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Después de 142 años Vapores deja de ser chilena y Grupo Luksic se saca un problema

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Lo advirtieron cuando Guillermo Luksic decidió gastar US$ 120 millones por el 10% de la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV): va a ser el peor negocio de la historia para el grupo.

Y parece que tenían razón. En tres años el Grupo Luksic pasó a tener control, soportaron pérdidas de casi US$ 2.000 millones y tuvieron que aportar más de mil millones en aumentos de capital para que la naviera no quebrara.

Bueno, ayer se sacaron el problema de encima, cuando firmaron acuerdo vinculante de fusión con la alemana Hapag-Lloyd para crear la cuarta naviera más grande del mundo. Vapores controlará un tercio de la nueva compañía y tendrá, por al menos este año, que seguir poniéndose con "cash", ya que los socios acordaron la realización de un primer aumento de capital por 370 millones de euros una vez que la transacción haya concluido, en el cual CSAV concurrirá con 259 millones de euros. Esto aumentará la participación de Vapores en Hapag-Lloyd a un 34%.

Los dos grupos también acordaron, asimismo, un segundo aumento de capital por 370 millones de euros que se realizará junto con la apertura en bolsa de Hapag-Lloyd. El plan es que eso ocurra en 2015.

Parte de la historia de Chile

Con la fusión se pone fin a una parte de la historia de Chile, pues luego de 142 años la Compañía Sudamericana de Vapores deja de ser una empresa chilena. Su origen data de 1872 y ha jugado un papel determinante en la historia de Chile. En 1879, durante la Guerra del Pacífico, los barcos pasaron a control de la Armada y en 1891, en medio de la revolución, ambos bandos se apoderaron de algunas naves.

Grupo Luksic la salvó de la quiebra

Fuentes que conocen bien la compañía señalan que la entrada de los Luksic a la propiedad –y los millones que le han inyectado– salvó a la empresa de la quiebra. Dicen que se encontraron con una empresa desordenada, con malas prácticas y muy mal administrada por el grupo Claro.

Un asesor del Grupo Luksic cuenta que los números eran un desastre y ha sido muy difícil entenderlos del todo. Agrega que la quiebra de Vapores hubiese tenido un impacto mucho mayor que el fraude de La Polar.

De acuerdo a un comunicado, luego de la fusión Hapag-Lloyd se convertirá en la cuarta mayor naviera a nivel mundial, con alrededor de 200 buques portacontenedores y volumen de negocios combinados por sobre 9 billones de euros.

La oficina principal de la compañía permanecerá en Hamburgo y, adicionalmente, contará con una sede regional en Chile para su negocio Latinoamericano.

Buen negocio para todos

El gerente general de CSAV, Oscar Hasbún, señaló que la combinación del negocio de portacontenedores de CSAV con Hapag-Lloyd resultará en sinergias anuales de al menos US$ 300 millones. El año pasado, la naviera alemana perdió US$ 135 millones.

La nueva empresa combina los 151 barcos de Hapag-Lloyd con los cerca de 50 de Vapores. Además, ahora tendrá el peso para poder competir de verdad con el líder mundial del transporte marítimo, Maersk.

El mercado sigue difícil. Hay sobreoferta de barcos y una demanda que lleva casi 7 años sin repuntar.

“Esto significa que vamos a tener una flota joven, rentable y eficiente. La utilización de buques de mayor tonelaje en estos tráficos es uno de los principales requisitos para el éxito de las operaciones, en el marco de la competencia internacional”, dijo Óscar Hasbún.

El cierre de la transacción está sujeto a la aprobación de las autoridades de libre competencia alrededor del mundo.

El comunicado expedido por Vapores refiere que otra condición para que se concrete el acuerdo es lo que suceda el 20 de abril, fecha tope para que los accionistas de CSAV disidentes a la operación ejerzan su derecho a retiro. La compañía definió que, para que se lleve a cabo la transacción con la firma germana, el ejercicio del derecho a retiro debe ser inferior al 5% del total de las acciones de la empresa.

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