El riesgo de impago de Argentina experimentó este año el mayor aumento del mundo luego de que el gobierno expropiara la productora de petróleo YPF SA y una batalla legal con los acreedores que no aceptaron la reestructuración de la deuda alimentara las especulaciones de que no se cumpliría con las obligaciones.
El costo de proteger los bonos gubernamentales argentinos contra un impago durante un año aumentó 1.777 puntos básicos, o 17,77 puntos porcentuales, en 2012, según datos que recopiló Bloomberg. El precio de las permutas de riesgo crediticio a un año se redujo en 62 de los 64 países que analizó Bloomberg.
Si bien los contratos cayeron 77 por ciento desde que Argentina ganara una apelación en las cortes estadounidenses el 28 de noviembre que protegió sus pagos de deuda de este mes, se considera que la probabilidad de un impago sigue siendo tres veces mayor que a principios de año y sólo está por debajo de Grecia. Eso refleja temor a que el gobierno pueda perder su batalla legal contra los acreedores por el impago de US$95.000 millones de 2001, que éstos exigen se reembolse plenamente, según SW Asset Management LLC.
“Los diferenciales de las permutas de riesgo crediticio aún implican una alta probabilidad de algún tipo de evento crediticio”, dijo Ray Zucaro, que contribuye a la administración de unos US$240 millones de deuda de mercados emergentes en SW Asset, por teléfono desde Newport Beach, California.
A principios de 2012, las permutas de riesgo crediticio argentinas costaban menos que las de Venezuela, Chipre, Portugal y Paquistán.
Expropiación de YPF
Las permutas de riesgo crediticio pagan al comprador el valor nominal a cambio de los valores subyacentes o el equivalente en efectivo en el caso de que un gobierno o compañía no cumpla con los pagos de su deuda. Un punto básico equivale a US$1.000 anuales sobre un contrato de protección de US$10 millones de deuda.
El costo anticipado de asegurarse contra pérdidas sobre US$10 millones de deuda gubernamental argentina durante un año es de alrededor de US$1,8 millones, en comparación con US$1,1 millones en el caso de los contratos de un año en Chipre, el tercero más alto después de Grecia y Argentina.
Antes del incremento récord de noviembre, los contratos habían aumentado luego de la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de expropiar YPF a la compañía española Repsol SA en abril.
La presidenta, que tiene 59 años, también obligó a los exportadores a repatriar ganancias, forzó a las compañías aseguradoras a llevar al país la inversión en el exterior, restringió las importaciones y prohibió la mayor parte de las compras de moneda extranjera a los efectos de evitar que los dólares salieran del país en momentos de desaceleración de la economía y de una inflación anual que se estima es de 25 por ciento.
Los bonos argentinos retornaron 6 por ciento este año, el peor desempeño entre las economías en vías de desarrollo después de Jamaica y Líbano, según JPMorgan. Los rendimientos de los bonos del país aumentaron este año un promedio de 75 puntos básicos, a 12,09 por ciento.
