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Un futuro para el teatro chileno

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Agradecemos la oportunidad de celebrar esta fiesta para el teatro nacional en la casa de todos los chilenos. Creemos que es un valioso gesto de reconocimiento a una actividad que nos ha entregado tantas satisfacciones y nos ha engrandecido como país con su desarrollo y consolidación.



En los últimos diez años los espectadores que asistían al teatro aumentaron en un 108 por ciento siendo esta cifra superior al porcentaje de asistencia al cine, que aumenta en un 91 por ciento durante el mismo período.



El promedio mensual de asistentes al teatro aumentó a más del doble en las mismas fechas, pasando de 25 mil espectadores a más de 61 mil. Esto se reflejó en el aumento del número de funciones cuyo promedio mensual varió de 130 a 346.



Entre 1997 y 1998 los estrenos de obras teatrales aumentaron en un 69 por ciento. Y en el año 2000, sólo hasta el mes de agosto, se registraron 114 estrenos en todo el país.



Estas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas demuestran que somos la primera actividad cultural del país.



Algunos de los factores que incentivaron este crecimiento son: la aparición de nuevos temas y expresiones escénicas; el surgimiento de nuevos dramaturgos; la organización de festivales; la incorporación de jóvenes provenientes de las nuevas escuelas universitarias y profesionales; la conformación de nuevas compañías de teatro; la labor incansable de directores y actores que a pesar de las dificultades persisten en su trabajo creativo; y los concursos y proyectos apoyados por el Gobierno de Chile, a través del Fondart.



La vitalidad y creatividad de nuestro arte permiten la existencia de manifestaciones como el Festival de Teatro a Mil que hoy inauguramos y que refleja el empuje de tantos grupos autónomos… Desearíamos sin embargo que esta, como tantas otras iniciativas, contaran con el esfuerzo y la visión de un Estado que ha puesto como eje de su política el desarrollo humano de la Nación.



Desearíamos, también, que este se viera reflejado en el incremento del presupuesto para la Cultura en nuestra área, para que no siempre el trabajo de nuestros creadores sea el que subsidie estas manifestaciones.



Creamos en colegios, liceos, casas, plazas, calles, estaciones, municipalidades, teatros y medios de comunicación a lo largo de todo Chile, con el comienzo de una etapa sostenida de crecimiento de nuestra actividad a partir de 1995.



Como resultado de ello, gracias al trabajo independiente, a la voluntad individual y colectiva y al fortalecimiento gremial de sus creadores, en julio del año recién pasado se constituyó la Plataforma Teatral, que desde entonces asumió la representatividad del sector.



En la Plataforma Teatral participan activamente actores, directores, dramaturgos, productores, escenógrafos, diseñadores y técnicos teatrales. En una primera etapa recabamos toda la información del sector, realizamos un diagnóstico y aportamos las indicaciones al proyecto de ley del Gobierno que crea la nueva institucionalidad cultural.





Es en este marco que proponemos la creación del Instituto del Teatro y las Artes Escénicas, para exigir la voluntad política de reconocer el crecimiento de la actividad, que hoy requiere de compromisos concretos para asegurar su continuidad.



Hemos trabajado en un proyecto de ley que requiere calificación de urgente parte del Ejecutivo, para considerar el histórico momento teatral que vivimos.



Creemos de igual manera que es fundamental la incorporación de la disciplina del teatro en los planes de estudio de la educación general básica y media en el marco de la Reforma Educacional. Esto contribuirá, sin lugar a dudas, a ampliar los horizontes culturales de los estudiantes del país y nuestro campo laboral; a formar nuevos públicos y, por sobre todo, a difundir el teatro chileno.



Es imprescindible también la generación de políticas comunicacionales que creen espacios para la difusión de nuestra actividad, que pongan término a la discriminación comercial que hoy impera en los medios.



Sin difusión no hay libertad de expresión de los creadores. Y una política de Estado en relación a este tema permitirá garantizar el derecho de los ciudadanos a acceder a los bienes culturales.



Estos desafíos nos convocan a todos y este escenario que hoy compartimos en festejo no hace sino confirmar los espacios que hemos ganado. Este lugar, que supo de dolores, pero también de tantos sueños, ahora nos tiene a nosotros para seguir construyéndolos.



Ahora, que hable el teatro.



* La autora es actriz, secretaria de Sidarte y representante de esa entidad en la Plataforma Teatral.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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