Para ser un activo calificado de protección contra la inflación, al oro le está yendo bastante bien en estos momentos.
El metal está teniendo su mejor comienzo de año desde 1974 aun cuando las expectativas de aumento de los precios al consumidor están cerca de su nivel más bajo desde la crisis financiera mundial de hace siete años.
Es extraño. El oro tuvo una fuerte alza durante las épocas de alta inflación en el pasado. A fines de la década de 1970, cuando los aumentos anuales de los precios al consumidor en los Estados Unidos iban rumbo a un pico de casi 15 por ciento, sufrió la mayor subida de la historia. Uno de los motivos del cambio actual es que la baja inflación podría ser un indicio de que la economía sigue débil, lo que disuade a la Reserva Federal de ajustar sus políticas.
“El oro es una gran cobertura contra la inflación cuando se necesita que lo sea, en particular cuando las tasas de interés no protegen”, dijo en Londres Adrian Ash, responsable de investigación del servicio de negociación online Bullion Vault. “En este momento, cualquier inflación se considerará una señal de crecimiento, y eso podría ser negativo para el oro si luego vienen aumentos de tasas de la Fed más veloces”.
Como resultado de ello, los temores al estancamiento parecen mejores para el oro que los indicios de inflación. La correlación entre un parámetro de inflación prevista, la tasa de equilibrio a cinco años en 120 días, y el costo del metal pasó de positiva a negativa, llegando a la relación inversa más fuerte en más de doce años, de acuerdo con los datos que reunió Bloomberg.
El oro subió conforme los inversores se volcaban a él, lo que este mes llevó el metal a un mercado alcista y a US$1.257,88 la onza a las 9:10 en Londres, de acuerdo con los precios genéricos de Bloomberg. Las posiciones en fondos que cotizan en bolsa respaldados por oro subieron un 18 por ciento este año, con el aumento más veloz desde 2009. Los inversores adquirieron participaciones en los fondos durante 18 días consecutivos hasta el lunes, el período más largo en cinco años, de acuerdo con los datos que reunió Bloomberg.
El oro suma más atractivo por los temores de que las autoridades estén perdiendo influencia sobre las economías.
“Al oro le va bien cuando los funcionarios de los bancos centrales parecen estar perdiendo el control y, en el clima actual, eso significa señales de que la deflación se está instalando”, señaló Matthew Turner, analista de metales preciosos de Macquarie Group Ltd. en Londres. “Cualquier señal de inflación será recibida en general como un indicio de que las economías están en el camino correcto”.
Las autoridades monetarias responsables de alrededor de dos docenas de países de todo el mundo han llevado las tasas de interés por debajo de cero para tratar de reactivar la economía. El Banco de Japón adoptó tasas negativas este año, sumándose a sus pares de Dinamarca, la zona euro, Suecia y Suiza. Alrededor de US$7,9 billones de deuda soberana también ofrecen rendimientos inferiores a cero
