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Los valores de la economía del bien común y su articulación y coherencia en la acción de las empresas Opinión

Los valores de la economía del bien común y su articulación y coherencia en la acción de las empresas

Gerardo Wijnant San Martín
Por : Gerardo Wijnant San Martín Subgerente de Impacto de Doble Impacto (Banca Ética). Director de Proyectos Proqualitas Sostenibilidad. Consultor de Comercio Justo en Chile
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Nos referimos al Bien Común, entonces, como el aporte concreto, positivo y medible a la sociedad en general, en respeto a las personas y al medio ambiente y la generación de Sentido y Propósito en lo que hacemos o emprendemos.


Constantemente escuchamos, se escribe y hablamos bastante acerca de la importancia de que las actividades del más diverso tipo que se ejecutan en la sociedad, atiendan o contribuyan adecuadamente al Bien Común, pero pocas veces se define de qué hablamos o qué entendemos por Bien Común y esto nos puede conducir solo a una expresión de buenas intenciones pero que, al carecer de contenido y profundidad específica o bien de guías de actuación concretas, pierda relevancia o fuerza para poder impregnar estas actividades, en particular el accionar de las empresas.

Recordemos que la esencia de la empresa, en los más diversos rubros, es producir bienes y servicios que se orienten a satisfacer necesidades humanas de todo tipo y, con ello, las empresas o emprendimientos más relevantes serán aquellos que puedan aportar de mejor manera al bienestar social general y, de paso, obtener una legitima retribución o utilidad, pero esto último como una consecuencia y no como el objeto esencial de su accionar, que es aquello que da sentido y coherencia a lo que hace o desarrolla una empresa y que no es precisamente la sola generación de utilidades.

Nos referimos al Bien Común, entonces, como el aporte concreto, positivo y medible a la sociedad en general, en respeto a las personas y al medio ambiente y la generación de Sentido y Propósito en lo que hacemos o emprendemos.

La propuesta de la Economía del Bien Común (EBC), impulsada por Christian Felber, busca que los valores que constituyen la base de nuestras relaciones humanas pasen a ser parte y se constituyan en valores de la economía y en ese sentido define 5 valores esenciales en que, y a través de ellos, podemos evaluar nuestro comportamiento como empresarios o emprendedores en relación con todos nuestros grupos de contacto o stakeholders.

Estos 5 valores son:

  1. Garantizar la Dignidad Humana en todas las acciones ejecutadas por la empresa u organización y en su relación con cada uno de los grupos de contacto e interés con que interactúa, en particular la gestión ética de proveedores, accionistas, colaboradores, clientes y, en términos generales, con todas las organizaciones y, en ellas, las personas, susceptibles de ser afectadas por la acción de la empresa u organización.
  2. Promover la Solidaridad, entre las empresas y organizaciones y en general todos los grupos de contacto, priorizando la cooperación sobre la competencia.
  3. Sostenibilidad Ecológica: a través de la acción preferente sobre proveedores que respetan el medio ambiente y los recursos; generando y promoviendo una cultura acorde al interior de la empresa; generando productos y servicios que consideren, en su diseño, aspectos de eficiencia, suficiencia y comunicación ambiental, para disminuir o eliminar los efectos negativos sobre el medio ambiente, garantizando su adecuada conservación y disponibilidad futura.
  4. Justicia Social: actuando sobre los aspectos internos, reduciendo brechas salariales, fomentando la transparencia en este sentido, y en las repercusiones sociales de los productos y servicios creados, y asumiendo la responsabilidad sobre los resultados de la empresa y la actuación ética para impactar al bien común.
  5. Democracia y Transparencia: logrando mayores grados de participación en las decisiones de la empresa u organización de parte de todos sus colaboradores, cooperando para alcanzar mejores estándares sociales y ecológicos en el sector o rubro específico e informar las acciones y logros de manera transparente a todos los grupos de contacto.

Entonces, el Bien Común es colocar a los seres humanos y al planeta, así como el éxito de las relaciones entre estos, en el centro del sistema económico, y la Economía del Bien Común busca transferir los valores válidos de relación y constitución/organización al mercado, alentando a los actores económicos a que se comporten y organicen de forma humana, cooperativa, solidaria, ecológica y democrática. “La propuesta de la EBC convierte los valores de la sociedad en valores de la economía”.

De acuerdo a lo anterior, el accionar de las empresas, los nuevos emprendimientos, los programas o desarrollos innovadores de todo tipo, las iniciativas de base comunitarias, colaborativas o cooperativas deberían contener el elemento diferenciador que entrega la consideración de este bien común, que hoy se traduce en requerimiento de sostenibilidad en la cadena extendida de producción o servicio, el impacto social, ambiental y en la comunidad en donde están insertos y cómo la propuesta contribuye o no y en qué medida al Bien Común y si se basa en principios y valores éticos.

La herramienta concreta del “Balance del Bien Común” nos conduce a poder medir esta relación entre valores y comportamiento ético en nuestra relación con todos los grupos de contacto. El mundo hoy nos exige mucho más y es claro que no podrán tener éxito perdurable aquellas empresas u organizaciones que no consideren estos factores y el respeto debido a todo ser humano y el planeta, lo que en conjunto con una gestión eficiente y profesional responden al creciente requerimiento de un ciudadano cada vez más consciente y responsable, lo que es ya una muy buena noticia. Es lo que vamos constatando cada vez más y con más fuerza.

Somos muchos los que queremos aportar a esta mirada más integral y de coherencia en el decir y el actuar, de manera que estos valores impregnen de forma concreta el actuar de cada empresa u organización a la que podemos acompañar en sus procesos internos y de relación con sus grupos de contacto. Es nuestro compromiso ético y a eso estamos abocados.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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