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A un año del proyecto de Carrera Docente

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Hernán Hochschild
Por : Hernán Hochschild Director Ejecutivo "Tenemos que Hablar de Chile".
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¿Por qué cuesta tanto darle urgencia a lo urgente?; ¿por qué ese afán en Chile de seguir creyendo que podemos mejorar el sistema educativo pagándoles 200 mil pesos a las educadoras de párvulo y 450 mil pesos a los profesores? Y más de fondo: ¿por qué continuamos restando valor y reconocimiento social a una profesión estratégica para el país?


Se ha cumplido un año desde el ingreso al Parlamento del proyecto de Carrera Docente, quizás una de las iniciativas más importantes para el futuro de Chile. Pero, como muchas veces pasa, su necesidad y urgencia para el sistema educativo no se ha visto reflejada en el trabajo legislativo.

Hace pocos días escuchaba al Ministro Larroulet en un programa de radio Duna hablando sobre las prioridades legislativas del Gobierno para este 2013. Señalaba que lo fundamental era la Superintendencia de Educación Superior y la Subvención para la Clase Media. Dos discusiones necesarias, pero que debieran venir luego de cambios aún más urgentes para las pretensiones de equidad que tanto se predican todos los sectores políticos de nuestro país. ¿Por qué? Porque la mitad de los estudiantes al salir de 4° Medio no llega a la educación superior, y una Superintendencia en nada le sirve a un estudiante que al terminar su educación escolar no entiende lo que lee, ni sabe hacer uso de las matemáticas (50% de los estudiantes). Lo mismo con una Subvención para la Clase Media, que genera más división que consenso y que, finalmente, no tendrá mayor efecto si no es acompañada por mejores profesores.

[cita]¿Por qué cuesta tanto darle urgencia a lo urgente?; ¿por qué ese afán en Chile de seguir creyendo que podemos mejorar el sistema educativo pagándoles 200 mil pesos a las educadoras de párvulo y 450 mil pesos a los profesores? Y más de fondo: ¿por qué continuamos restando valor y reconocimiento social a una profesión estratégica para el país?[/cita]

¿Por qué cuesta tanto darle urgencia a lo urgente?; ¿por qué ese afán en Chile de seguir creyendo que podemos mejorar el sistema educativo pagándoles 200 mil pesos a las educadoras de párvulo y 450 mil pesos a los profesores? Y más de fondo: ¿por qué continuamos restando valor y reconocimiento social a una profesión estratégica para el país? En www.mifuturo.cl vemos que un egresado de Pedagogía en la UC gana menos que un egresado del DUOC UC de distintas carreras técnicas. Muy bien que los técnicos ganen más, pero ¿por qué los profesores no pueden acceder a mejores condiciones laborales y remuneraciones?

Desde nuestra propia intuición, desde la experiencia educacional y desde los muchos estudios que así lo avalan, surge la necesidad de tener a los mejores profesores en las salas de clases. Esto, porque un buen docente es capaz de reducir las brechas educacionales que tenemos en nuestro país. Ni las multi canchas, ni los computadores, ni las pizarras “inteligentes”, ni los estándares, ni el currículum. Son nuestros profesores quienes lideran el trabajo dentro de la sala de clases, y es justamente ahí donde se gana gran parte del partido por una educación de calidad para todos. Y para contar con buenos profesores y –más importante aún- lograr que se mantengan en la sala de clases, es urgente una Carrera Docente. Una Carrera Docente atractiva; capaz de entregar condiciones laborales apropiadas para la tarea que un profesional de la educación emprende cada día. Una carrera capaz de garantizar proyección laboral, desarrollo profesional, ascenso en las responsabilidades, oportunidades de permanente perfeccionamiento y remuneraciones justas. Capaz de atraer vocación y talento; de retenerlo y de potenciarlo.

Seguir esperando significa decirles a los profesores que existen mejores oportunidades fuera de la sala de clases. Los estudios lo demuestran y la realidad lo confirma: hoy muchos buenos docentes dejan la sala de clases a causa de las malas condiciones de desarrollo laboral. ¿Por qué, en esta profesión, la vocación debe implicar ganar mucho menos que en otras?, ¿o tener pocas oportunidades de desarrollo y malas condiciones para hacer bien el trabajo? No podemos seguir dejando que en nuestro país siga siendo más fácil ser un mal profesor que uno de los buenos. Porque detrás de cada profesor hay cientos de niños; cientos que aprenden con los buenos y cientos que desaprenden con los malos.

Algunos dirán que es muy caro subir el sueldo a los profesores, que hay muchos malos, que no se lo merecen. ¿Y qué pasa con los que quieren hacer un cambio? ¿Qué pasa con los buenos profesores (de los cuales hay muchos)? Necesitamos que nuestras autoridades dejen de pensar en sus cargos durante el próximo año y discutan seriamente el proyecto que duerme hace un año en el Congreso. Hay muchos aspectos que debatir y mejorar en él, y no podemos continuar esperando. No porque queramos que los profesores ganen más porque sí. No. Sino para que todos los niños de Chile puedan contar con un buen profesor en sus salas de clases y se reconozca –al fin- la labor de la docencia. Y usted precandidato, precandidata, ¿qué opina?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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