La dirigente kirchnerista permanece detenida por otra causa abierta en su contra en la que se le imputaron delitos de defraudación a la administración pública, extorsión y asociación ilícita.
La diputada argentina del Parlasur Milagro Sala, condenada este miércoles en un juicio por daño agravado, sumó hoy otra sentencia adversa, ésta vez en un proceso por organizar un acampe en una plaza pública durante una protesta hace un año en la norteña provincia de Jujuy.
Un tribunal oral de esa provincia condenó hoy a Sala a pagar una multa de unos 3.780 pesos (unos 240 dólares) y le impuso una inhibición para integrar sociedades y organizaciones civiles por tres años y tres meses.
El tribunal también condenó a la agrupación social y política que dirige Sala, la Tupac Amaru, en su carácter de persona jurídica, a pagar una multa por el mismo monto y a que uno de los locales de la organización en Jujuy permanezca cerrado por tres meses.
Sala y la Tupac Amaru fueron sometidas a un juicio contravencional por ocupación del espacio público y alteración del orden durante un acampe en Jujuy.
Esa protesta se realizó en una plaza de la capital provincial entre diciembre de 2015 y enero de este año en contra del ex senador y gobernador provincial, Gerardo Morales, y terminó con la detención de Sala el 16 de enero.
En sus últimas palabras ante el tribunal, Sala, que permanece detenida pero por otras causas en su contra, contó que la protesta comenzó a ser organizada en octubre de 2015, cuando Morales ganó las elecciones para gobernador, por una veintena de organizaciones sociales y no solo por la Tupac Amaru.
Relató que Morales se negó a conceder audiencia a las organizaciones sociales que pretendían exponerle sus demandas por lo que las entidades resolvieron marchar y acampar a mediados de diciembre.
«Me llama la atención que únicamente la contravención se le abra a la Tupac Amaru cuando la Tupac Amaru no estaba sola en la plaza», dijo Sala, que enumeró todos los dirigentes sociales y agrupaciones que formaron parte de la protesta.
Sala dijo, por otra parte, que las acciones realizadas por la Tupac Amaru no eran decididas por ella sino siempre en asamblea de sus miembros.
«Se llega a una protesta social cuando no hay respuestas y nosotros sí hemos hecho muchas gestiones para poder sentarnos a hablar con Gerardo Morales. Él no nos quiso recibir», afirmó.
Sala, quien fue elegida diputada del Parlamento del Mercosur en 2015 pero todavía no ha podido asumir, dijo que no cree en la Justicia de Jujuy porque la tiene «hace casi un año detenida injustamente» y denunció que en la provincia se «criminaliza la protesta».
Este miércoles, Sala fue condenada por un tribunal oral a la pena de 3 años de prisión en suspenso -no efectiva- por daño agravado en calidad de instigadora, por una protesta en 2009 contra Morales, que por entonces era senador.
Como la pena de prisión no es de cumplimiento efectivo, Sala debe realizar tareas comunitarias durante el período de su condena.
La dirigente kirchnerista permanece detenida por otra causa abierta en su contra en la que se le imputaron delitos de defraudación a la administración pública, extorsión y asociación ilícita.
La detención de Sala es seriamente cuestionada por agrupaciones políticas de oposición y organismos sociales y humanitarios en Argentina y también por organismos internacionales, como Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
