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Ley de Convivencia Vial: la improvisación que refuerza la desigualdad Opinión

Ley de Convivencia Vial: la improvisación que refuerza la desigualdad

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Jaime Peña
Por : Jaime Peña Director Ejecutivo de ChilePedaleando,
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El próximo 11 de noviembre entrará en vigencia la nueva Ley de Convivencia Vial que en teoría aspira a regular la forma en la cual se relacionan los diferentes protagonistas de la calle, a saber peatones, automovilistas y ciclistas. En el papel todo bien pero en la práctica, resulta desprolija e impracticable.

Bajo la amenaza de multas, se prohíbe a los ciclistas desplazarse por las veredas, lo cual aparentemente es razonable, siempre y cuando se dieran algunas mínimas condiciones que claramente no se dan en el país .

No existe en Chile una red eficiente de ciclovías interconectadas que aseguren el desplazamiento de los trabajadores y de los estudiantes a sus respectivos destinos. Ni en Santiago, ni menos en el resto del país.
Aún es más, esta ley refleja una vez más la inequidad, pues al final termina desfavoreciendo a los más pobres.

En efecto, sólo algunas comunas cuentan con una red de ciclovías más o menos eficientes y están en las comunas más ricas como Providencia, Las Condes, Santiago. Por lo tanto puede concluirse que en las comunas más pobres, aquellas que tienen escasos o ningún kilómetro de ciclovías se van a aplicar más multas, reproduciendo una vez más el cuadro de desigualdad en Chile.

[cita tipo=»destaque»]En efecto, sólo algunas comunas cuentan con una red de ciclovías más o menos eficientes y están en las comunas más ricas como Providencia, Las Condes, Santiago. Por lo tanto puede concluirse que en las comunas más pobres, aquellas que tienen escasos o ningún kilómetro de ciclovías se van a aplicar más multas, reproduciendo una vez más el cuadro de desigualdad en Chile.[/cita]

La otra medida es francamente jocosa . Hasta a los tres chiflados les daría vergüenza reclamar su autoría. Pues bien, al no existir en algunas zonas ciclovías o al no estar bien interconectadas, los ciclistas están obligados a usar la calle, por las mismas vías por donde se desplaza el transporte motorizado. La disposición obliga a este adelantar a los ciclistas manteniendo una distancia mínima de 1,5 metros de distancia. Sensato. Hasta se ve bonito.

Pero ¿cómo se va dar esto en los hechos, cómo se va a fiscalizar en la práctica? ¿Van a andar los funcionarios de Carabineros midiendo con una huincha en cada avenida si los automovilistas o los buses del TranSantiago respetan esa disposición?

Esto es francamente macondiano. Leyes hechas a la chilena, partiendo al revés. La lógica el sentido común, (muy escaso en Chile), indica que esta ley se debió haber aplicado una vez que:

a) El país contara con la infraestructura adecuada de ciclovías que permitan que los usuarios desde los distintos puntos del país puedan llegar a destino. Y ello claramente no ocurre.

b)Se hubiera desarrollado una intensa campaña de educación vial, en las calles, en las redes sociales, en las escuelas, como se hace en aquellos países que nos encanta parecernos, como Holanda y Finlandia.

Una breve encuesta que realizamos con choferes del Transantiago y con automovilistas a las afueras del Mall Plaza Los Dominicos nos confirmó lo que ya sabíamos. Nadie tiene idea de la nueva ley y cuáles son los derechos y obligaciones.

Pero no. Es más fácil aplicar la multa bajo la severa firma del Juez de Policía Local, más fácil es seguir con la lógica del estado policíaco que a la larga no mejora las cosas.

Fuera de todo lo anterior además es una ley centralista , ya que no considera la realidad de las regiones.
¿Cuántos kilómetros de ciclovías hay en ellas? En Viña del Mar, una de las principales ciudades del país con cerca de 350 mil habitantes según el último Censo hay solo 8 kms.

¿Están preparadas para que esta ley se aplique? ¿Qué va a suceder ?

Lo que va a ocurrir es que va aumentar el número de accidente fatales en las calles con el atropello de ciclistas. Por entonces las autoridades lamentarán de los hechos. Se escribirán sesudas editoriales sobre el tema y luego todo seguirá igual en el país del Día de la Marmota, que por cierto tiene mucho más de Macondo que de Amsterdam o de otras ciudades del mundo a las que nos encanta parecernos.

Un ejemplo es Holanda, país en el cual es el propio Estado el que incentiva el uso de la bicicleta de una manera integral con educación, con infraestructura. Poniendo incentivos económicos para que las personas usen la bicicleta.

Es un tema que debió haber sido abordado multifactorialmente desde el Estado con participación de los Ministerio de Transporte, Medio Ambiente, Educación, Salud y el Serviu. Pero se hizo a la chilena.

Un gobierno que pregona sobre lo importante que es la protección del medio ambiente – al cual, en su medida, contribuyen a proteger los ciclista que sólo en Santiago de acuerdo a cifras del SECTRA realizan más un millón de viajes diarios- sigue quedando al debe. La improvisación y la falta de visión estratégica del gobierno de Piñera sigue siendo el sello que marca su gestión.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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