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Deportistas extremos relatan su especial conexión con la naturaleza Outdoor

Deportistas extremos relatan su especial conexión con la naturaleza

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Una montañista, un kayakista y un ciclista de montaña comparten sus historias de cómo han hecho de su pasión por la naturaleza un trabajo y forma de vida.


Hay amantes de la naturaleza que son capaces de sobreponerse a las dificultades más extremas. Deportistas que disfrutan de enfrentar el riesgo, vivir una gran aventura y dominar el entorno salvaje, donde la adrenalina da paso a una sensación de libertad, satisfacción por los logros y felicidad,

Tres embajadores de los anteojos hechos con material reciclado Karün, hablaron sobre su relación con la naturaleza y el deporte extremo, en el contexto del lanzamiento de su nueva línea de anteojos deportivos.

Superar sus propios límites

Soledad Díaz es una deportista que practica esquí y montañismo, pasión inculcada desde que era muy pequeña por su familia que vive del turismo. Con el paso del tiempo, le dedicó más tiempo a estos deportes, encantada con ellos, lo que terminó en ser su vida y lo que ama, siendo la razón principal de este enamoramiento la libertad y satisfacción que encuentra en cada salida a terreno.

“En cada expedición supero mis propios límites. Supero ese pensamiento de ‘hasta aquí puedo llegar’ porque en cada aventura llego más allá de lo que yo creía y eso da una satisfacción enorme. Me hace creer en mí misma, me hace amar más la naturaleza», cuenta.

El momento donde más me he conectado con la naturaleza fue cuando viajé a Nepal, donde visité algunas de las montañas de las 8 mil, donde hice un trekking por más de un mes y medio visitando los basecamp. Fue en esa aventura donde sentí mucha energía, pureza y magnetismo de esos lugares, rodeados de una belleza inimaginable. Experiencias así me recuerdan que la naturaleza siempre es salvaje y hay que estar atento, ser cuidadoso y respetuosos con ella. La naturaleza es impredecible y siempre se le debe entregar tus cinco sentidos”, dice.

«Solo soy yo y el río»

Pedro Astorga, kayakista de aguas blancas, conoció este deporte extremo gracias a que su familia formó una empresa de rafting, lo que hizo que aprendiera ambas disciplinas desde niño, empezando a remar sus propios ríos a la corta edad de 10 años. Al salir de la universidad, empezó a dedicarle mucho más tiempo al kayak, siempre agradecido de vivir en Chile, uno de los mejores lugares del mundo para practicar esta disciplina.

“Cuando practico este deporte siento que se me van todos los problemas: solo soy yo y el río. Tengo que preocuparme de sus corrientes y no existe nada más: solo el paisaje, el agua y yo. Uno de los lugares donde más me he sentido conectado con la naturaleza y lo salvaje de ella es en el Parque Nacional Radal 7 Tazas. Es bastante único ya que la corriente está varios metros bajo tierra y es cosa de mirar hacia arriba y solo ver una grieta. Al ser kayakista te sientes bastante especial porque te das cuenta que puedes entrar a lugares donde nadie más podría”, afirma.

El sentimiento de lograr el ascenso

Patricio Goycoolea practica “big mountain bike”, disciplina que mezcla la bicicleta y la alta montaña. Desde los 13 años anda en bicicleta y con el paso de los años se dedicó al montañismo y a la escalada, momento en que quiso mezclar ambas pasiones en un sólo deporte. Aquí nace su proyecto que realiza con sus amigos: Guardián del Valle, un registro audiovisual de esta disciplina en algunas de las cumbres más importantes de Latinoamérica.

“Practicar el big mountain bike me provoca varias cosas, porque es una logística en la alta montaña donde tienes que realizar y organizar todo para la expedición a 6000 msnm: tienes que estar muy concentrado en lo que estás haciendo. Al realizar con éxito ese adrenalínico descenso sientes una satisfacción y alegría inmensa. Cuando uno está realizando la cumbre de una montaña, en el día final, las conexiones son bien fuertes. Hay momentos emotivos como cuando quieres tirar la toalla porque estás muerto, pero solo piensas en seguir con todo hacia adelante y al llegar a la cumbre ese sentimiento de haber logrado el ascenso es impagable”, sostiene.

Equilibrio entre sustentabilidad y rendimiento

Pensando en los deportistas extremos, Karün, empresa B que se dedica a fabricar anteojos de alta calidad usando materiales naturales, nobles o reciclados, lanzó su nueva colección de anteojos deportivos de alto rendimiento con su modelo Kona. Estos están hechos de plásticos reciclados del océano de la Patagonia y pareados con cristales Zeiss, diseñados principalmente para entregar comodidad y potenciar el desempeño durante actividades deportivas.

El anteojo cuenta con puntas de goma en las varillas, bisagras de acero inoxidable, curvatura del anteojo número 8 y nose grip. Además, estrenan una nueva categoría de cristales Zeiss en sus anteojos: cristales categoría 4, los cuales proveen una muy alta protección a los rayos UV, ideales para una exposición extrema al sol a la que generalmente están expuestos los deportistas que disfrutan de la naturaleza que el mundo ofrece.

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