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Opinión: La sorpresa del Banco Central y las presiones sobre el peso


La última reunión del Banco Central de Chile causó gran sorpresa, debido a que la autoridad monetaria decidiera recortar la tasa de interés de referencia (TPM) en 25 puntos bases, contra todas las previsiones de la mayoría de los analistas y operadores locales, llevándola de 5% a 4,75%.

La inesperada medida generó una depreciación de nuestra moneda local, haciendo escalar al dólar estadounidense cerca de 14 pesos, ubicándolo en niveles de los 506 pesos.
Las razones que existen detrás de la decisión del Banco Central se basan fundamentalmente en la desaceleración que ha experimentado nuestra economía en los últimos meses, y las proyecciones de mediano plazo que el consejo de Política Monetaria de nuestro país estableció, dado el panorama económico internacional.



El programa de estímulos monetarios de la Reserva Federal de EE.UU., sin duda ha sido unos de los temas centrales para los mercados financieros en este año, ya que ha tenido un efecto importante sobre las principales bolsas del mundo (países desarrollados), llevándolas, en algunos casos, a niveles récords. Pero quien ha debido pagar el costo de las impresionantes alzas del mercado bursátil, es el dólar estadounidense, que se ha visto debilitado frente a la mayoría de las monedas, tanto de países desarrollados como de países emergentes, generando desequilibrios en sus respectivas balanzas comerciales, afectando el tipo de cambio. Los últimos acontecimientos en EE.UU., que dejaron a cerca de 800 mil personas sin empleo (cierre parcial del gobierno), han llevado a los principales líderes de la FED a postergar el comienzo de los recortes graduales del programa de estímulo, extendiendo el debilitamiento del billete verde.

Tomando en cuenta lo anterior, el dólar en nuestro país se encuentra presionado en doble dirección. Es decir, por factores internos el billete verde podría continuar su escalada hasta niveles de 520 pesos, para ubicarse en un rango entre 515 – 525 a fines de este año, y por factores externos podría verse debilitado y permanecer en un rango entre 490 – 500. 

Considerando que las condiciones macroeconómicas podrían verse aun más perjudicadas y que la inflación permanece cercana a la parte baja del rango de tolerancia, podríamos ver nuevos recortes en los tipos de interés, desincentivando aún más el carry trade y, por tanto, generando una mayor salida de dólares de nuestro país.


Además, la incertidumbre política, que es particular de un periodo de elecciones, podría motivar a que inversionistas internacionales aumenten el flujo de dólares desde Chile hacia el exterior, ejerciendo una mayor presión alcista para el dólar. 



Por otra parte, la confianza del consumidores en EE.UU. se ha visto afectada tras la pérdida temporal de empleo de las 800 mil personas que trabajan para el gobierno, lo que se verá reflejado en el desempeño de la mayor economía del mundo en el último trimestre de este año (considerando la importancia que tiene el consumo para la economía de EE.UU.), situación que podría obligar a que la FED extienda por un mayor tiempo el programa de estímulos monetarios, ejerciendo mayor presión bajista sobre el dólar estadounidense.



El dólar en nuestro país está sometido a 2 fuerzas opuestas, y la dirección de largo plazo será determinada por aquella que logre ejercer mayor presión.




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