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Avanzando hacia un seguro único de salud: mejor salud para Chile

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Cristóbal Cuadrado
Por : Cristóbal Cuadrado Médico salubrista, académico Escuela Salud Pública Universidad de Chile. Coordinador de Salud de Rumbo Colectivo, ex Subsecretario de Salud Pública.
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Un Seguro Único es más eficiente en el uso de los recursos, al asegurar una solidaridad en las contribuciones y los riesgos de enfermar del total de la población, pudiendo además priorizar elementos relacionados con la prevención de salud, claves para reducir las consecuencias que hoy observamos de las enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la obesidad y la diabetes, entre otras.


Los últimos años hemos observado un creciente malestar por parte de la ciudadanía en relación a las Instituciones de Salud Previsional (ISAPRE). Su propuesta de aseguramiento en salud ha sido duramente criticada, dado su comportamiento, característico de un seguro privado.

Han sido dos los elementos más importantes que han generado este debate público y de crítica ciudadana: 1) la discriminación por riesgos (edad, sexo y preexistencias), denunciada como inconstitucional por un fallo del Tribunal Constitucional, y 2) las alzas sistemáticas de los precios de los planes, permitiendo a las ISAPRE mantener cuantiosas ganancias, año tras año.

Existen otros problemas en el sistema ISAPRE, no suficientemente enfatizados, como la ausencia de incentivos a actividades preventivas, así como la inexistencia de un modelo integral de atención basado en Atención Primaria de Salud (APS). Estas son las cuestiones que más influyen en una mejor salud de las personas.

Cabe destacar que una creciente evidencia cientifica demuestra que los sistemas de salud con múltiples seguros privados –como el actual sistema ISAPRE–, pese a los ajustes y regulaciones que se puedan implementar, tienden a generar procesos de discriminación propios de los seguros privados. De una u otra forma, los seguros se las arreglan para “seleccionar” a sus asegurados entre los más sanos y menos riesgosos, de tal manera de maximizar sus ganancias.

[cita]Un Seguro Único es más eficiente en el uso de los recursos, al asegurar una solidaridad en las contribuciones y los riesgos de enfermar del total de la población, pudiendo además priorizar elementos relacionados con la prevención de salud, claves para reducir las consecuencias que hoy observamos de las enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la obesidad y la diabetes, entre otras.[/cita]

Es evidente que la actual situación es insostenible, en parte por su inconstitucionalidad y el descontento en la población, pero también por la incapacidad de dar respuesta a las problemáticas más apremiantes de los desafíos del Chile actual: el contexto en que se crearon las ISAPRE en 1981, es muy distinto al Chile de hoy.

Han trascendido, en los medios de prensa y entre la comunidad académica, propuestas que buscan perfeccionar nuestro sistema de salud. El primer elemento de una propuesta para avanzar implica cambiar la lógica del aseguramiento en salud hacia una de seguridad social. Con esto nos referimos a tres conceptos centrales: universalidad, solidaridad y equidad. Universal, ya que incluye y protege a todos, sin discriminación; Solidario, en cuanto cada uno aporta según su capacidad de pago, no según cuán enfermo está, permitiendo que los ingresos se distribuyan en beneficio de toda la población; Equitativo, en cuanto el sistema de salud debe evitar toda diferencia injusta y evitable, asimismo, en el trato que se le da a cada persona.

Estos elementos no son antojadizos o “ideologizados”, como se ha buscado plantear desde ciertos sectores. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su último informe de Financiamiento de Sistemas de Salud, ha recomendado explícitamente que las políticas públicas se fundamenten en estas orientaciones.

En esta línea surge la idea de un Seguro o Fondo Único Público, que recolecte el 7% de cotización de todos los cotizantes, sumado a los aportes estatales directos vía impuestos generales. Una propuesta de este tipo permitiría al sistema de salud avanzar en la lógica de la protección social, haciéndose cargo del fallo del Tribunal Constitucional al no existir discriminación de ningún tipo, asegurando un plan universal único, en el cual no existen cobros de utilidad, dado su carácter público sin fines de lucro. Un Seguro Único es más eficiente en el uso de los recursos, al asegurar una solidaridad en las contribuciones y los riesgos de enfermar del total de la población, pudiendo además priorizar elementos relacionados con la prevención de salud, claves para reducir las consecuencias que hoy observamos de las enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la obesidad y la diabetes, entre otras.

Finalmente, cabe aclarar un lugar común y frecuente en el debate por parte de quienes están en contra de esta propuesta: lo que se está discutiendo es un cambio en el sistema de aseguramiento, no en la forma en que se proveen los servicios de salud. Eso significa que las personas podrán seguir ejerciendo su elección entre prestadores públicos y privados de su interés, en virtud de su capacidad de pago.

Quien hoy se encuentra en el Subsistema ISAPRE y quiera seguir atendiéndose en una clínica del sector oriente, podrá seguir haciéndolo. Incluso, podrá contratar un seguro complementario para disminuir el copago asociado a su atención, lo cual ha sido la tendencia del sector privado en los últimos años.

Sin embargo, lo que cambiará será que el sistema de salud chileno se hará más sustentable, más equitativo, más solidario y de acceso universal para toda la población. Estamos en un momento en que se debe y puede dar el siguiente paso en el desarrollo del sistema de salud chileno.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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