Hooters, la cadena de alas de pollo famosa por las camareras con ceñidos shorts naranja, quiere facilitar que los hombres sigan concurriendo a sus locales. Eso significa prestar un poco más de atención a sus esposas y novias.
Al entrar a casi cualquier restaurante de Hooters, es fácil ver por qué algunas mujeres podrían espantarse. Madera oscura de pared a pared. Afiches de chicas Hooters en bikini. Hombres algo excitados bebiendo jarras de cerveza y haciendo chistes del tipo: “Qué buenas alas que tienen”.
Cuando se contrató al máximo responsable ejecutivo, Terry Marks, el año pasado para que renovara la cadena, este también descubrió que las mujeres no se acercaban a Hooters porque el menú era anticuado, los restaurantes estaban pasados de moda y la comida era cara. Marks quiere eliminar el estigma para que los hombres no se sientan avergonzados de incluir a la cadena en una cuenta de gastos y las mujeres no rechacen comer allí tan rápidamente.
“Hay que ser realista. Las mujeres son el 51 por ciento de la población”, declaró John Gordon, director de Pacific Management Consulting Group de San Diego. “Han tenido un mayor crecimiento del empleo y uno no las puede pasar por alto”.
No se confundan. Hooters sigue siendo principalmente un lugar para hombres, que representan dos tercios de los clientes de la cadena. Marks insiste en que Hooters será tan sexy como siempre y que los emblemáticos uniformes han llegado para quedarse. Pero está renovando el menú, creando una escena nocturna e iluminando mejor los locales para dejar en claro que no hay nada de que avergonzarse.
Sweaters
“Hay una oportunidad de ampliar la red sin ponerles sweaters de lana a las chicas de Hooters”, explicó Marks en una entrevista en su oficina de Atlanta. “Todo lo que hacemos debería atraer más a las mujeres, pero nada de lo que hagamos alejará a los hombres”.
Hay buenos motivos para buscar un feliz equilibrio. Luego de que los ingresos estadounidenses de Hooters llegaron al punto más alto de US$960 millones en 2007, la recesión hizo sentir sus efectos y las ventas cayeron todos los años desde entonces, según Technomic Inc. Los ingresos se redujeron 3,4 por ciento, a US$858 millones, el año pasado, mientras que los ingresos de los restaurantes estadounidenses de servicio completo se incrementaron 1,8 por ciento, muestran los datos de la firma de investigación con sede en Chicago.
Hooters, que se enfrenta a la competencia de otros “breastaurants” (restaurantes donde las camareras lucen generosos escotes), como Tilted Kilt y Twin Peaks, se esfuerza por conquistar clientes en momentos en que baja la confianza de los consumidores estadounidenses y suben los precios de los ingredientes. La confianza de los estadounidenses bajó en agosto más que nunca en diez meses en tanto los hogares se volvieron más pesimistas respecto de las perspectivas económicas.
Los primeros Hooters abrieron en Clearwater, Florida, en 1983 como una aventura de seis hombres de negocios que no se tomaban demasiado en serio el bar de la playa. El nombre proviene del sketch de una comedia de Steve Martin, y las luces navideñas que se ven en la mayoría de los locales pasaron a ser una marca de identificación luego de que a los dueños les dio pereza retirarlas después de las fiestas de fin de año. Un grupo de inversionistas de Atlanta aportó capital y la cadena desde entonces creció hasta tener 430 locales en 44 estados y 28 países.
En cuanto a los uniformes, seguirán siendo escuetos, pero podría haber en camino diseños y telas más contemporáneos, indicó Dave Henninger, el director de comercialización, que predice que cualquier cambio podría dar lugar a un “debate mundial”.
