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Unidad de Fomento: la eterna ausente del debate público

Unidad de Fomento: la eterna ausente del debate público

El problema principal que presenta este sistema de doble divisa es que finalmente el consumidor debe pagar un doble reajuste, esto se da especialmente en los planes de salud de isapres, cuyo reajuste anual y unilateral se suma al aumento progresivo y mensual de la UF, por lo cual, indiferente del valor adquisitivo del peso, el monto siempre tendrá un doble reajuste de acuerdo a la inflación y de acuerdo al valor de la UF al momento de pagar una cuota.


Creada en 1967 por Eduardo Frei Montalva (sí, muchos creímos en su momento que había sido creada por Pinochet, pero el dictador entra más adelante en la historia) tuvo la finalidad de proteger el valor adquisitivo de los ahorros nacionales guardados en los bancos frente a la erosión perpetua de la inflación, una forma elegante de permitir un reajuste permanente al valor de los ahorros chilenos de acuerdo con la inflación.

En 1975, en plena dictadura, la Unidad de Fomento es ampliada hacia el sector de crédito, hasta su uso en el sector de vivienda o cuando se le pide un préstamo a alguna institución bancaria. Estos valores son actualizados de manera constante y su pago se realiza finalmente en pesos, de acuerdo al valor actual que tiene la UF, ya que se efectúa una conversión tal como si se tratase de una compra de dólares, soles o pesos argentinos, solo que no es dinero en sí misma.

El problema principal que presenta este sistema de doble divisa es que finalmente el consumidor debe pagar un doble reajuste, esto se da especialmente en los planes de salud de isapres, cuyo reajuste anual y unilateral se suma al aumento progresivo y mensual de la UF, por lo cual, indiferente del valor adquisitivo del peso, el monto siempre tendrá un doble reajuste de acuerdo a la inflación y de acuerdo al valor de la UF al momento de pagar una cuota.

Desafortunadamente el tema UF ha estado completamente ausente del debate público y se ha convertido en un elemento camuflado que rara vez se cuestiona, o siquiera menciona en alguna conversación, al menos más allá de su valor diario, tal como el valor del dólar.

Creo que se hace necesario revisar por lo menos su existencia en las áreas de índole social, como vivienda o salud, ya que finalmente significan un doble aumento de precio considerando el pago de intereses, en un lado, y el reajuste del monto anual, por el otro, además del aumento de valor de la UF. En ambos casos el perjudicado es el consumidor.

Angelo Vicenzo Auil Kulari
Periodista Universidad de La Frontera
Grado asociado Macroeconomía U. Rey Juan Carlos

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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