La 79ª Asamblea General de Naciones Unidas puede ser histórica: un punto de inflexión para salvar el futuro de la humanidad o un fiasco y la decadencia definitiva de la organización multilateral. ¿Qué papel jugará la delegación chilena encabezada por el Presidente Gabriel Boric?
Aunque la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU79) comenzó el pasado 10 de septiembre, los primeros días del debate general de alto nivel serán este domingo y el lunes, cuando los líderes mundiales se reúnan en Nueva York.
Los más optimistas esperan que este encuentro marque el inicio de una nueva era, donde se renueve el sistema internacional y los compromisos multilaterales a través de la Cumbre del Futuro, bajo el lema “Soluciones multilaterales para un mañana mejor”. Desde la ONU destacan que esta cumbre es una “oportunidad única para restaurar la confianza erosionada y demostrar que la cooperación internacional puede alcanzar objetivos comunes y enfrentar nuevas amenazas y oportunidades emergentes”.
Los Estados miembros han acordado la creación de un documento que busca reafirmar los principios de la Carta de las Naciones Unidas, revitalizar el multilateralismo, y encontrar soluciones para los nuevos desafíos. La próxima semana, los líderes mundiales firmarán el Pacto para el Futuro, que incluirá anexos como un Pacto Digital Mundial y una Declaración sobre las Generaciones Futuras.
Cinco ejes principales
Héctor Casanueva, académico y director del Consejo Chileno de Prospectiva y Estrategia, explicó que el principal propósito de la cumbre es que los Estados miembros suscriban este pacto, que tiene cinco ejes principales: desarrollo sostenible y financiación; paz y seguridad internacionales; ciencia, tecnología e innovación; juventud y generaciones futuras; y la transformación de la gobernanza mundial.
Sin embargo, a pocos días del encuentro, aún no hay textos definitivos en la web de la ONU y las negociaciones continúan, lo que ha generado incertidumbre entre algunos actores. La cumbre llega en un contexto internacional marcado por la competencia geopolítica entre grandes potencias, la proliferación de conflictos —como la invasión rusa a Ucrania y la situación en Gaza—, el retroceso en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las secuelas de la pandemia, todo lo cual ha debilitado la confianza en el sistema multilateral.
Participación de Chile
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno, se informó que el país ha participado activamente en las negociaciones para los documentos que se aprobarán en la cumbre. Parte de la delegación chilena ya se encuentra en Nueva York, participando en las Jornadas de Acción (20 y 21 de septiembre), donde se reúnen sociedad civil, sector privado, academia y autoridades locales para discutir temas prioritarios como tecnología, paz, seguridad y desarrollo sostenible.
El Presidente Gabriel Boric encabezará la delegación, y en su intervención ante la Asamblea General se espera que refuerce el compromiso de Chile con el multilateralismo, los derechos humanos y el desarrollo sostenible. También participará en actividades para promover la ratificación del Acuerdo sobre la Biodiversidad Marina y en un encuentro sobre democracia y lucha contra el extremismo, convocado por Brasil y España.
Cambio de enfoque
Sergio Bitar, presidente del Consejo Chileno de Prospectiva y Estrategia, subraya la importancia de que Chile aporte ideas innovadoras en el contexto de la cumbre. Bitar señala que Chile debe avanzar en la creación de una instancia estatal de vanguardia para la planificación a largo plazo, siguiendo el ejemplo de países desarrollados. Además, aboga por un “Pacto del Futuro” propio para Chile, basado en la Agenda 2030 y alineado con los desafíos internacionales.
A pesar de las iniciativas nacionales, Bitar lamenta que el país aún carezca de una institucionalidad sólida para abordar el futuro de manera estratégica, destacando la falta de liderazgo gubernamental para trazar acuerdos de largo plazo que trasciendan administraciones políticas.
Un desafío global
La Cumbre del Futuro tiene la difícil tarea de enfrentar un escenario global polarizado, donde la colaboración y el multilateralismo parecen estar en retroceso. El secretario general de la ONU, António Guterres, lo expresó claramente en su informe Nuestra Agenda Común: “La humanidad tiene que tomar una decisión difícil y urgente: retroceder o avanzar”. La esperanza es que la cumbre sea el punto de inflexión necesario para avanzar hacia un futuro más cooperativo y sostenible.