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Sobre el ranking de notas

José Luis Reyes
Por : José Luis Reyes Decano Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad Central
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Creo que hoy estamos igualando esa forma de proceder, un error que se está cometiendo ahora con la introducción de cambios en la ponderación PSU, y el mal llamado ranking de notas.


Como suele suceder en nuestro país, los asuntos que importan a una gran mayoría de personas son discutidos y resueltos por un reducido número de expertos, quienes creen válidas sus acaloradas defensas de sus posiciones, creyendo que son por el bien de esa mayoría no experta y generalmente no considerada.

Aunque ocurre en distintas materias, actualmente es el ámbito de la educación donde este tipo de prácticas se ha convertido en algo sumamente preocupante. A sólo unas cuantas semanas de que miles de jóvenes rindan la PSU, no hay acuerdo en el argumento de fondo para realizar modificaciones en la ponderación de esta prueba, aunque se vislumbra que los cambios se implementarán de todas formas.

[cita] Creo que hoy estamos igualando esa forma de proceder, un error que se está cometiendo ahora con la introducción de cambios en la ponderación PSU, y el mal llamado ranking de notas.[/cita]

En el transcurso de los últimos tres años se han producido diversas modificaciones, algunas de ellas bastante radicales en cuanto a la ponderación de la PSU y las notas de enseñanza media (NEM).

Este año, desde diversas universidades, se ha decidido realizar cambios aún más importantes en la ponderación, dejando a la PSU sólo con un 50% y otorgando al llamado ranking de notas un protagonismo que ha despertado alertas en algunos estudiantes. Estos son los más  afectados, dado que les cambian las reglas del juego casi minutos antes de iniciar el encuentro.

Conviene recordar que, en el cambio de la PAA por la PSU, se argumentó que esta última era un mejor instrumento, implementándose sin los suficientes estudios al respecto. Transcurridos algunos años, la PSU cae en desgracia ante los expertos, mismos que deciden que para mejorar las desigualdades que ella produce, se debe incorporar la fórmula del ranking de notas.

Quiero destacar dos aspectos: el primero, es que los cambios se producen de facto, sin mayores estudios ni justificaciones que los avalen suficientemente. Así ocurrió con el cambio de la PAA a la PSU.  La PAA se aplicó desde 1966 hasta el 2002, cuando se iba a sustituir por la prueba SIES, pero, como no estaba lista, se comenzó a utilizar la PSU, en tanto se mejoraba la SIES, asunto que nunca ocurrió.

Creo que hoy estamos igualando esa forma de proceder, un error que se está cometiendo ahora con la introducción de cambios en la ponderación PSU, y el mal llamado ranking de notas.

En cuanto al segundo aspecto, se aduce que los cambios se hacen para el bien de los estudiantes que intentan ingresar a la universidad. Ello, dicen, con la intención de dar un adecuado trato, más igualitario, a los jóvenes de todo el país.

Esto resulta un tanto contradictorio, precisamente cuando la decisión que se adopta afecta a miles de estudiantes, los que durante tres años y medio asumieron un modo en que iban a ser evaluados para el ingreso a la universidad, el que es cambiado de manera abrupta, en el último tramo del año, por esos expertos que dicen buscar mejores condiciones para ellos en este proceso.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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