando hay un conflicto internacional que involucra a Qatar, Francia interviene para defender, digamos, a su hermanito pequeño, Qatar, porque les han hecho muchos favores y les debe muchos favores.-
Esto que menciona Corellano se puede ver en el tercer capítulo del documental, cuando uno de los entrevistados menciona que la gente pensaba que el futbolista brasileño Neymar era muy caro cuando lo fichó el Paris Saint Germain, «pero poco después de fichar a Neymar, que es el fichaje más caro de la historia del fútbol y que es mucho más barato que un solo caza, cuesta la mitad que un caza, por ese precio consiguieron que poco después de fichar a Neymar, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, volase a Riad para intermediar con Mohammed bin Salman, que es el príncipe regente de Arabia Saudí, porque Arabia Saudí está bloqueando comercialmente por tierra, mar y aire a Qatar». Y Macron consiguió destrabar ese conflicto internacional.
¿Desde la FIFA han reaccionado?
– Nosotros estamos muy tranquilos con el trabajo que hemos hecho. Hemos contrastado todo de una manera diligente y lo más profesional posible. Lo hemos hecho además con las mejores intenciones. No tenemos malas intenciones, ni mucho menos, sino que simplemente contar lo que sucedió. Hemos hecho en nuestros debidos contrastes de información. Y de hecho, en el tercer capítulo, que era el más polémico a nivel legal y el que más problemas nos podía meter, porque hablamos de la actualidad, porque a veces es muy fácil hablar sobre el pasado y es muy fácil hablar sobre la FIFA que fue en 2015, porque ya no queda nadie en la FIFA que se pueda defender, porque han caído todos, o están en prisión o han fallecido o ya no pueden protestar. Lo difícil es meterse con la FIFA de ahora, con el Comité Supremo de ahora. Y es lo que hacíamos en el tercero. Y para ese capítulo tercero contratamos a un abogado, a un despacho de abogados para que nos hiciese una debida revisión legal de toda la documentación que teníamos y que efectivamente estuviésemos seguros de que todo lo que estamos diciendo efectivamente tiene una base legal y una buena comprobación diligente a nivel periodístico.
Tanto Corellano como el resto de integrantes de La Media Inglesa consideran ya que el documental está siendo un éxito, pero lo que más destaca el director es que «haya mucha gente primero de nuestra comunidad, que se sienta participe. Mucha gente nos dice que les alegra mucho haber contribuido, haber aportado su granito de arena. Nos hace sentir muy orgullosos porque somos un proyecto independiente y este proyecto se ha financiado con las aportaciones de toda la gente que confía y cree en nosotros. Y eso nos hace ser pequeñitos a veces, y como digo en broma, ir a la guerra con un palo y una piedra, porque tenemos muchos menos recursos que otros compañeros, pero hacemos el contenido que queremos, el contenido en el que creemos y con total libertad. Ese objetivo está cumplido».
«Por otro lado, también hay un objetivo que era el principal del documental que era que sea útil para la gente. Nosotros lo que queríamos es… sabemos que hay un conflicto, que hay un debate con respecto a Qatar 2022. Todos como público conocemos que hay algo que no acaba de encajar, que hay algún tema con derechos humanos, que hay algún tema con posibles sobornos durante la elección, pero nadie los conoce. Muy poca gente conoce el detalle. Entonces lo que nosotros te ofrecemos es en trocitos de media hora, independientes que puedes consumir según el tema que te interese, te damos un poco la información condensada para que tengas argumentos y conozcas un poco más y te resulte útil. Y ya estamos viendo que a la gente le resulta útil», agrega.
Ahora mirando al pasado, ¿prefieres haber realizado el documental 100% con el dinero de los miembros -como ahora- o te gustaría haber tenido un apoyo de alguien más millonario?
– Es una muy buena pregunta. Por un lado, es cierto que el hecho de haberlo hecho con la comunidad nos ha hecho sufrir un poco más, entre comillas, porque teníamos pocos recursos, éramos pocas personas, hemos tenido que trabajar mucho, hemos tenido que ir a última hora a tomar decisiones sobre lo que nos gustaría hacer y lo que tenemos capacidad de hacer y elegir lo que teníamos capacidad y lo que no nos gustaría en un mundo ideal. Evidentemente, todas esas limitaciones existen, pero lo bueno, además de haber podido trabajar con completa independencia, que eso no tiene precio, también nos ha forzado a ser creativos. Y muchas veces hay decisiones estéticas que son no tanto fruto de una decisión en primer momento, sino de qué hacemos y cómo es la forma en la que podemos salvar esto.
Te pongo un ejemplo: en el primer episodio no estaba planeado que saliésemos nosotros, pero nos enfrentamos a la realidad de que pedimos imágenes de archivo típicas en los documentales, pedimos un presupuesto y no nos podíamos permitir pagarlo. Para hacer una voz en off con imágenes de archivo. Entonces decidimos que ya que teníamos gente que sabe hablar bien en cámara, pues aprovecháramos lo que teníamos. Y entonces montamos esa especie de decorado de investigación antiguo, con corbatas y trajes y demás para narrar nosotros en cámara, porque era lo que mejor nos iba a funcionar con los recursos que teníamos.
O por ejemplo, toda la estética como ochentera antigua de investigación, que en la imagen el primer capítulo tiene bastante grano, tiene efectos como de VHS, tiene que ver con que teníamos por un lado una entrevista que era en Australia, y no podíamos viajar a Australia porque no teníamos presupuesto, era una entrevista en Zoom hecha a través de videollamada: y luego teníamos entrevistas que aprovechamos que pasaba por Madrid y le convencimos para venir a la redacción, le grabamos con cámaras de calidad. Entonces teníamos la entrevista con muy buena calidad y otra con una entrevista con muy mala calidad de vídeo llamada. Teníamos que nivelar todas las imágenes para que más o menos no llamase la atención la diferencia entre unos y otros. Por eso metemos esos efectos y esos filtros para que todo quede nivelado porque era lo que teníamos.
Entonces todo ese tipo de decisiones, aunque son cosas que tienes que tomar porque no hay más salidas, te hacen ser creativo y probablemente igual si hubiésemos tenido más presupuesto hubiésemos sido más perezosos a la hora de tomar decisiones. Lo que sí sé es que el documental sería radicalmente diferente si no lo hubiésemos hecho de esta manera. Sé que haberlo hecho así nos ha dado mucha libertad y nos ha hecho tomar muchas decisiones a nivel visual y a nivel de producción que no hubiéramos tocado.-
¿Te gustaría realizar otros documentales en el canal?
– Creo que para el futuro, tanto a mí como a La Media Inglesa, nos interesa seguir explorando esta vía. Tenía la inquietud de tirar por ahí, de centrarse en un tema durante mucho tiempo, investigarlo en profundidad, sacarlo con una imagen muy cuidada, con un tono más documental, más serio. Y esto es algo que nos apetecía probar. Hemos probado un poco a lo grande porque es verdad que para ser la primera vez hemos hecho tres capítulos sobre un tema muy grande que involucraba viajes al extranjero muy lejos, con un presupuesto para nuestra humilde capacidad, muy alto. Entonces me gustaría seguir por ahí. Efectivamente, sí, me encantaría y me encantaría poder tocar más temas en profundidad, porque siento que como periodista, por mis cualidades, puedo aportar mucho más. Ahora bien, tenemos que esperar un poco para ver con el paso del tiempo cuál es el resultado y hacia dónde nos lleva este primer documental, esta primera experiencia. Hacer un poco de recapitulación y ver si es factible tanto a nivel de carga de trabajo mía, personal y también de La Media Inglesa, que ha hecho un esfuerzo muy grande todo el equipo para cubrir mi ausencia, porque no porque yo sea especialmente importante, sino porque somos muy pocos en las redacciones y a la mínima que uno se marcha se nota mucho esa ausencia.-