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Bernanke, de empleado público a una máquina de hacer dinero


El martes, Ben Bernanke, habló en Abu Dhabi. El miércoles estaba en Johannesburgo; y el viernes, de vuelta en Houston. Esa semana de marzo fue particularmente ocupada para el ex presidente de la Reserva Federal de los EE.UU. (FED), dice The New York Times.

Pero la razón del desasosiego del economista no es la falta de poder, sino que ahora gana en un par de horas el equivalente a su paga anual estando a la cabeza de la FED, unos US$ 200 mil.

El guión ya fue ensayado por su antecesor, Alan Greenspan, y otros funcionarios de Washington. Les hablan a las empresas financieras de Wall Street y del mundo, pero no forman parte de la plantilla.

Las tarifas de Bernanke, según The New York Times, varían entre US$ 200.000 y US$ 400.000, dependiendo de si implican salir o no de los Estados Unidos. Y los bancos pagan por oírlo porque siempre existe la posibilidad de que se le escape algo que haga más entretenida la charla. De hecho, a fines de mayo tiene fijada una charla en Pensilvania donde cada asistente pagará US$ 225 por oírlo.

A eso se agrega que hay una creencia generalizada de que Bernanke y Janet Yellen son una especie de siameses, según explicó David Rosenberg, economista jefe y estratega de Gluskin Sheff, refiriéndose a la relación entre Bernanke y Yellen (actual presidenta de la FED).

Sea verdad o no la influencia que tiene Bernanke sobre la actual dirección de la FED, tanto UBS como Goldman Sachs consideraron sus tarifas muy altas, de acuerdo a dos personas que presenciaron las conversaciones, según el medio estadounidense.

No es inusual que ex altos funcionarios de la Reserva Federal o del Tesoro norteamericano tomen posiciones en el sector privado, Alan Greenspan fue contratado por el hedge fund Paulson&Company, Deutsche Bank y Pacific Investment Management Company. Timothy Geithner dejó el Tesoro y se unió a la firma Warburg Pincus, por nombrar algunos ejemplos.

Tampoco es inusual que escriban sus memorias. Greenspan y Geithner lo hicieron y también lo está haciendo Bernanke en las dependencias de Brookings Institution. Mal que mal, sobre sus hombros recayó la responsabilidad de sacar a la economía más grande del mundo de la peor crisis financiera de la historia.

Pero no todo es dinero en la vida de este economista. También realiza discursos pro bono y dona cientos de miles de dólares a la caridad, señaló una vocera de Brookings al The New York Times.

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