Publicidad

¿Por qué persiste aún la PSU, a pesar de sus conocidos problemas?

Publicidad
Por: Sebastián Guzmán


Señor Director:

Uno de los creadores de la PSU, Jorge Manzi​, la defendía en 2017 como una de las herramientas que mejor predice el rendimiento académico. Pero sólo predice bien el primer año universitario. El estudio de Segovia y Manzi (2018) muestra que el ranking predice mucho más que la PSU el cuarto semestre, cuando ha habido nivelación. La PSU predice poco y desfavorece a las mujeres, mientras que el ranking es básicamente neutral. Además, el ranking se correlaciona con la graduación, pero la PSU no (Kri, Gil, González y Lamatta 2013). Si es por predecir, usemos sólo el ranking.

Manzi también le echaba la culpa a las desigualdades del sistema escolar. Pero reemplazar la PSU por el ranking reduciría mucho el efecto de esas desigualdades.

Por último, Manzi decía que se requiere un instrumento meritocrático, que premie el esfuerzo. Pero la PSU premia mucho más la cuna que el esfuerzo. En cambio, el ranking premia mucho más el esfuerzo.

Si queremos predecir rendimiento y no perjudicar por origen social, no necesitamos la PSU, basta el ranking y mecanismos de acción afirmativa. Si, sabiendo eso, algunos insisten en la PSU, no es por otra razón que para beneficiar a familias acomodadas, excluir a las más pobres, y para ahorrarse los costos de la gratuidad para financiarlos.​

Sebastián Guzmán
Visiting Assistant Professor of Sociology

Publicidad

Tendencias