No es casualidad que los niveles de aprobación presidencial y de credibilidad se incrementen en la medida en que se asciende en la escala social.
Cuando usted escucha las declaraciones que hace el Presidente Piñera en radio o televisión, ¿qué tanto le cree? La credibilidad es un bien escaso en política por lo que decidimos consultarle a la población sobre el tema. La Encuesta Nacional UDP 2010 (representativa del 74% a nivel nacional) da cuenta que mientras el 38,6% de los encuestados le cree al Presidente siempre o la mayoría de las veces, un 36,4% le cree “sólo a veces” y el 20,4% “nunca” le cree. A menor nivel socioeconómico, menor percepción de credibilidad hacia el Presidente.
La credibilidad es un atributo que demanda tiempo. A siete meses de iniciado su mandato, la población aún muestra cierto escepticismo frente a la figura del primer mandatario aunque no así respecto de la posibilidad que desarrolle una buena gestión. El 50,7% cree que cumplirá solo parcialmente sus compromisos de campaña, pero el 62,9% indica que el gobierno del Presidente Piñera será igual o mejor que el de la Presidenta Bachelet. La encuesta (cuyo campo se hizo entre el 11 y 30 de septiembre) confirma que ya antes de producirse el rescate de los mineros existía en la población un moderado optimismo sobre su gestión.
[cita]No es casualidad que los niveles de aprobación presidencial y de credibilidad se incrementen en la medida en que se asciende en la escala social.[/cita]
Los entrevistados destacan del primer mandatario principalmente su firmeza en la toma de decisiones y su capacidad para representar a Chile en el extranjero. A modo de comparación, en el caso de la Presidenta Bachelet en el año 2009 se destacaba de ella principalmente su honestidad y su capacidad de representarnos en el extranjero.
En términos de desempeño, lo que más valora la población del actual gobierno es el manejo del rescate de los mineros y su reacción frente al terremoto. Las áreas menos valoradas son todas las que dicen relación con aspectos sociales: disminuir la pobreza, mejorar el sistema de pensiones, disminuir la desigualdad y solucionar los problemas del transporte público. Se valora la gestión frente a las crisis pero existe un signo de interrogación respecto del mejoramiento de las condiciones sociales.
Lo anterior es muy consistente con otro resultado de este estudio: mientras el 46,4% considera que el principal beneficiario del gobierno del Presidente Piñera es la clase alta, solo el 6,6% estima que es la clase baja. Esta percepción es predominante en todos los estratos socioeconómicos.
Ciertamente, el rescate de los mineros les ha permitido al gobierno y al propio Presidente un nuevo impulso. La encuesta muestra que, poco antes de producirse el rescate, ya se había instalado en la opinión pública la idea de un gobierno distinto a cualquier gobierno pasado de la Concertación o del régimen militar. Un 48,1% de los encuestados indicó que el gobierno de Piñera no se parece a ninguno anterior. La asociación que algunos sectores de gobierno y oposición han querido hacer de la administración Piñera como un “quinto gobierno de la Concertación” no encuentra asidero en la opinión pública.
Las dimensiones críticas que se desprenden de este análisis son dos. La primera tiene que ver con una opinión pública que, esperablemente, manifiesta cierto nivel de escepticismo frente a la posibilidad que el Presidente cumpla con sus promesas de campaña. La segunda dice relación con la percepción extendida que los principales beneficiarios de este gobierno son los sectores de clase alta. No es casualidad que los niveles de aprobación presidencial y de credibilidad se incrementen en la medida en que se asciende en la escala social.
Así, mientras los sectores acomodados le creen y confían en su gestión, los estratos bajos esperan.
