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Una palabra proscrita: «Ética»

Los senadores de RN dicen que se debe proclamar cuanto antes a Piñera. La UDI se les quiere anticipar. Más del 60 % de la gente que dice ser de derecha vota por Piñera en esa encuesta.


Mi hermana iba caminando por una calle de Vitacura, cartera al hombro, cuando se le acercó por detrás un sujeto en moto, le arrebató la cartera, lanzando a mi hermana al suelo, aceleró la moto y desapareció.

“Me sentí tan ultrajada, abandonada, tú no sabes lo que es eso”, me dijo cuando me refirió el episodio. Pero yo sé lo que es eso.

Si pudiera entrevistar al “lanza” que la asaltó le preguntaría por qué lo había hecho, sabiendo de antemano su respuesta:

“Porque yo gano con eso”. Ésa es su ética. Ganar, aunque su víctima no sólo pierda, sino que quede ultrajada y se sienta abandonada.

Y yo sé lo que es eso porque enfrento casi a diario la misma “ética” del lanza, cuando hablo con alguien sobre la futura elección presidencial y me dice que va a votar por Piñera. Entonces le hago un breve resumen del prontuario del personaje, y me contesta:

“No importa, porque va a ganar. Va primero y sacó el 29 % de los votos en la última encuesta Adimark. Hay que sacar a la Nueva Mayoría del gobierno”.

“El mismo porcentaje de los que no pagan sus pasajes en el Transantiago”, le comento. Ellos también “ganan”, porque se ahorran el boleto.

Los senadores de RN dicen que se debe proclamar cuanto antes a Piñera. La UDI se les quiere anticipar. Más del 60 % de la gente que dice ser de derecha vota por Piñera en esa encuesta. Pero éste no es de derecha (lo ha declarado) y no cumple ningún estándar ético: ya fue elegido en 2009 tras haber sido condenado por comprar acciones con información privilegiada, pecado que a otros no se les perdona; sabemos que el 75 % de su patrimonio está radicado en paraísos fiscales, pecado que tampoco a otros se les perdona; la empresa que controlaba, LAN, fue condenada por colusión, pecado que acá a los empresarios del papel, de las farmacias o los pollos no se les perdona; acaba de estar en Buenos Aires, donde ofreció una rueda de prensa sin que nadie le preguntara por lo que informó editorialmente “La Nación” de esa capital, el 29 de diciembre último: que está imputado allá por soborno y otros imputados en la misma causa están presos; acá yo informo periódicamente de votaciones en la cámara sobre investigaciones a que está sometido Piñera, en que algunos de sus adversarios políticos “se dan vuelta”, teniendo mayoría, y votan en su favor, por lo que sale absuelto ¿por qué?; hasta en su twitter ha sido sorprendido en dos plagios sucesivos, de los que ha debido culpar a algún dependiente suyo, lo mismo que ha hecho en el caso de las facturas falsas para conseguir fondos electorales… que además no empleó en la elección sino para pagar a gerentes de una empresa suya y mejorarle “la última línea” (la tenía en venta). Pero no importa, “porque va a ganar”. ¿También irán a votar por él, “porque va a ganar”, los militares a quienes engañó en 2009, prometiéndoles debido proceso y prescripción, para después triplicar la querellas, cambiarlos a un penal peor y negarles los indultos?

¿Qué diferencia hay entre esa “ética” y la de los lanzas? Ninguna. Pero ninguna de las dos es “ética”. Esta palabra ha pasado a estar proscrita en la derecha. Así y todo, todavía tiene algún peso. Por algo un candidato definidamente ético, como José Antonio Kast, ha reunido ya más de 23 mil firmas ante notario para postular, mientras RN tiene 9 mil y la UDI 7 mil.

Parte del «sector” podrá haber proscrito la ética con tal de ganar, pero los que todavía le atribuyen un valor tienen muy claro por quién van a votar. Y si en el país hay una mayoría de gente decente (como la de los que pagan en el Transantiago), al final el candidato ético debería ganar.

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