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De «Rojitas» a «Guerreras»

Por: María José Herrera Soto y Valeska Navea Castro


Señor Director:

Cuando Albert Camus contó que todo lo que sabía de moral y obligaciones se lo debía al fútbol, refleja lo que nos dio la Selección. La histórica clasificación al mundial nos alegra, sin duda. Pero estas futbolistas entregan algo más y que Camus comenta: nos hemos enamorado de un equipo que nos enseña que la vida, al igual que la pelota, nunca viene por donde la esperamos. A pesar de las precarias condiciones para profesionalizarse y el mínimo apoyo institucional, ellas ganaron, golearon y llenaron el estadio. Justicia al esfuerzo, al juego limpio y al juego bonito.

Al fútbol le debemos ser el juego más democrático, social, sencillo y apasionante del mundo moderno. A ellas, la alegría de verlas y esperar con ansias que salgan a la cancha. Pero les debemos aún más, este logro es la esperanza plantada en millones de mujeres de que pueden, sin miedo y con orgullo, ser parte de un terreno que estaba reservado para los hombres. Reflejan el sentir de generaciones de mujeres que tuvieron el mismo sueño, pero que se vieron enfrentadas a una sociedad que no las quería ver con un balón en los pies. Ahora estamos frente a otro escenario, donde ya no es necesario comparar a la 7 con Alexis ni tampoco conformarnos con ser “la Rojita”. Puede que en el futuro lo olvide la ANFP, la prensa y los patrocinadores, pero la gente, esa que no necesitó de ellos para ir al estadio, no las olvidará.

María José Herrera Soto
Antropóloga Física, Universidad de Chile
Valeska Navea Castro
Licenciada en Teoría e Historia del Arte, Universidad de Chile

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