Al vencer 1-0 a Universidad de Concepción en Talcahuano, el cuadro azul mantuvo las ilusiones de salvar un año nefasto ganando el torneo que otorga un cupo en la próxima Copa Libertadores.
Los que vieron el Superclásico del domingo lo podrán entender mejor: Patricio Rubio jugaba ante Universidad de Concepción peor que ante Colo Colo. Su actuación resultaba, incluso, patética: sus remates, desviados; sus centros, imprecisos; sus pases imperfectos; sus cabezazos, deficientes.
Y, sin embargo, fue el héroe.
Cuando el partido agonizaba, el irregular delantero azul empalmó un centro pasado de José Rojas y estableció el 1-0 con que la U derrotó a los de El Campanil y se puso a un peldaño de llegar a la final de la Copa Chile.
Ese gol desequilibró un partido muy parejo en el que el cuadro local hizo los mayores méritos durante gran parte de su desarrollo. La intensidad del juego no se reflejó en el marcador, pero mantuvo el interés y el suspenso hasta el final. A pesar de la aglomeración en el mediocampo, por los cinco volantes que dispuso ahí Ronald Fuentes y los cuatro que mandó Martín Lasarte, no faltaron las situaciones de peligro en las cercanías de los arcos.
Tardaron 13 minutos los equipos en gestar una jugada de gol, pero de ahí en adelante hubo mucha actividad en las áreas y bastante trabajo para los arqueros. El problema es que siempre hubo más errores que inspiraciones. Los peligros para Cristián Muñoz y Johnny Herrera se producían normalmente por desajustes defensivos o pelotas perdidas en la salida.
Mejoró el nivel del partido en el segundo tiempo. Dieron frutos los cambios en la U. El ingreso de Sebastián Ubilla le dio peligrosidad al ataque por el sector derecho, algo que no había logrado el juvenil Diego González. A la vez, la reaparición de Guzmán Pereira le brindó al mediocampo azul la dosis de quite que le había faltado cuando Gonzalo Espinoza estaba en la cancha. Simultáneamente, Universidad de Concepción también sacó a su juvenil (Felipe Fritz) y reforzó su ofensiva con el interesante aporte de José Huentelaf.
Diego Churín tuvo las mejores posibilidades para desnivelar el marcador, pero siempre hubo alguna pierna para trabar sus disparos y matar sus ilusiones. Al otro lado, el incansable Leandro Benegas fue el que más inquietó al portero penquista.
Producido el gol, con 10 minutos por jugarse, el conjunto amarillo se instaló en campo de la U y martilleó incesantemente en procura de la igualdad. Pudo conseguirla, pero el vertical derecho de Johnny Herrera devolvió hacia la raya un remate de Churín, José Rojas evitó que el balón traspasara la línea y Juan Pablo Goméz elevó el cabezazo en la insistencia.
De haberse producido la igualdad, nadie podría haber hablado de injusticia: los escasos destellos de claridad que hubo en el partido provinieron del mediocampo local principalmente por el despliegue y la visión de Fernando Manríquez, el mejor de la cancha.
PORMENORES
Cancha: Estadio CAP, de Talcahuano.
Público: 5.000 personas, aproximadamente.
Árbitro: Carlos Ulloa.
U. DE CONCEPCIÓN (0): C. Muñoz; E. Flores, W. Ponce, P. Briones; H. Berríos, M. Lepe (78’, J.P. Gómez), F. Manríquez, A. Camargo, R. De la Fuente; F. Fritz (46’, J. Huentelaf)y D. Churín. DT. Ronald Fuentes.
U. DE CHILE (1): J. Herrera, M. Rodríguez (51’, P. Magalhaes), O. González, C. Suárez, J. Rojas; D. González (46’, S. Ubilla), G. Espinoza (46’, G. Pereira), S. Martínez, L. Valencia; P. Rubio y L. Benegas. DT: Martín Lasarte.
Gol: 84, Rubio.
Tarjetas Amarillas: Camargo (UDC); Espinoza, Valencia y Rubio (U).
