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La ruta de la Superintendencia de Salud al banquillo de acusados de la Contraloría Crisis de Masvida:

La ruta de la Superintendencia de Salud al banquillo de acusados de la Contraloría

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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El escandaloso proceso de venta de la isapre trajo consecuencias que hoy tienen al regulador en la mira de la Contraloría. Esto, tras la autorización de consecutivas liberaciones de recursos en garantía que, si bien tuvieron como destino el pago de deudas, hoy dejan a Masvida complicada para cubrir sus compromisos con acreedores. El gran error habría sido permitir estas liberaciones sobre la base de balances adulterados, además de la falta de fiscalización acerca del uso de esos recursos. Red de Salud UC Christus sería solo la primera en acudir al contralor, pues los acreedores están contra el tiempo y temen que la inminente cancelación de registro de la isapre impida la correcta constitución de garantías, que es aquello que precisamente debe proteger la Superintendencia.


Masvida ya se vendió y su abultada cartera de afiliados pasó a una nueva isapre, pero los efectos de su crisis siguen en plena vigencia, dejando ahora a la Superintendencia de Salud en el banquillo de los acusados ante la Contraloría General de la República.

El asunto es paradójico. Es que al regulador se le reclama haber sido, en parte, responsable de su eventual incapacidad para cumplir con su rol y asegurar el costo de prestaciones de sus otrora 500 mil afiliados y beneficiarios. Esto, tras haber autorizado la liberación de recursos en garantía a Masvida en varias ocasiones, a pesar de que estos instrumentos constituyen el principal resguardo de una isapre para cumplir con sus compromisos de deuda ante prestadores y acreedores en general.

El superintendente de Salud, Sebastián Pavlovic, ha hecho ver lo paradójico del asunto. Según declaró esta semana, las liberaciones de garantía de recursos a Masvida (que en total sumaron $87 mil millones) fueron justamente para pagar deudas y así continuar con su funcionamiento. Sin embargo, el error habría sido permitir dicho levantamiento sin haber conocido la verdadera situación financiera de la isapre, considerando que los balances de los dos últimos años habrían estado adulterados, lo que además supone una falta de fiscalización por parte del regulador.

Lo anterior, sin considerar que fue a partir de septiembre del año pasado que la Superintendencia fiscalizó el destino de los recursos que liberó a Masvida, una vez que aceptó un Plan de Normalización Financiera, a través del cual reduciría los niveles de garantía de la isapre, pero instruyéndole claramente el destino de estos recursos. Hasta ese mes, sin embargo, ya se habían liberado $37.773 millones, de los cuales $13 mil millones tuvieron como destino a empresas relacionadas, las que además, a junio de 2016, ya habían recibido $92.898 millones de la isapre.

Parte de esta situación la hizo ver el recurso presentado esta semana por Red de Salud UC Christus a la Contraloría General de la República, a cuyos detalles tuvo acceso este medio.

Se trata de uno de los principales acreedores de Masvida, sin embargo, sería solo el primero en acudir a esta instancia. Otros acreedores, como la Clínica Sanatorio Alemán, la Clínica Indisa y otras potenciales víctimas de menor tamaño, como el Hospital Clínico de Viña del Mar, analizan sus próximos pasos bajo el amparo y asesoría de la Asociación de Clínicas, gremio que hace más de un año se reunió con Pavlovic, precisamente para pedirle que monitoreara los niveles de garantías de las isapres a propósito de las complejidades financieras de esa industria.

Lejos todavía de un número que indique fehacientemente el nivel de deudas de la fallida isapre, se estima además que cerca de un 40% de sus acreedores serían médicos independientes, quienes también han recurrido al Colegio Médico para que los represente ante el regulador.

“La especulación nos expuso a todos en una crisis que afortunadamente ahora está en proceso de resolverse”, dijo este miércoles Sebastián Pavlovic a El Divisadero de Coyhaique, a propósito de la crisis de Masvida. Sin embargo, todo indica que falta aún para que se despeje el asunto. Es que parecen persistir los efectos de una venta que bordeó el escándalo.

El flanco que se le abre a Pavlovic

Amparados en la asesoría del bufete Carey, Red de Salud UC Christus alude en 15 páginas a una serie de actos que considera ilegales por parte de la Superintendencia. Estos no persiguen que el regulador se haga cargo del déficit económico que habrían producido esas liberaciones, revirtiendo, por ejemplo, la venta de la cartera de afiliados de Masvida a Nexus, sino que se le obligue a resguardar que las garantías terminarán constituyéndose por parte de la aseguradora.

“La Superintendencia ha dictado actos administrativos ilegales, tomando como base información errónea y falsa. Asimismo, y no obstante conocer el estado financiero de Masvida, ha omitido ejercer en forma adecuada sus potestades para exigir la mantención de la garantía de Masvida en un monto equivalente a sus obligaciones. Dicha circunstancia llevó a que actualmente la garantía –que por ley debe mantener Masvida– no sea suficiente para cubrir las obligaciones que esta tiene con sus afiliados, beneficiarios y prestadores de salud, circunstancia que requiere de una urgente intervención de esta entidad de control a objeto de que se adopten las medidas conducentes a restablecer el imperio del derecho”, parte diciendo el escrito presentado ante la Contraloría.

El tema de fondo que teme la mencionada clínica son las cifras que se manejan en torno al caso. En dos semanas más, la auditora Deloitte entregaría el monto que adeuda la isapre, pero hasta el momento los millones que distorsionan el caso son gordos.

El contexto es el siguiente: las liberaciones de garantía que facilitó el regulador superaron los $87 mil millones y, de los recursos liberados, $14 mil millones fueron a parar –según publicó esta semana El Mercurio– a Cruz Verde, farmacia con la cual hubo un convenio que manejó personalmente Victoriano Cerda, el mismo ejecutivo que intermedió la reciente venta de cartera de afiliados de Masvida a Nexus. Antes de ello y de la irrupción del regulador en junio de 2016, Masvida traspasó a empresas relacionadas más de $90 mil millones, de los cuales $13 mil millones se produjeron por las mismas liberaciones de garantía. Sin embargo, las cifras que se estiman en la actualidad apuntan a que la isapre adeuda unos $105 mil millones, de los cuales solo está en condiciones de pagar el 70%.

Con este marco, la mencionada clínica acusa que “los montos liberados de la garantía mantenida actualmente por Masvida no han sido utilizados para el pago de las deudas en conformidad a lo dispuesto en el artículo 181 del DFL N°1, no ejerciendo por tanto la Superintendencia sus facultades, en orden a que los montos enterados a propósito del traspaso de cartera sean destinados al pago de las deudas que Masvida mantiene con cotizantes, beneficiarios y prestadores de salud”.

A esto se suma otro factor: “La Superintendencia nuevamente hizo presente el incumplimiento de Masvida respecto de la garantía, teniendo en consideración además que los balances de los dos últimos años (2015 y 2016) no estaban debidamente auditados, lo cual impedía que la Superintendencia ejerciera sus facultades fiscalizadoras e inspectivas”. Ese solo hecho podría invalidar los oficios a través de los cuales aceptó la liberación de garantías, pues se basaron en antecedentes erróneos y falsos, cumpliendo el requisito que la misma Contraloría ha reconocido como suficiente para que sean invalidados.

En 1995, la Contraloría emitió un dictamen en el cual sostuvo lo siguiente: “La administración debe invalidar, esto es, dejar sin efecto retroactivamente, sus actos que adolecen de error de hecho o ilegalidad, en la medida que no hayan generado consecuencias patrimoniales en favor de terceros y que se acredite fehacientemente la existencia de las circunstancias que configuran aquellas causales, supuesto este último que se cumple en el caso de estudio”.

A lo anterior se suma otro elemento que apunta a que el nombramiento del interventor de la isapre, Robert Rivas, por parte de la Superintendencia, tampoco ha precavido los intereses de prestadores. “No nos consta que el señor Rivas, en su calidad de Administrador Provisional haya realizado gestiones en orden a destinar el pago del precio que recibió Masvida como consecuencia del traspaso de cartera, al engrosamiento de la garantía legal en los términos del artículo 181 del DFL N° 1, dejando en una situación de incertidumbre tanto a los afiliados, como a los prestadores de salud, incluyendo a los médicos y a las clínicas, y afectando consecuencialmente, al sistema de salud en su integridad. Esta omisión por parte del señor Rivas implica un incumplimiento tanto del convenio celebrado entre Nexus y Masvida, como sus obligaciones en su calidad de Administrador Provisional”, consigna el escrito.

Así, “la Superintendencia no solo no fiscalizó, ni supervigiló que la garantía se mantuviera actualizada al monto de las obligaciones y pasivos, sino que además –de manera incomprensible– autorizó en seis oportunidades la liberación de la garantía, sin tomar medidas adecuadas para que dichos fondos fueren destinados apropiadamente. Peor aún, siendo un hecho evidente que la garantía legal no cubrirá el pago de los afiliados y los prestadores de salud, no ha adoptado medida alguna para que el Administrador Provisional por ella designado mejore dicha garantía para que cumpla el imperativo legal que la sustenta”, precisa el documento.

Acreedores contra el tiempo

El gran temor de los acreedores es que Pavlovic cancele el registro de Masvida, lo cual por un lado le libera recursos en garantías para saldar pasivos, pero, por otro, le impide a la isapre incluir activos que hasta ahora no se han considerado para saldar deudas.

Son dos los activos que mira este grupo: los $8 mil millones que la isapre recibió en efectivo por parte de Nexus al vender su cartera y otros $9 mil millones en bienes inmuebles, los cuales podrían aumentar en algo más sus garantías, pese a que con los cálculos actuales siguen siendo deficitarias.

Sobre esto último, el escrito a Contraloría hace mención: “Existen activos de Masvida que, pudiendo destinarse a engrosar la garantía, aún no han sido destinados a ese efecto. Es el caso, por ejemplo, de los inmuebles de propiedad de Masvida, cuyo valor se estimaría en a lo menos 9.000 millones de pesos. Incluso, según se ha señalado anteriormente, en el Convenio entre Nexus Chile Health Spa y Masvida, esta última se obligó expresamente a utilizar el precio de la venta de sus inmuebles exclusivamente para extinguir la totalidad o parte de la deuda de Masvida con afiliados y prestadores y no para la extinción de otros pasivos y obligaciones. Es deber de la Superintendencia velar por el cumplimiento de estas obligaciones”.

Sin embargo, de haber una cancelación de registro, el panorama sería otro. Según establece Red de Salud UC Christus, “la cancelación del registro de Masvida solo podría hacerse efectiva una vez que se asegure el pago de la totalidad de las obligaciones caucionadas por la garantía, lo que en el contexto actual parece bastante improbable”.

Es por lo mismo que dicha clínica busca, además, frenar la reorganización concursal -el pago de saldos no cubiertos a los acreedores por la garantía– que se llevaría en paralelo a las liquidaciones de garantía. “A nuestro juicio, esto es tremendamente grave, ya que un eventual procedimiento concursal podría afectar activos que deben destinarse a enterar la garantía. La Superintendencia, a través del Administrador Provisional, debiera cautelar que a Isapre no entre en un procedimiento concursal de ninguna naturaleza mientras no se complete la garantía”, señala el texto.

No obstante, para que dicha reorganización se lleve a cabo, es necesario el acuerdo de dos tercios de los acreedores y, de no haber ese cuórum, la isapre entraría a un proceso de quiebra, lo cual todavía no es del todo claro.

Ello, porque distintas fuentes explican que, si los acreedores acuerdan una reorganización, Nexus aportaría unos $20 mil millones para quedarse con las deudas que tiene Empresa Masvida y MV Financial con la isapre, siendo este uno de los acuerdos que alcanzó Rivas. Sin embargo, como la aseguradora no tendría liquidez para pagar, la apuesta de Nexus sería quedarse con las clínicas, lo que, sumado a la cartera de afiliados de la antigua Masvida, dejaría a este fondo norteamericano como dueño de prácticamente todos los activos del holding, al desembolsar en total casi $30 mil millones. Negocio redondo.

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