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Farmacéuticas intentan una nueva estrategia: cobrar menos

Farmacéuticas intentan una nueva estrategia: cobrar menos

Los precios más bajos surgen en momentos en que las farmacéuticas han sufrido dos años de críticas por los precios de los medicamentos en Estados Unidos, tanto del público como de los políticos. Los precios de los medicamentos también se han vuelto cada vez más complejos, con grandes y opacos descuentos y rebajas para compensar el rápido aumento de los precios iniciales.


Dos de las mayores compañías farmacéuticas del mundo hicieron algo inusual esta semana cuando anunciaron la introducción de medicamentos innovadores: cobraron menos.

Si eso suena extraño, lo es. Las farmacéuticas generalmente fijan precios más altos a nuevos medicamentos que sus competidores más antiguos, argumentando que los nuevos tratamientos valen más debido a una mejor eficacia o menos efectos secundarios. El resultado ha sido un vertiginoso aumento de los precios de lista en Estados Unidos.

Sanofi y Regeneron Pharmaceuticals Inc. dijeron el martes que su nuevo tratamiento para la dermatitis atópica, una dolorosa enfermedad de la piel, costará US$37.000 al año. El precio es sustancialmente más bajo que los US$50.000 al año que se cobran por medicamentos similares, y las compañías dijeron que habían mantenido largas conversaciones con las aseguradoras para evitar otro estallido por el precio de los medicamentos.

Más tarde el mismo día, Roche Holdings AG hizo lo mismo: fijó el precio de una nueva droga para la esclerosis múltiple en US$65.000, un 25 por ciento más barato que un competidor de 15 años de edad, Rebif de Merck KGaA.

Los precios más bajos surgen en momentos en que las farmacéuticas han sufrido dos años de críticas por los precios de los medicamentos en Estados Unidos, tanto del público como de los políticos. Los precios de los medicamentos también se han vuelto cada vez más complejos, con grandes y opacos descuentos y rebajas para compensar el rápido aumento de los precios iniciales.

’Todavía no ha terminado’

«Creemos que Sanofi y Regeneron y los contribuyentes se dirigen tal vez hacia el establecimiento de un nuevo paradigma», dijo el máximo responsable de Regeneron, Leonard Schleifer, a inversionistas y analistas en una llamada el martes por la noche. «Pero aún no ha terminado».

Las farmacéuticas están despertando a una nueva realidad, dijo Roger Longman, máximo ejecutivo de la empresa de análisis de datos Real Endpoints, enfocada en cómo valorar los medicamentos.

«En los viejos tiempos, si podías convencer al médico que un medicamento era un poco mejor que otro, entonces él o ella lo prescribirían, no importaba cuál fuera el costo», dijo Longman. «Ahora, los que toman las decisiones son los pagadores: las compañías de seguros, los empleadores».

En los últimos dos años, los aseguradores y los administradores de beneficios de farmacia han demostrado su poderío, forzando guerras de precios o restringiendo el acceso sólo a los pacientes más enfermos. También han ayudado a encender las llamas políticas, ya que el presidente Donald Trump ha amenazado con que el gobierno intervenga en los costos de las drogas. Entrar a un precio más bajo podría ayudar a evitar esas políticas tóxicas.

Longman dijo que piensa que las farmacéuticas comenzarán a competir más agresivamente en los precios.

«Los fabricantes de drogas solían decir: ’Podemos fijar el precio de lo que determinemos es el valor’», señaló. «Ahora dicen: ’Espera un minuto, no podemos determinar el valor en el vacío’».

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