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El partido del martes ante Ecuador es clave y decisivo en ese sentido. Los visitantes llegarán con 20 unidades, estando terceros, por lo cual sumar el triunfo dejaría a Chile muy bien posicionado y además en carrera directa a Qatar. Esto es como el tenis, cuando se quiebra el juego del rival, inmediatamente se debe confirmar el quiebre con el saque propio. La Roja sigue viva y, si bien estuvo casi al borde del colapso, ha logrado ir saliendo a flote. Los “viejos rockeros” están motivados y con ellos la nueva camada se va sumando y respondiendo. Como dijo Lasarte, “no hemos ganado nada aún, pero estamos ahí, con la cabeza levantada”.
“Este equipo tiene un mérito, logró levantar la cabeza en el momento justo”. Una frase categórica de Martín Lasarte, tras el triunfo ante Paraguay en Asunción. Porque para ser sinceros, tras la derrota ante Perú en Lima, en casi todo el ambiente futbolístico, entre los cuales me incluyo, se veía muy nula la opción que Chile lograra pelear la clasificación a Qatar 2022.
Chile venía mostrando muchas dudas y resultados negativos, que lo tuvieron hasta hace cuatro fechas en la parte más baja de la tabla. Pero sin duda que las tres victorias consecutivas y algunos resultados de los rivales directos, han vuelto a abrir un poco más de margen para intentar llegar a la cita mundialista.
Los triunfos ante Paraguay y Venezuela, no solo le permitieron escalar a la Roja, sino que también entregar una dosis de vitalidad anímica, de cara a las finales que restan. Ecuador, Argentina y Uruguay de local; Bolivia y Brasil de visita.
La generación dorada se ha encargado de alimentar ese sueño, porque en su adn más íntimo siguen siendo jugadores competitivos y que buscan sumar nuevos logros. Lograron enmendar el rumbo que parecía ir directo al precipicio, de la mano de un Lasarte que ha logrado estabilidad y cierto clima de tranquilidad interna, algo tan clave en los momentos más álgidos de un camino que ha sido atribulado y accidentado.
Pero también Lasarte tiene otros méritos. Logró recuperar y sumar un jugador más a las alternativas como es Diego Valdés. El exaudino, que era fijo en todas las nóminas de Rueda, era tal vez uno de los jugadores más cuestionados siempre. Se le veía errático, timorato y sin confianza. Pero el uruguayo le entregó camiseta de titular ante Venezuela en Santiago y el jugador que milita en México respondió absolutamente a ese respaldo, siendo uno de los mejores de la cancha. En Asunción, mostró también un juego interesante y desde ya, en la mente del charrúa pasa a ser una alternativa válida en la zona media, donde los nombres de Pulgar, Aránguiz y Vidal son inamovibles.
El caso de Marcelino Núñez también es muy alentador. El jugador cruzado sigue mostrando crecimiento y progreso en su faceta de juego. Dinámica, intensidad y claridad en los movimientos, por lo cual puede ser otra carta más que energice la zona media, donde Chile basa mucho de su potencial de juego.
Chile ha crecido y mejorado bastante, pero todavía restan partidos claves y muy complejos. Se abrió la venta y seguramente el grupo no desaprovechará esta ocasión, ya que estuvo en peligro la opción de tener chances. Ojalá la reacción alcance para incluso evitar el repechaje, ya que, de acuerdo a los pronósticos, con 25-26 puntos se entra directamente entre los cuatro clasificados. Chile tiene 16 y le quedan 15 por disputar.
El partido del martes ante Ecuador es clave y decisivo en ese sentido. Los visitantes llegarán con 20 unidades, estando terceros, por lo cual sumar el triunfo dejaría a Chile muy bien posicionado y además en carrera directa a Qatar. Esto es como el tenis, cuando se quiebra el juego del rival, inmediatamente se debe confirmar el quiebre con el saque propio.
La Roja sigue viva y, si bien estuvo casi al borde del colapso, ha logrado ir saliendo a flote. Los “viejos rockeros” están motivados y con ellos la nueva camada se va sumando y respondiendo.
Como dijo Lasarte, “no hemos ganado nada aún, pero estamos ahí, con la cabeza levantada”.
