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Operadores ignoran mercado de bonos y siguen castigando al dólar

Operadores ignoran mercado de bonos y siguen castigando al dólar

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El dólar cerrará el año con una caída de cerca de 12 por ciento frente al euro, incluso después que tres aumentos de las tasas de interés de la Reserva Federal hicieron que el diferencial de rendimientos entre las notas estadounidenses y alemanas con vencimiento en dos años rondara su valor más alto en casi dos décadas. Operadores que hace rato se orientan por las tasas de interés ahora se están concentrando en una perspectiva macroeconómica que muestra una aceleración de la economía europea mientras comienza a envejecer el ciclo de Estados Unidos.


Ni siquiera una subida de los rendimientos está acudiendo al rescate del chivo expiatorio preferido del mercado cambiario.

El dólar cerrará el año con una caída de cerca de 12 por ciento frente al euro, incluso después que tres aumentos de las tasas de interés de la Reserva Federal hicieron que el diferencial de rendimientos entre las notas estadounidenses y alemanas con vencimiento en dos años rondara su valor más alto en casi dos décadas. Operadores que hace rato se orientan por las tasas de interés ahora se están concentrando en una perspectiva macroeconómica que muestra una aceleración de la economía europea mientras comienza a envejecer el ciclo de Estados Unidos.

Quizás haga falta mucha persuasión para que el mercado deje de castigar la moneda estadounidense. Se proyecta que el euro extienda su corrida frente al dólar el año que viene, aunque no se espera que el Banco Central Europeo abandone las tasas casi nulas hasta 2019.

“Aumentarán los obstáculos para que el dólar se fortalezca más de forma sostenida”, dijo Lee Hardman, estratega cambiario de MUFG en Londres. “La Fed tendría que aumentar más rápidamente las tasas para desafiar de forma más seria nuestra perspectiva bajista para el dólar estadounidense”.

Indiferencia

La dureza de la Fed y la flexibilidad del BCE no están causando mucha impresión. El 13 de diciembre, cuando las autoridades estadounidenses reiteraron su perspectiva de tres aumentos de tasas en EE.UU. para 2018, el euro solo tembló por un instante.

Con todo, los inversores que se esfuerzan por cumplir las metas de retornos en una época donde el conjunto de bonos con rendimientos negativos asciende a US$8,5 billones, según los Bloomberg Barclays Global Indexes, podrían terminar decidiendo que los 250 puntos básicos extras que pueden obtener de los títulos del Tesoro estadounidense son suficiente incentivo para comprar activos en dólares.

Por ahora tiran más los fundamentos. Tras pasar diez años atascada a baja velocidad y tratando de rechazar la deflación, la eurozona registrará su expansión anual más fuerte en un decenio.

Apuestas

El crecimiento del diferencial se asoció a las apuestas bajistas hechas hace un año contra la moneda única, pero ahora vale lo contrario. En el mercado de futuros, las posiciones largas de fondos de cobertura y especuladores superaban a las cortas por unas 86.000 en la semana terminada el 19 de diciembre, según datos de la Comisión de Negociación de Futuros de Materias Primas de EE.UU. A fines de 2016, la posición era corta neta por casi 70.000 contratos.

Los diferenciales de las tasas de interés podrían terminar perjudicando al dólar. Aunque este año los operadores ignoraron la ampliación de la diferencia a favor del dólar, podrían usarla de excusa para venderlo cuando el BCE imite a la Fed, ajuste su política y se achique el diferencial.

Eso “debería quitarle atractivo al dólar frente al euro según el carry trade”, dijo refiriéndose al arbitraje cambiario Bastien Drut, estratega de Amundi Asset Management, el administrador más grande de Europa, que supervisa 1,4 billones de euros (US$1,7 billones) en activos. Por su parte, la normalización de políticas desencadenará flujos hacia las acciones europeas y le ofrecerá “otro viento de cola más” al euro, añadió.

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