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La mala memoria de Toto y el ajedrez de los abogados en la disputa de los primos Yarur

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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No hay reencuentro posible entre los primos Jorge Yarur Bascuñán y Daniel Yarur Elsaca. En las casi cuatro horas que ‘Toto’ testificó en el juicio oral contra el imputado ex Superintendente de Valores y Seguros (SVS), aprovechó cada momento para dejar en claro que no tiene  mucho que agradecer a quien manejó su millonario patrimonio durante una década.

Jorge heredó el 51% del Banco Bci en 1992 y tras vender gran parte del paquete a su primo Luis Enrique Yarur Rey (actual controlador del banco), se quedó con el 5,7% (4,2% directo) del banco, lo que hoy implica un valor de casi US$ 400 millones. Ese porcentaje de acciones con que se quedó lo dejó para que Daniel lo administrara por 10 años, desde fines de 1999, cuando Yarur Elsaca era aun titular de la SVS.

Esta semana comenzó el juicio por la apropiación indebida de US$ 60 millones de su patrimonio, que ‘Toto’ asegura que cometió su primo. Por ello sus abogados, liderados por la familia Hermosilla, pidieron 7 años de cárcel, mientras la Fiscalía pidió 6 años. 

En su testimonio, esparcido entre el martes y ayer miércoles, Yarur debió enfrentar un detallado interrogatorio de uno de los abogados de Daniel Yarur, Rodrigo Ávila, socio del bufete de Hugo Rivera.

Ávila ahondó reiteradamente en el contacto que tuvo Jorge con Daniel en los diez años que este último le gestionó sus platas y lo forzó a que recordara su participación en las decisiones tomadas por Daniel en distintas operaciones que involucraron su patrimonio.

La estrategia de Ávila es clara: demostrar que ‘Toto’, al contrario de lo que señala, no estaba completamente desinformado de lo que hacía Daniel, para de esta forma validar las operaciones que hizo Yarur Elsaca y que le significaron quedarse con activos por casi US$ 60 millones, los que hoy reclama Jorge como propios y que, a su juicio, habrían sido robados por su primo.

Al frente, sin embargo, Ávila tuvo a un escurridizo testigo que sólo recordaba pequeños episodios de sus últimos quince años y que en más de diez ocasiones advirtió que no comprendía lo que leía cuando de temas financieros se trataba, que no tenía título profesional y que no era capaz de expresarse con claridad en los temas que le eran consultados. “Yo confiaba en Daniel” fue una frase reiterada.

Tamaño del patrimonio

Algunas cosas sí quedaron claras. ‘Toto’ dijo que su patrimonio, al llegar Daniel a gestionarlos en 1999, bordeaba los US$ 180 millones. Según estimaciones de ambas partes, hoy el dueño del Museo de la Moda dispone de activos valorizados al menos en US$ 500 millones.

Las preguntas de Ávila apuntaron a determinar que Jorge gastaba cuantiosos recursos en el Museo en los últimos tres a cuatro años de gestión de Daniel. El costo de construir el Museo sumaría US$ 100 millones, según Daniel; según 'Toto', sería una cifra mucho menor.

Estas cifras convienen a la defensa de Daniel, pues confirmarían que el patrimonio de ‘Toto’ creció más de US$ 500 millones, como estiman los abogados del ex SVS; asimismo, que parte de ese pozo se gastó en el Museo y, por ende, los US$ 60 millones que Daniel se habría embolsado en el periodo estarían plenamente justificados.

La defensa de Hermosilla

Las preguntas de Hermosilla, en tanto, se concentraron en describir el escenario devastador que tenía Jorge a fines de los 90, su adicción a la cocaína, su soledad y el sufrimiento que significó para él vivir en una sociedad que no toleraba la homosexualidad y, aun más, su condición de VIH positivo (Sida).

La parte querellante apunta a dejar en claro que Daniel hizo y deshizo con las platas de Jorge y que preparó fríamente el camino para –aprovechándose de la vorágine en que vivía Jorge– apropiarse en forma ilegal de parte importante de su dinero.

Por eso, cuando el abogado Ávila preguntó si recordaba Jorge que había estado en 2005 en un directorio de una de sus sociedades con Daniel, dijo no recordarlo, al igual que negó tajantemente que fuera su firma la que estampó un contrato que concedía a Daniel el 15% del incremento de su patrimonio. Frente a eso, la defensa de Daniel tiene un peritaje que confirmaría que la “media firma” de su primo es idéntica a otras que ha puesto en otros documentos.

También ‘Toto’ tuvo débil memoria para recordar el origen de sus dineros en 1992, cuando recibe la herencia de su padre, y un par de años después, cuando le vende su porcentaje de acciones a su primo Luis Enrique, hoy presidente del banco.

Ávila preguntó si sabía en qué cuentas estaban las platas que recibió por esas operaciones, pero Jorge contestó que no recordaba. Más adelante, le insistió más vehemente el abogado y el primo de Daniel dijo que esos dineros estaban en distintas cuentas, pero que mientras no supiera de los dineros que están perdidos no podía tener certeza.

Pese a eso, Jorge aseguró que estimaba que unos US$ 100 millones habrían sido sustraídos o perdidos de sus cuentas. Y aunque Daniel asegura que esos dineros son la remuneración variable que merece por la gestión de sus dineros, la forma en que realizó los traspasos puede dejarlo en incómodo lugar.

Por ahora, Jorge arremetió sin matices contra su labor. “Daniel trabajaba una vez a la semana y veía inversiones, eso era todo, la oficina era algo simbólico, tampoco hacían nada, en la oficina donde yo trabajo estábamos pidiendo información todo el tiempo, no lo hacía (entregarla), era totalmente negligente lo que hacían en la oficina”, sostuvo Jorge.

Por eso mismo, ‘Toto’ hizo su autocrítica. “Fui muy estúpido, tuve negligencia en otra forma, por confiar, no negligencia porque no tuviera criterio, no me daba lo mismo, yo estaba confiando”, afirmó. Y agregó que, aunque no tuvo estudios, no es idiota. “La gente creía que yo soy idiota por lo mismo, pero no soy idiota, no tengo los estudios apropiados no más”.

El fiscal José Morales interrumpió reiteradamente el interrogatorio de Ávila porque éste, a su juicio, hacía preguntas “engañosas”, aunque la jueza Carolina Herrera no acogió muchas de sus objeciones. En las pocas ocasiones en que lo hizo, Ávila retrocedió, retiró la pregunta o reformuló.

El estilo de Ávila, las interrupciones de Morales y las respuestas inconexas de Jorge Yarur hacían interminables los minutos, al punto que las juezas a cargo por momentos parecían mostrar hastío con el interrogatorio, pese a que en otros sonreían con las particularidades de la historia, sus protagonistas y la guerra, bastante típica, entre los abogados.

El interrogatorio fue incómodo para ‘Toto’, pues no siempre fue convincente en su evasiva. En los próximos días el foco del juicio cambiará. Vendrán varios testigos que conocieron de la gestión de Daniel y que vieron cómo hizo las operaciones a través de las cuales se habría apoderado de los dineros de su primo. También aparecerán los peritos, abogados y testigos que discutirán la legalidad del actuar de Daniel. También se esperan visitas ilustres, como el ex socio de Celfin, Jorge Errázuriz, que validaría el cobro de porcentajes superiores a 15% del patrimonio de un cliente.

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