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Las señales que complican la promesa económica de Piñera

Natalia Saavedra Morales
Por : Natalia Saavedra Morales Editora periodística El Mostrador Mercados
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Algunos informes son lapidarios sobre la “noche” que se puede aproximar al Gobierno. Gemines ya advirtió en septiembre que el escenario, al que sí se le reconocen mejores números, puede verse afectado por razones internas y externas. La mayor cautela se observa respecto del tema que ha penado a la administración actual: los empleos. Un informe del lunes de la CNC señaló que el problema radica en la presión que existe sobre el nulo crecimiento de las remuneraciones.


Aún en medio de las celebraciones por el inesperado triunfo de La Haya y el buen ánimo que dejó al interior de La Moneda el masivo titular en los medios de comunicación sobre el “triunfo” de Chile,  el viernes las críticas que rodearon la entrega del Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) parecieron tener poco eco. Pero las críticas existen, las dudas también y aunque se expresan en voz bajan, están ahí latentes y con tono de preocupación.

“De acuerdo con la información preliminar, el Imacec de agosto 2018 creció 3,2% en comparación con igual mes del año anterior. La serie desestacionalizada cayó 0,1% respecto del mes precedente y aumentó 2,9% en doce meses. El mes registró la misma cantidad de días hábiles que agosto de 2017. El Imacec minero disminuyó 5,1%, mientras que el Imacec no minero creció en 4,0%. Este último se vio favorecido por el desempeño de las actividades de servicios y comercio. En términos desestacionalizados y con respecto al mes anterior, el Imacec minero cayó 2,0% y el Imacec no minero creció 0,1%”, informó el Banco Central la semana pasada.

Sin mayor interpretación, los números parecen justos con una base de comparación más estable en relación con agosto del 2017 y, con miras a un alza de las expectativas del crecimiento país de 4.2%, según informó el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

Un panorama que es sustancialmente mejor al que experimentó la salud financiera del país el año pasado, cuando el avance económico al cerrar de este fue de solo 1,7 puntos. El Presidente Sebastián Piñera se ha empeñado en sostener, en cada cadena nacional, así como en comentarios en pauta y así lo han reforzado sus ministros sectoriales y voceros–, que cualquier bemol en la situación económica es responsabilidad del Gobierno anterior y la “debilitada” situación económica que heredaron.

Piñera tiene empeñado algo clave en el futuro económico del país: su promesa de campaña con relación a que con él retomaría su senda el crecimiento.

Pero el camino no ha sido fácil y episodios donde la tensión con la empresa privada ha sido evidente, lo han puesto en jaque, como la situación medioambiental en Quintero, las modificaciones tributarias y reformas comprometidas por la actual administración, como la del sistema de pensiones, que es la más próxima en la hoja de ruta.

[cita tipo=»destaque»]El viernes un informe de Scotiabank fue lapidario en cuanto a la “noche” que se le puede aproximar al Gobierno en materia económica. Gemines ya advirtió en  septiembre en su último informe hace unas semanas que el escenario, al que sí se le reconocen mejores números, puede verse afectado por razones internas y externas: «Por un lado, la recuperación del crecimiento económico aún no llega plenamente a la gente, lo que se hace patente en el mercado laboral, que mantiene un alto desempleo y un estancamiento en los salarios reales. Por otro, a nivel de expectativas empresariales, luego de un salto positivo algo exagerado a comienzos de año, se observa ahora un deterioro, con los indicadores globales en torno a la neutralidad. La lentitud del Gobierno para presentar sus proyectos de reforma en las áreas más sensibles para los mercados, como la tributaria, la laboral o la que regula la evaluación medio ambiental de los proyectos de inversión, generó algún desánimo en el empresariado”.[/cita]

Además, algo en los números confunde y complica al Mandatario. Empresarios de diversos sectores ven que no existen políticas claras pro inversión, cuestionamientos que reflejan que ya terminó la luna de miel del sector con el actual Gobierno. Un socio de una empresa inmobiliaria, lamentándose, grafica que “son varios millones de dólares de proyectos parados por la Contraloría y no se vislumbra ningún cambio”.

Pese a que los números son más auspiciosos, al desglosar los informes de las últimas semanas la perspectiva ajusta el foco. Dos días antes de conocerse el Imacec, la Cámara Nacional de Comercio (CNC) informó las cifras del comercio minorista de la Región Metropolitana. Medidas en términos de locales equivalentes, marcaron en agosto una caída real anual de 3,4%, acumulando sí –entre enero y agosto de este año– un crecimiento real de 0,7%, bajo el alza de 3,0% registrada en igual período de 2017. Un día después, el INE dijo, por el contrario, estas habían crecido (a nivel país) 6,2%, dando “aire” a las expectativas económicas. Eso, aunque la percepción de analistas, bancos y empresarios no va en la senda de optimismo a todo evento.

Ayer el Banco Central publicó su encuesta de expectativas económicas donde el optimismo también se modera. Mientras apoyan la tesis de que 2018 cerrará con un crecimiento en torno al 4%, para 2019 se sitúa en 3,7%, y para 2020, llega a 3,5%.

El juicio

El viernes un informe de Scotiabank fue lapidario en cuanto a la “noche” que se le puede aproximar al Gobierno en materia económica. Gemines ya advirtió en  septiembre en su último informe hace unas semanas que el escenario, al que sí se le reconocen mejores números, puede verse afectado por razones internas y externas: «Por un lado, la recuperación del crecimiento económico aún no llega plenamente a la gente, lo que se hace patente en el mercado laboral, que mantiene un alto desempleo y un estancamiento en los salarios reales. Por otro, a nivel de expectativas empresariales, luego de un salto positivo algo exagerado a comienzos de año, se observa ahora un deterioro, con los indicadores globales en torno a la neutralidad. La lentitud del Gobierno para presentar sus proyectos de reforma en las áreas más sensibles para los mercados, como la tributaria, la laboral o la que regula la evaluación medio ambiental de los proyectos de inversión, generó algún desánimo en el empresariado”.

En tanto, el área de estudios del banco manifestó que es difícil para las autoridades mantener una proyección de crecimiento sobre 4% para el 2018. “El Imacec de agosto vuelve a darnos la razón y nos encaminamos a un crecimiento en torno a 3% o algo menos el 3T18, marcadamente por debajo del 3,8% plasmado en el escenario base del último IPoM que ha afirmado la visión de premura por subir la TPM (Tasa de Política Monetaria). A pesar de aquello, es complejo para el BC (Banco Central) dar marcha atrás ante la equivocación de diagnóstico, y colocamos una probabilidad de 50% a que se concrete un alza en la reunión de octubre. De concretarse, vendría seguida de una prolongada mantención en 2,75%. Se complejiza el manejo de política monetaria ante errores no forzados en el diagnóstico económico”, dijo un informe muy comentado en el mercado, firmado por Jorge Selaive, Waldo Riveras y Benjamín Sierra.

El documento explicaba que el Imacec de septiembre será menor interanualmente, proyectando un crecimiento más bajo que el presupuestado por el Gobierno, con una puesta de avance del PIB de 3,9%. Ayer Santander amplió los detalles de su análisis económico en un documento más extenso sobre el Panorama Económico Mensual de octubre de 2018.

La mayor cautela se observa en el tema que ha penado a la administración piñerista: los empleos. Un informe del lunes de la CNC señaló que el problema radica en la presión que existe sobre el nulo crecimiento de las remuneraciones. “La masa salarial de los ocupados, estimada por el Departamento de Estudios de la CNC en base a los datos del INE, registró un alza de 0,7% real en agosto de 2018, desacelerándose nuevamente respecto del mes previo (1,3%). El resultado acentúa la tendencia negativa en el comportamiento de la masa salarial, que comenzó en el segundo semestre del año y que se ha agudizado en los últimos cuatro períodos. Al igual que en los últimos meses, este resultado está influido por el nulo crecimiento de las remuneraciones reales en el octavo mes del año (-0,2%), junto con una desaceleración en el crecimiento de los ocupados (0,9%) y una mayor inflación en 12 meses”, explicaron.

El informe añade que “la masa salarial se relaciona directamente con el poder adquisitivo de los hogares y esta desaceleración pone en riesgo el crecimiento del consumo privado. Esta relación se ha percibido en las ventas del comercio minorista, donde sin contar el sector automotriz, se han mantenido debilitadas en la que va del año”.

Santander detalló en su informe que «En línea con el menor crecimiento observado en los últimos meses, la creación de empleos ha tendido a moderarse y la tasa de desempleo ha subido. En agosto, ésta se mantuvo en 7,3%, lo que supone un incremento de 0,5 pp respecto al mismo periodo del año anterior. En tanto, el empleo experimentó un crecimiento de solo 0,9% a/a, que se compara desfavorablemente con el crecimiento de 2,7% exhibido hace seis meses», y añadió que «por otra parte, los salarios han venido mostrando una tendencia a la baja desde hace meses. El índice de
remuneraciones que reporta el INE tuvo una expansión interanual de 2,4% en agosto, lo que en términos reales implica una contracción de 0,2%. Aunque el Banco Central ha restado relevancia a este indicador en favor de la información de los registros administrativos, el bajo dinamismo de los salarios es coherente con las cifras de desempleo y los resultados de encuestas de percepción que sitúan al empleo como un factor de preocupación en la población».

El INE informó el 5 de octubre que los salarios reales cayeron un 0,2% en agosto versus igual período de 2017, la primera disminución en al menos ocho años. El tema laboral es, precisamente, lo que Scotiabank observó con mayor cautela. Los salarios –indicaron– muestran por segundo mes consecutivo una caída de las remuneraciones reales (-0,2%). “Es decir, los salarios nominales en una economía caracterizada por alta formalidad y ajustes usuales por inflación, crecen menos que la inflación (…). El 2S será un ‘semestre bisagra’ tanto por un acotado impulso en la inversión privada como por una desaceleración del consumo privado que no será compensada totalmente por mejoras en la masa salarial (empleo/salarios). Además, la débil actividad del sector minero no está siendo bien anticipada por el mercado, según se deriva de las encuestas, y al parecer tampoco por el Banco Central”, sentenciaron.

El lunes Selaive salió a calmar las aguas en una entrevista con El Mercurio, profundizando sus puntos de vista. “Tengo un moderado optimismo, pero no tengo la visión relativamente exuberante que se ha conformado los últimos meses”, expresó.

Ese mismo día las cifras macroeconómicas mostraron una tendencia negativa. La inflación de Chile superó la meta en septiembre por primera vez en dos años, con un aumento de los precios de 3,1%.

“La inflación se ha acelerado en cinco de los últimos seis meses a medida que el crecimiento económico se recupera y el peso se debilita, lo que eleva los costos de importación. Las tasas de permuta implican que los operadores esperan hasta tres alzas en las tasas de interés en los próximos seis meses a un 3,25 por ciento; pero algunos analistas empiezan a tener sus dudas. El mercado laboral se mantiene débil, ya que la tasa de desempleo se encuentra en un máximo de siete años y los salarios reales siguen disminuyendo, mientras que en agosto la economía se expandió a su ritmo más lento de este año”, fue el análisis de Bloomberg.

Hacienda intentó apaciguar los ánimos con señales de optimismo. El ministro de Hacienda comentó el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que en septiembre anotó un alza mensual de 0,3%, acumulando 2,3% en lo que va del año y 3,1% a doce meses. Esta última cifra se ubica dentro del rango de tolerancia de la meta de inflación entre 2% y 4% del Banco Central.

“Tenemos una inflación contenida en un país que está creciendo con bastante fuerza (…). De hecho, la economía acumula a agosto una expansión de 4,4%. Esta es una buena combinación, pero no significa que nos vamos a relajar. Tenemos que seguir trabajando para que el crecimiento se mantenga y que la inflación siga contenida. Nosotros cooperamos con la política fiscal al hacer un presupuesto responsable”, señaló Larraín.

Fuentes del Ejecutivo comentaron que, pese a los informes internos y externos que siguen con atención, se han tomado las cifras con calma, de manera de observar el panorama completo y no extraer conclusiones apresuradas. El FMI respaldó la mejora de proyecciones del crecimiento país, elevándola de 3,8% a 4%.

Entre los empresarios y cercanos al Gobierno del mundo privado, se comenta que, si bien hacer cuadrar la matemática no será fácil para La Moneda, lo más complejo estará en resguardar la popularidad del Presidente cuando se ponga sobre la mesa la propuesta de la Reforma de Pensiones. Mediciones internas de algunos gremios que han simulado escenarios, indican que, para donde sea que se mueva la aguja –hacia ser más restrictivo con las AFP y abrir el negocio a otras áreas o, bien, mantener el statu quo–, la popularidad del Jefe de Estado se verá afectada.

Revisa aquí el panorama económico mensual.

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