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La Roja ratificó sus méritos en Lima

La Roja ratificó sus méritos en Lima

Julio Salviat
Por : Julio Salviat Profesor de Redacción Periodística de la U. Andrés Bello y Premio Nacional de Periodismo deportivo.
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En un escenario difícil, el equipo de Sampaoli venció 4-3 a Perú, se consolidó como invicto puntero de las Clasificatorias y respondió a su condición de campeón de América. Alexis Sánchez y Eduardo Vargas volvieron a convertir los goles chilenos.


En Santiago, por la Copa América, el que le cortó las piernas a Perú fue Carlos Zambrano, que le dio un empujón a Vidal, una patada a Sánchez y un patadón a Aránguiz. Y, al dejar a su equipo con un jugador menos, pavimentó el camino para que Chile venciera en ese partido y se instalara en la final del torneo.

En Lima, ahora, el que se ahorcó sin motivo fue Christian Cueva, que le lanzó un pelotazo en la cara a Valdivia. Y al condenar a su equipo a jugar con diez, le asfaltó la ruta para que Chile ganara después de 35 años en el Estadio Nacional de la capital peruana y se instalara como invicto puntero, junto con Ecuador y Uruguay, en las Clasificatorias de Rusia 2018.

Las dos últimas confrontaciones entre los clásicos rivales del Pacífico tuvieron, en consecuencia, el mismo ingrediente: una expulsión decisiva. La diferencia estuvo en el escenario, porque aquí y allá Perú estaba siendo un adversario extremadamente peligroso antes de que aparecieran las tarjetas rojas.

Y en ambas ocasiones ocurrió algo similar: con uno menos, Perú se las ingenió para complicar. En Ñuñoa, los del Rimac empataron parcialmente (autogol de Medel), aunque Eduardo Vargas abortó rápidamente la celebración peruana. En Lima, Jefferson Farfán borró el adelantamiento chileno en el marcador con un gol en posición adelantada y pasó adelante con un penal inventado. Y esta vez fueron Alexis Sánchez y el propio Vargas los que le bajaron los decibeles a la euforia incaica.

Pocas veces hubo un primer tiempo con tantos vaivenes y emociones. A los cinco goles anotados en constante variación ese período, se agregaron varias ocasiones para anotar en ambos pórticos, un par de tarjetas amarillas y una roja.

Las diferencias con partidos anteriores no sólo estuvieron en la cancha. En la clasificatoria anterior, los jugadores chilenos no pudieron dormir, martirizados por el ruido ensordecedor de fanáticos locales que gastaron la noche metiendo bulla en los pies del hotel en que se alojó la Roja. Esta vez, instalados en el Swiisotel, los seleccionados chilenos no tuvieron ese problema. Y en el pasto limeño también fue distinto. Esa vez, con Jorge Sampaoli debutando en la banca Chile perdió 0-1 con un gol agónico después de malograr preciosas oportunidades para quedarse con el triunfo, merced a un grueso error de Junior Fernandes. Esta vez se aprovecharon mejor las gestaciones y el marcador pudo ser, incluso, más expresivo.

Los peruanos tuvieron que reconocer que enfrentaron a un rival superior, nada menos que al Campeón de América, y se tragaron sus optimistas vaticinios, que mayoritariamente anunciaban un rotundo 2-0.

Alexis Sánchez les destrozó los pronósticos en la primera estocada a fondo del equipo rojo. Isla recibió el clásico cambio de juego y puso la pelota en medio del área, donde rondaban los dos arietes chilenos. Vargas vio pasar la pelota y Sánchez la empalmó con potente derechazo. Tres minutos después, Jefferson Farfán aprovechó la pajaronada de un guardalíneas, que no advirtió su posición adelantada, para enfrentar a Claudio Bravo y derrotarlo con remate rasante al primer palo.

Y de ahí en adelante todo fue vertiginoso. Una vacilación en el bloque defensivo chileno le permitió a Paolo Guerrero ganar terreno y rematar desviado. Un tiro libre de Marcelo Díaz, seguido de un centro de Arturo Vidal aceleró corazones porque Vargas llegó un segundo tarde. Un mal rechazo de Bravo después de un entrega imprecisa de Gonzalo Jara dejó el arco libre para el remate de Paolo Guerrero, pero el arquero se rehízo y contuvo el remate. Sánchez dejó libre a Vargas con un pase magnífico y Pedro Gallese realizó una de las grandes tapadas de la noche.

Así estaban cuando, a los 23’, Marcelo Díaz interrumpió con la mano un contraataque peruano y enfrentó la tarjeta amarilla, y paralelamente Christian Cueva reaccionó como cabro chico a una provocación de Jorge Valdivia y se ganó la tarjeta roja.

Hasta ese momento, Perú quitaba muchos balones en el centro del campo, impidiendo desde la gestación el buen juego chileno.

Una disputa aérea de Mark González con Zambrano fue considerada falta del chileno por el juez argentino Néstor Pitana, y Perú se puso en ventaja con el penal convertido por Farfán.

La ventaja duró nada: antes del descanso, Chile la había borrado con dos maniobras fantásticas: en la primera, Sánchez y Valdivia le abrieron la senda a Vargas para que convirtiera en la boca del arco; en la segunda, fueron Vargas y Díaz los que le pusieron la alfombra para que Alexis anotara con ajustado remate rasante.

Las ansias de reacción peruana quedaron sepultadas tres minutos después de la reanudación, cuando Alexis Sánchez escapó por la izquierda y le puso la pelota al “Edu” Vargas, que acompañaba por el centro. La frialdad del atacante fue asombrosa: amortiguó el balón, dejó al arquero tirado en el pasto y convirtió de zurda.

Con dos goles de ventaja y el estadio silenciado, la selección chilena aplicó un juego de desgaste, más que de profundidad, dejando pasar el tiempo. Lo único contundente realizado por el ataque chileno obligó al arquero Gallese a dos intervenciones consecutivas para evitar conquistas que se aclamaban de Vargas y Vidal.

La salida de este último, poco después de la de Marcelo Díaz, fue decisiva para que el fuego y el juego chilenos se apagaran. El volante del Bayern Munich jugó con la rodilla lastimada, y había que cuidarlo. El reemplazo del mediocampista del Hamburgo tuvo otro motivo: no podrá jugar contra Colombia, por acumulación de tarjetas amarillas, y Sampaoli quiso ver el rendimiento de Francisco Silva en esa posición.

Lo concreto es que “el Gato” y Flipe Gutiérrez dejaron crecer a Perú y eso derivó en el descuento final.

La victoria, en todo caso, no merece objeciones. Al revés, demuestra un poderío importante como equipo y un valioso racimo de jugadores confiables. Alexis y Vargas se llevaron todos los elogios, pero hay que reconocer otras buenas actuaciones, especialmente las de Jara y Eugenio Mena en el segundo tiempo.

Noviembre traerá más incertidumbres y emociones, frente a rivales tanto o más complicados que los que “la Roja” tuvo en octubre. Colombia (en Santiago) y Uruguay (en Montevideo) serán los que ratifiquen o desmientan los méritos de este equipo que nos está acostumbrando a la hazañas.

PORMENORES
Cancha: Estadio Nacional de Lima.
Público: 45.000 espectadores, aproximadamente.
Árbitro: Néstor Pitana, de Argentina.

PERÚ (3): P. Gallese; L. Advíncula, C. Zambrano, C. Ascues, Y. Yotún; A, Carrillo (43’, Y. Reyna; 71’, J. Sánchez), J. Ballón, C. Lobatón (46’, R. Tapia), J. Farfán, C. Cueva; y P. Guerrero, DT: Ricardo Gareca.

CHILE (4): C. Bravo; M. Isla, G. Medel, G. Jara, E. Mena; A. Vidal (64’. F. Gutiérrez), M. Díaz (53’, F. Silva), J. Valdivia; E. Vargas (81’, F. Orellana), A. Sánchez y M. González. DT. Jorge Sampaoli.

Goles: 7’, Sánchez (Ch); 10’, Farfán (P); 35’, Farfán, penal (P); 41’, Vargas (Ch); 44’, Sánchez (Ch); 48’, Vargas (Ch); 90+1, Guerrero (P).
Tarjetas amarillas: Zambrano (P), Díaz e Isla (Ch).
Expulsado: 23, Cueva (P).

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