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Científicos canadienses descubren la «ranamandra»

Este espécimen podría aparcar una de las mayores controversias en la evolución de los vertebrados: el origen común de ranas y salamandras.


Cientificos de la Universidad de Veterinaria de Calgary de Canadá descubrieron un fósil de 290 millones de años que une a las ranas y a las salamandras y podría resolver un largo debate sobre la evolución de los anfibios.



Este espécimen podría aparcar una de las mayores controversias en la evolución de los vertebrados: el origen común de ranas y salamandras.



«La disputa se debía a la falta de un espécimen que mostrara la transición. Este fósil llena ese hueco», afirma Jason Anderson, profesor de la universidad y director del estudio.



La forma en la que las ranas y las salamandras actuales han llegado a su forma actual aún no está clara ya que hay huecos en los registros de los fósiles que muestran la transformación de una forma a otra.



El fósil de la Gerobatrachus hottoni o la tatarabuela de la rana, que aparece recogido en la revista Nature, podría ayudar a aclarar la línea entre los anfibios actuales.



«Falta un eslabón entre los fósiles de los animales extinguidos y sus formas actuales», ha afirmado Jason Anderson, de la Universidad de Calgary, que ha dirigido el estudio. «Esta es una perfecta ranamandra», ha afirmado.



Esta especie fue descubierta en Texas en 1995 por un grupo de la Smithonian Institution y debe su nombre a uno de los miembros del grupo, Nicholas Otón ya que traducido significa rana antigua de Hotton. Desde entonces permanecía sin estudiar hasta que fue redescubierto por el equipo de Anderson que se encargó de eliminar cuidadosamente las capas de roca que lo cubrían y descubrir la anatomía del fósil.

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