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Chilevisión, el supermercado de Piñera

Chilevisión, el supermercado de Piñera

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Cristián Cabalín
Por : Cristián Cabalín Académico del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile.
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Piñera no sólo es dueño de Colo-Colo y de un canal de televisión, sino además de los partidos del equipo de Marcelo Bielsa, la mayor atracción popular del momento.


“¿Quién es Chile? Colo-Colo. ¿Quién es Colo-Colo? Chile”. Quizás, Sebastián Piñera nunca realizó este grito en un estadio (era de la UC), pero los colocolinos lo entonaban con fuerza en los ochenta y comienzos de los noventa. Las barras bravas han introducido otros cánticos, pero la popularidad del fútbol permanece inalterable. Y los ejecutivos de Chilevisión lo saben.

Por eso, no dudaron en poner la mejor oferta sobre la mesa de la ANFP para quedarse con los derechos de transmisión de los partidos de la selección chilena (y los productos asociados) desde 2011 a 2014, casi todo el próximo periodo presidencial. Así, Piñera no sólo es dueño de Colo-Colo y de un canal de televisión, sino además de los partidos del equipo de Marcelo Bielsa, la mayor atracción popular del momento.

Piñera no sólo es dueño de Colo-Colo y de un canal de televisión, sino además de los partidos del equipo de Marcelo Bielsa, la mayor atracción popular del momento.

Aunque el candidato de la derecha haya dicho en el último debate presidencial que un canal de televisión es como un supermercado, el poder de los medios es totalmente diferente a cualquier negocio. TV y fútbol es una fórmula exitosa para entretener, pero también para capturar y distraer la atención de las personas. Política y deporte ha sido históricamente una combinación peligrosa, utilizada por diversos regímenes, desde Hitler, pasando por Franco, hasta Pinochet, solo por dar unos ejemplos.

Como aún Piñera no ha señalado un mecanismo definido para desprenderse de su canal si es que gana la segunda vuelta, surgen dudas sobre el rol de la señal televisiva en un futuro gobierno del candidato de la derecha. La figura de la fundación anunciada no está clara. No se sabe quiénes la administrarían ni bajo que estructura. ¿Quiénes serían los directores? ¿A quiénes rendirían cuentas?

Hasta ahora los periodistas y el departamento de prensa han dado pruebas de independencia, pero siempre han estado bajo la lupa de los más suspicaces. Además, no es beneficioso para Chile ni para el propio Piñera -si es electo- que una señal de televisión sea presentada como “el canal del Presidente”.

El poder de los medios de comunicación es indesmentible en la conformación y discusión de la agenda pública. Por ello, Piñera debe aclarar cómo dejará el control de Chilevisión antes de este domingo. De este modo, los electores podrán decidir sobre la pertinencia del vínculo entre política, deporte y televisión que representa, en estos momentos, el abanderado de la Coalición por el Cambio.

Es un acto de transparencia que ha estado ausente en toda esta campaña. Es lo mínimo que puede hacer un candidato a la Presidencia, aunque a estas alturas ya parezca tarde.

Si no lo realiza, quienes han dudado de las verdaderas intenciones de Piñera en su obstinación por no dejar sus negocios más llamativos tendrán aún más razones para interpretar que tras Chilevisión, Colo-Colo y ahora la selección nacional existe una motivación política.

La concentración del poder es nociva para la democracia, sobre todo, cuando se trata de actividades que impactan en la vida cotidiana de las personas. Por eso, los candidatos deberían tener una mayor preocupación para aclarar públicamente cuáles son los intereses que defienden y cuáles los que persiguen.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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