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Scratch: Un nuevo lenguaje para imaginar y crear Opinión

Scratch: Un nuevo lenguaje para imaginar y crear

Rodrigo Fábrega Lacoa
Por : Rodrigo Fábrega Lacoa Director Ejecutivo Scratch al Sur
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Una persona que egrese de la educación media el año 2030 y no sepa programar va a estar en desventaja respecto de quien sí tenga esa habilidad que, dicho sea de paso, ya poseen muchos niños y niñas de países desarrollados. En el último tiempo ha resurgido el interés por la enseñanza y aprendizaje de lenguajes computacionales en las escuelas. Se trata de un fenómeno planetario y de rápida penetración en la población. La masificación de Internet, las redes sociales digitales, la telefonía móvil y la creciente importancia de las ciencias computacionales, han motivado una nueva perspectiva para entender el rol de la programación en la educación.

Hoy existe una mayor conciencia en torno a que introducir la enseñanza de lenguajes de programación desde la escuela genera impactos cognitivos medibles, facilita el desarrollo de habilidades en la resolución de tareas, promueve el pensamiento lógico y, en términos generales, empodera a los estudiantes en el proceso de aprendizaje. Programar ha pasado rápidamente de un tema periférico de especialistas a ser considerado masivamente como una habilidad fundamental. Así como un poeta no es el que lee poesía, sino el que la escribe, un nativo digital no es solo el que lee y usa aplicaciones, sino el que escribe en Lenguajes Digitales y de esta manera puede abrir nuevas posibilidades mediante sus propias aplicaciones y programas.

[cita tipo=»destaque»]Así como a inicios del siglo XX se proponía la enseñanza del latín como instrumento de promoción de disciplina mental y de pensamiento ordenado; o desde mediados del siglo pasado, la enseñanza de la matemática cumplió ese rol; hoy, lenguajes de programación como Scratch se van a diseminar masivamente en el sistema escolar como herramienta de aprendizaje y construcción del conocimiento. [/cita]

En la pasada elección presidencial se produjo un amplio consenso sobre la necesidad de impulsar esta innovación en el sistema escolar. Esto fue expresado por Alejandro Guillier, fuertemente impulsado por Carolina Goic y priorizado por el Presidente Sebastián Piñera con el reciente anuncio de la creación del Plan Nacional de Lenguas Digitales, política pública que promete alto impacto en nuestro sistema educacional, aportando de manera relevante en la formación de ciudadanos del Siglo XXI, pieza clave en el camino definitivo hacia el desarrollo de nuestro país.

El Programa tiene como eje que profesores y profesoras sean capacitados en el lenguaje de programación -denominado Scratch desarrollado por el MIT y disponible en forma gratuita- para que luego ese conocimiento sea integrado en el proceso de enseñanza y aprendizaje con sus estudiantes.

Así como a inicios del siglo XX se proponía la enseñanza del latín como instrumento de promoción de disciplina mental y de pensamiento ordenado; o desde mediados del siglo pasado, la enseñanza de la matemática cumplió ese rol; hoy, lenguajes de programación como Scratch se van a diseminar masivamente en el sistema escolar como herramienta de aprendizaje y construcción del conocimiento.

Hay razones para confiar que aprender a programar en Scratch no solo es útil, sino además entretenido y motivante.  Es por ello que ya se ha implementado de manera habitual en escuelas de 150 países, se ha traducido a 40 idiomas, con más de 37 millones de proyectos creados por estudiantes de todo el mundo. Se trata, en definitiva, de un lenguaje diseñado para crear, una herramienta que le pondrá alas a las ideas de nuestros niños y jóvenes, con implicancias positivas que recién estamos avizorando.

Antes de crear hay que imaginar, luego jugar, compartir y reflexionar, de manera que sean los estudiantes quienes programen a los computadores y no al revés. Con un lenguaje por bloque como Scratch se crea un espacio que permite que los estudiantes sean los que programen a los computadores. El estudiante se transforma en un constructor que crea a partir de sus propios materiales, principalmente a partir de las metáforas y modelos conceptuales que le sugiere su entorno cultural.

Algunos dirán que estamos llegando tarde, pero lo cierto es que ya hemos iniciado el camino. Nuestro país tiene todas las condiciones para avanzar en este desafío y estamos seguros de que la implementación de este lenguaje de programación en nuestras escuelas, de esta nueva herramienta para pensar, despertará la creatividad de los talentos para quienes este recurso, sencillo y democrático, significará una oportunidad de entrada a un nuevo y mejor futuro.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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