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Coordinador de ventiladores donados por la CPC: «La verdad es que era lo que había» PAÍS Crédito: ATON

Coordinador de ventiladores donados por la CPC: «La verdad es que era lo que había»

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Andrés Llarena explicó que «el mercado que tenía disponible el stock de ventiladores mecánicos era el chino. El problema radica en que la gran parte de los primeros ventiladores mecánicos que llegaron a Chile, no están diseñados para el mercado internacional, están diseñados para el mercado chino, y cumpliendo los estándares que ellos tienen».


El coordinador de adquisición y distribución de ventiladores mecánicos del Ministerio de Salud, Andrés Llarena, se refirió a la polémica de los ventiladores mecánicos donados por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), luego que se revelara que solo 32 de los 515 equipos están disponibles.

En conversación con T13, Llarena explicó que «la verdad es que era lo que había. El mercado que tenía disponible el stock de ventiladores mecánicos era el chino. El problema radica en que la gran parte de los primeros ventiladores mecánicos que llegaron a Chile, no están diseñados para el mercado internacional, están diseñados para el mercado chino, y cumpliendo los estándares que ellos tienen».

«Alguien lo podría catalogar como un error… puede ser, pero yo no lo puedo catalogar como un error cuando no hay otra opción (…) Hicimos lo que tuvimos que hacer porque no había otra opción y nos adaptamos con una inmediatez tremenda. En buen chileno, era lo que había», agregó.

Además dijo que hubo una filtración antes de comprar los equipos. «Cuando nosotros revisamos un minicatálogo, que era la única forma de hacerlo, dijimos estos sí o estos no. Cuando revisamos verificamos que las características eran las que tenían que tener, pero acá nos dimos cuenta que no tenían pantalla, y nosotros estábamos acostumbrados a equipos con pantalla. La otra problemática es que el manual venía en chino».

Finalmente, Llarena manifestó que «no se trataba de equipos que eran malos, de mala calidad, pero sí se trataba de equipos que no eran familiares para nuestros operadores, nuestros técnicos biomédicos. No había forma real de calibrar los equipos. Eso hizo que estos equipos no fueran los ideales para entregárselos al personal que los iba a operar».

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