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Voto universal, el triunfo será de las y los trabajadores

Pablo Padilla y Nicolás Valenzuela
Por : Pablo Padilla y Nicolás Valenzuela Coordinador del Frente de Trabajadoras y trabajadores de Revolución Democrática y encargado político Frente de trabajadoras y trabajadores del Movimiento Autonomista
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Ante una CUT que se cae a pedazos a los diputados y diputadas del oficialismo se les ha ocurrido volver a poner en tabla en la comisión de trabajo un proyecto de ley presentado el 2012. Este instaura el voto universal en las organizaciones sindicales, federaciones, confederaciones y centrales. Lo normal sería pensar que esta es una performance más de lo que hasta la fecha ha sido el registro histórico de la Concertación y la Nueva Mayoría: anunciar cambiarlo todo para dejarlo igual. Ingresar un proyecto de ley, hacerlo avanzar un par de etapas, ganar tiempo, apelar a que la memoria es frágil y a la hora de la verdad, recular o modificarlo de manera tal que el cambio sea irrelevante. Sin embargo, hay razones para sospechar lo contrario en esta ocasión.

¿Qué le ocurrió a la Nueva Mayoría, que luego de mantener por años este sistema corrupto de votación, súbitamente cambió de opinión? Sin dudas no fue por la renuncia de Martínez, quien por años lideró la infamia y hoy, con gran sentido de la oportunidad, abandona primero el barco. Tampoco las olvidadas convicciones democráticas de sus partidos, quienes creyéndose dueños de la histórica Central por años, han taponeando la demanda del voto universal por todos los medios.

Lo que les aproblema hoy es que el rey está desnudo y que su comportamiento autoritario y poco democrático ha ido dando paso a la conformación de una disidencia sindical que, tal como ya ocurrió en el Colegio de Profesores, las federaciones estudiantiles y empieza a ocurrir en la ANEF, pretende barrer con la burocracia servicial al poder.

[cita tipo=»destaque»]Desnudos, no solo porque el fraude sobre el cual se han venido arrogando la representatividad de las y los trabajadores de Chile es un hecho público y notorio, sino también porque importantes agrupaciones sindicales han tomado la consecuente decisión de no seguir respaldando esta mancha a la gran tradición sindical chilena, dejando debilitada su posición. De hecho, sus principales rostros probablemente sean de gremios que decidan no participar de las elecciones. Bien por el Colegio de Profesores, la Confusam, entre otros.[/cita]

Desnudos, no solo porque el fraude sobre el cual se han venido arrogando la representatividad de las y los trabajadores de Chile es un hecho público y notorio, sino también porque importantes agrupaciones sindicales han tomado la consecuente decisión de no seguir respaldando esta mancha a la gran tradición sindical chilena, dejando debilitada su posición. De hecho, sus principales rostros probablemente sean de gremios que decidan no participar de las elecciones. Bien por el Colegio de Profesores, la Confusam, entre otros.

Los intentos de la nueva dirección de la ANEF para eludir el mandato otorgado por las bases durante el verano, en cuanto a congelar la participación en la CUT, se han visto de momento frustrados. Y es que en reunión de Directorio del 20 de marzo de 2017, se impuso la opción de realizar una asamblea a principios de abril, con el fin de analizar la participación de la ANEF en la CUT. Queda claro que el intento de la directiva por burlar lo decidido por las bases, sufre un duro traspié. Es evidente que la demanda por democratizar al sindicalismo, dando paso al voto universal, resulta una demanda cada vez más ineludible. Los intentos de maniobras autoritarias que sólo buscan mantener el statu quo, comienzan a resquebrajarse.

Cuando todo lo que han construido por años, se vuelve en su contra, arriesgan sus candidaturas y los muestra debilitados, quieren echar un pie atrás. Sin embargo, en su razonamiento la clase trabajadora siguen siendo actor secundario: lo principal siguen siendo su conducción cupular. Ese será su peor error. Las y los trabajadores sabrán reconocer quienes han estado de cada lado. La formación de una amplia disidencia sindical emergerá del seno y de fuera de la Central para dar paso a nuevo ciclo sindical, que con autonomía deje atrás la política de la transición. Es por eso que de aprobarse el voto universal el triunfo será de los y las trabajadores. Será de esfuerzos como los que Andrés Giordano y otros tantos y tantas dirigentes sindicales de la lista “A transformar la CUT”, encabezó el año pasado. No del oportunismo barato, no de quienes fueron indolentes con la crisis y profitaron de la corruptela.

Si por cálculos pequeños hoy se da la oportunidad de ganar el voto universal, hagamos que sea en serio. Que se congele el actual proceso de elecciones, que se regularice el padrón y que se permita el ingreso de nuevos sindicatos a la CUT. Hagamos elecciones de verdad. Devolvámosle, de una buena vez, el poder a las y los trabajadores.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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