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El telescopio del Cerro Paranal aumentará diez veces su capacidad de observación CULTURA|CIENCIA

El telescopio del Cerro Paranal aumentará diez veces su capacidad de observación

 Se le introducirá un dispositivo que le permitirá pasar de la captación de señales de cientos a miles de objetos celestes a la vez. El instrumento está formado por mil minirobots que manipulan fibras con precisión en dimensiones inferiores a la décima de la superficie de un cabello humano.


El telescopio conocido con las siglas VLT (en inglés, “telescopio muy grande”), uno de los de mayores dimensiones del mundo, emplazado en el Observatorio Europeo Austral de Cerro Paranal aumentará en diez veces su capacidad de observación simultánea de objetos celestes.

Este avance será posible gracias a la incorporación de un instrumento que permitirá pasar de la captación de señales de cientos a miles de estrellas a la vez. El mecanismo está formado por mil minirobots que manipulan fibras con una precisión en dimensiones inferiores a la décima de la superficie de un cabello humano.

A cargo de la introducción del dispositivo está la doctora en Astrofísica y Cosmología de la Universidad de Madrid, Amelia Bayo, quien ha hecho buena parte de su carrera en Chile, como profesora de la Universidad de Valparaíso.

La profesional recientemente fue incorporada al Programa de Frontera de la Academia Chilena de Ciencias, destinado a apoyar a investigadores jóvenes que buscan sobrepasar con su trabajo los límites del conocimiento tradicional establecido.

Ella se encuentra en Alemania, desempeñando su tarea para ESO (Observatorio Europeo Austral), y describe la actual etapa de la misión como “frenética”, pues se trata de la culminación de un proyecto que viene preparándose hace veinte años, como es normal en el desarrollo de recursos de alta complejidad que usan en astronomía.

«Somos la nada misma»

La actual función de la doctora Bayo deriva de la que cumplía en Chile, donde estaba a cargo de un proyecto para producir en nuestro país, espejos para la telescopios astronómicos. El cual, sigue adelante, con científicos que la sucedieron una vez que ella partió a Alemania.

La profesional destaca que con la introducción del instrumento en que están trabajando, se va a captar espectros de miles de estrellas a la vez, y que esto permitirá saber cuál es la composición química de las que ayudaron a conformar nuestra galaxia, en lo que se conoce como “arqueología galáctica”. De igual manera hará posible observar la trayectoria de miles de objetos que se mueven en el universo, y advertir si se están acercando y a qué velocidad lo hacen. Permitirá también estudiar cúmulos de galaxias y entender cómo la materia se ha ido transformando a través de los tiempos.

“Saber cómo otros sistemas solares, otros sistemas estelares, otras galaxias, se han formado, nos permite poner en perspectiva nuestra posición en el universo. Nos desafía a hacernos preguntas grandes, que escapan a lo palpable y lo que fácilmente podemos imaginarnos. Es impresionante que siquiera uno pueda decir esto. ¡Somos la nada misma y estamos tratando de ponernos en perspectiva respecto del universo. Creo que eso es súper importante y es único del ser humano”, menciona.

La tecnología aplicada en esta operación está proporcionando conocimiento útil para el desarrollo de la robótica y su utilización en campos como la medicina.

Una larga trayectoria en Chile

La doctora Bayo es de Málaga, al sur de España, se licenció en matemáticas. Luego se convirtió en magíster y doctora en Astrofísica y Cosmología.

En su carrera por el doctorado vino a Chile para hacer observación en el observatorio de La Silla, en la Región de Coquimbo.

“Me quedé dos semanas, con mi cero plata, como estudiante, con mi mochila, yéndome hacia el norte, y me enamoré de todo. De los cielos, de la gente, de la naturaleza. Y decidí que quería volver a Chile”, comenta.

Cuando terminó el doctorado postuló al Observatorio Europeo Austral, en Chile. Vivió en Santiago tres años y volvió luego a Europa a completar otros proyectos de su profesión. A esa altura se dio cuenta de que en Chile hacía falta que se hiciera más instrumentación y se le dio la oportunidad de contribuir en ello desde una vacante a la que postuló en la Universidad de Valparaíso.

Además de profesora de la mencionada casa de estudios superiores, es fundadora, y directora hasta abril de este año, del Núcleo Milenio de Formación Planetaria. Igualmente, fue investigadora postdoctoral independiente, con labores de astrónoma, en Paranal, con residencia en Chile, donde ha permanecido en total más de 10 años de su vida, entre 2009 y 2012 y 2014 y 2022

Se declara “muy agradecida de Chile por las oportunidades que me ha dado, sin ser chilena, pero me sentía muy ‘porteña’».

Espera volver a Chile el próximo año, a la puesta en funciones del instrumento en que está trabajando y como profesora visitante de la Universidad de Valparaíso, “con una patita en los observatorios y otra patita en la universidad”.

Imagina que en el futuro, “Chile estará mucho más presente en el desarrollo tecnológico, que tiene que ver con la explotación de los recursos naturales. Y eso no solo en astronomía. En un buen balance con la conservación, que es súper importante. Eso porque yo soy muy idealista. Es lo que me imagino y que espero que pase y sé que hay mucha gente trabajando para eso”.

“En Chile eran necesarios años de construir un tejido científico. Pero yo creo que esos años ya pasaron y ahora hay muchísimos astrónomos en Chile, con los que tenemos que contribuir algo más al país, y eso pasa por el desarrollo tecnológico, la conservación y la difusión del conocimiento”, agrega.

 

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